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25 años del asedio de Sarajevo

La ciudad sufrió uno de los mayores sitios bélicos de la historia moderna.

La guerra comenzó el 6 de abril de 1992, hace 25 años, cuando Bosnia fue reconocida por EEUU y la entonces Comunidad Europea como país independiente. Los serbios residentes se negaron a formar parte de esa nueva república y autoproclamaron –al día siguiente– la República Serbia de Bosnia Herzegovina, con Sarajevo como capital. Las milicias serbias se hicieron con el control de la mayoría de los barrios colindantes, mientras el Gobierno central, de mayoría musulmana controló el casco urbano, donde en el inicio de la guerra vivían unas 550.000 personas.

Dos años después la población disminuyó hasta las 380.000 personas: 30.000 croatas, 60.000 serbios leales al gobierno, y 300.000 musulmanes, aproximadamente. Sarajevo se convirtió desde el principio en pieza clave de la guerra, dado que su control era fundamental tanto para las tropas bosnias como para las milicias serbias. Fue bombardeada por primera vez el 2 de mayo de 1992, cuando los tanques de la antigua Yugoslavia federal se apostaron en un puente sobre el río Miljacka. Aquella mañana salió también el último tren, entonces se cerró el tráfico terrestre y aéreo con la capital bosnia y la ciudad quedó sitiada por las fuerzas serbobosnias.

Sarajevo sufrió bombardeos desde posiciones serbias en los montes de los alrededores, como los de los días 25 y 26 de agosto de ese año, cuando setecientas bombas causaron cuarenta muertos y doscientos heridos, además de daños materiales irreparables como la destrucción de la Biblioteca Nacional. Los ataques también se realizaron contra la población civil, como el que se produjo el 6 de enero de 1994, durante la celebración de la Nochebuena ortodoxa, cuando cayeron más de mil proyectiles.

Un mes después, el 5 de febrero tuvo lugar el ataque al mercado central de Sarajevo, en el que murieron 69 civiles y otros 197 resultaron heridos. Esta acción provocó la inmediata reacción de las tropas de la OTAN, que lanzaron un ultimátum a los serbios para que retiraran su artillería pesada de los alrededores de la capital.

El 28 de agosto de 1995, 39 personas murieron y 90 resultaron heridas en la explosión de cinco obuses serbios frente a un céntrico mercado y un hospital. Como represalia, los aviones de la OTAN bombardearon objetivos serbobosnios al este y sur de Sarajevo, hasta obligar a las tropas de Karadzic a retirarse a un radio de veinte kilómetros alrededor de la ciudad.

En noviembre del mismo año, los tres principales líderes de las exrepúblicas yugoslavas, el serbio Slobodan Milosevic, el croata Franjo Tujdman, y el bosnio-musulmán Alia Izetbegovic, firmaron el Tratado de Dayton, por el que se dividió Bosnia-Herzegovina en dos entidades autónomas, una serbia y una compartida entre croatas y musulmanes. Así se puso final al conflicto, que provocó un número aún indeterminado de víctimas mortales, exiliados y desaparecidos. Ahora se cumplen 25 años del asedio a una ciudad en la que han convivido tradicionalmente judíos, cristianos ortodoxos, católicos y musulmanes.

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