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'El Contable 2' es un buen regreso al Hollywood de antes

Antes de la pandemia y el cine de superhéroes, El contable 2 era tu éxito de taquilla semanal de Hollywood. Y este lo es.

Antes de la pandemia y el cine de superhéroes, El contable 2 era tu éxito de taquilla semanal de Hollywood. Y este lo es.
mgm

Puede que a estas alturas nadie pidiera la secuela de El contable, un estimable thriller de 2016 protagonizado por Ben Affleck en el papel de un auditor de cuentas autista con algunas capacidades extra. Pero El contable 2 está aquí nada menos que ocho años después, y no hay nada en ella que merezca reprobación alguna. Es más, la producción del propio Affleck, en la que repite también el director Gavin O’Connor, es una de esas producciones absurdas pero entretenidas, cuyo razonable éxito de taquilla (el film va a repetir los resultados de la anterior, estrenada antes de la pandemia y la preponderancia del streaming) refrenda la necesidad de obras de género y presupuesto medio de aquellas que Hollywood acostumbraba a estrenar todas las semanas.

Decíamos absurda, sí, pero sin acritud ninguna. El punto extravagante de El contable 2, película absolutamente inverosimil y disparatada en alguna de sus decisiones y de sus pasajes, proviene de cierta necesidad de contar una historia de intriga y no de los retazos de acción bien rodada que O’Connor disemina aquí y allí. La película, apoyada esta vez en un sentido del humor más definido y en la relación de hermanos entre Affleck y Bernthal, trata de recuperar ecos de un procedimental de espionaje y el cine de vengadores urbanos más genérico, dando lugar a una combinación amable y, en el mejor de los casos, original.

Pero al final, y es la parte buena, la secuela acaba resultando un film más anómalo de lo que parece. Su extraña combinación de elementos resulta abigarrada, pero sobria en un sentido que Hollywood ha ido dejando atrás en su búsqueda de todos los cuadrantes. El contable 2 no siente la necesidad de epatar al espectador con acción sino que permite desplegarse a través de sus actores, que parecen felices todos ellos de encontrar una pieza de entretenimiento de esta estirpe: convencional, sólida en su necedad, pero con una ambición más cinematográfica pese a verse las caras con la pura serie B.

Solo así uno puede saludar esa mitología cercana a los X-Men que propone esta pequeña e inesperada franquicia en expansión, las decisiones dignas de culebrón latino en torno al personaje de Daniela Pineda, su espíritu contestatario de frontera con, incluso, niños perdidos de por medio. Todo, al fin y al cabo, parece articularse en torno a los problemas emocionales de dos hermanos de caracteres opuestos que resultan extrañamente complementarios, que Affleck y Bernthal aprovechan para cultivar sus habituales tics disfrazados aquí de capacidades especiales, y cierta problemática de actualidad donde se ven los mimbres mentales del dúo Affleck/Damon productor, otorgando una claridad de ideas que matiza y da forma al conjunto. El contable 2 resulta un entrañable entretenimiento que O’Connor filma con su sobriedad habitual, quizá un tanto anodina pero a la vez, robusta.

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