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El misterio de los esqueletos chinos encontrados en el Londres romano

Fueron enterrados en un antiguo cementerio en Southwark, al sur de la ciudad, entre los siglos II y IV.

Fueron enterrados en un antiguo cementerio en Southwark, al sur de la ciudad, entre los siglos II y IV.
Los científicos analizan los restos óseos | Museo de Londres

Científicos británicos han establecido –hasta la confirmación definitiva a través del ADN– que dos esqueletos encontrados en una tumba de la era romana en Londres son de origen asiático. En su artículo publicado en la revista Journal of Archaeological Science, el equipo de la Universidad de Durham y el Museo de Londres describen los esqueletos, las pruebas que llevaron a cabo en ellos y por qué creen que pueden ser de origen asiático. Los investigadores se preguntan qué hacían allí y cómo llegaron.

Antes de este último hallazgo, sólo había un caso documentado de restos de una persona de Asia en una tumba de la época romana, lo que sugiere que había poca inmigración entre los pueblos de Asia y Europa durante el Imperio Romano, a pesar de la existencia de la Ruta de la Seda. Se trataba de un esqueleto de un hombre de Asia Oriental descubierto en una tumba en Vagnari (Italia) hace seis años.

En este nuevo hallazgo, los dos esqueletos formaban parte de un grupo de 22 restos óseos encontrados enterrados en una antigua tumba romana en Southwark, un distrito de Londres. Los huesos se remontan a un período comprendido entre los siglos II y IV, un tiempo durante el cual el Imperio Romano era todavía fuerte. Los investigadores han analizado hasta ahora isótopos de oxígeno de los dientes y los isótopos de carbono y nitrógeno de los huesos, lo que ha ayudado a revelar los hábitos dietéticos de las personas enterradas allí, que demuestra que muchos de ellos eran de lugares distintos de Londres.

Tambien llevaron a cabo el modelado estadístico de los cráneos y de dientes –diferencias que se han atribuido a personas de distintas ascendencias–. Es la misma tecnología utilizada por los expertos forenses para establecer la ascendencia de los restos óseos descompuestos. Fue esta prueba la que sugiere que dos de los esqueletos eran probablemente de ascendencia asiática, y que otros cuatro eran probablemente de origen magrebí. Los investigadores reconocen que el método no es tan claro como las pruebas de ADN.

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