El 28 de abril, un programa de la Sexta, dirigido por Antonio García Ferreras, ese periodista al que elogió su jefe por parar una noticia contra un imputado del PP, se dedicó al LXXX aniversario del pueblo de Guernica: Ensayo de Hitler. Mentira de Franco. Los dos demonios de todo buen izquierdista estatal, perdón, español, unidos en un reportaje. Ideal para irse a la cama y dormirse arropado en la superioridad moral.
Gran parte de la clase periodística y política españolas vive pendiente de la guerra civil, y de ese engendro denominado memoria histórica. La primera para aumentar su audiencia y la segunda su legitimidad, mientras los partidos a los que vota la derecha (pero no son derecha), PP y Ciudadanos, viven aterrados por recibir el insulto letal en España: "franquista".
Pero los aniversarios suceden cuando toca, no cuando quieren los poderosos. El mismo día que el Congreso de los Diputados se arrogaba la potestad de decidir dónde deben reposar los muertos, era el LXXXVI aniversario de las primeras quemas de iglesias y conventos, antes de que la II República cumpliese su primer mes de vida.
Hace unos meses definí al bombardeo de Guernica como la mentira que nunca muere, que se repite una y otra vez, como la en la URSS se repetía que Trotsky era un espía a sueldo del capitalismo extranjero y que a los oficiales polacos enterrados en Katyn los habían matado los alemanes.
¡Anda que no hay aniversario de la guerra civil para conmemorar y aprender de ellos, que muestran la maldad de unos y otros! Doy una lista que seguro que los lectores pueden ampliar.
El asesinato de Calvo Sotelo
El 13 de julio, un comando terrorista formado por policías uniformados y por pistoleros socialistas con acreditación de policías secuestra en su domicilio al diputado monárquico José Calvo Sotelo y lo asesina. Durante los meses previos, había sido amenazado de muerte varias veces en las mismas Cortes.
La importancia de este crimen sin precedentes en la Europa Occidental (más grave que el asesinato por fascistas del diputado Giacomo Matteotti, en 1924, pues intervinieron policías oficiales) es que decidió a mucha gente a implicarse en la sublevación que se preparaba ante los planes revolucionarios del Frente Popular.
Comienza la guerra
El 17 de julio por la tarde se produce la sublevación en Melilla, que se adelanta en unas horas porque la había descubierto el Gobierno, y se extiende a Ceuta y al Protectorado de Marruecos. Ese mismo día comienza la represión de los militares que no se unieron al alzamiento y el Gobierno de Madrid ordena el bombardeo de varias ciudades: Ceuta, Melilla, Tetuán, Larache…
A medida que se extiende la sublevación a la Península, la República, que mantenía bajo sus órdenes la mayor parte de la flota y la aviación, hace bombardear más ciudades, desde Oviedo y Huesca a Cádiz y Sevilla.
A partir del 19 de julio se desarrolla la primera batalla en campo abierto en Somosierra en torno el Alto del León (luego llamado de los Leones), para cerrar la marcha hacia Madrid de una columna de militares y falangistas salida de Valladolid. En ella mueren dos de los asesinos de Calvo Sotelo, el capitán Fernando Condés y el pistolero socialista Luis Cuenca, y también el fundador de las JONS, Onésimo Redondo. Ambos bandos fusilaban a los prisioneros que hacían.
El primero de los trece obispos asesinados en la guerra fue el de Sigüenza, Eustaquio Nieto, muerto por una partida de milicianos en Estriégana la noche del 26 al 27 de julio. Le fusilaron, quemaron su cuerpo y lo abandonaron en una zanja hasta que en agosto lo encontraron los nacionales.
Apertura de la 'cheka' de Bellas Artes
A principios de agosto, empieza a funcionar, promovido por la Dirección General de Seguridad, el Comité Provincial de Instrucción Pública en el Círculo de Bellas Artes: había tribunales, celdas, cocinas, salas de interrogatorios…
Toma de Badajoz
La columna mandada por el teniente coronel Juan Yagüe toma la ciudad el 14 de agosto, con unas bajas inferiores a 200 muertos y heridos. Los militares realizan una dura represión que la propaganda izquierdista convierte en una orgía de sangre y crueldad para animar la resistencia de sus tropas y su población. El mejor estudio sobre este episodio calcula los muertos del Frente Popular en combate y en la posterior represión en menos de 500.
El poeta Federico García Lorca, junto con otras tres personas, es fusilado en las afueras de Granada la noche del 18 al 19 de agosto. Su cuerpo probablemente fue exhumado en secreto por su familia.
El 22 de agosto se comete en Madrid una matanza de decenas de presos indefensos. Entre otros, son asesinados el político republicano y masón Melquiades Álvarez y el falangista Julio Ruiz de Alda, que participó en el vuelo del Plus Ultra.
Represalia contra profesores
El 23 de agosto, el Gobierno de José Giral publica, con la firma Azaña, un decreto de expulsión de docenas de maestros, profesores y catedráticos por adhesión a la rebelión, entre ellos Miguel de Unamuno. Es la primera norma de depuración de funcionarios de enseñanza.
La madrugada del 13 al 14 de septiembre, unidades de carabineros, milicianos socialistas y anarquistas y medio centenar de cerrajeros irrumpieron en la cámara acorazada de Banco de España para apoderarse de los depósitos de oro y plata. Cumplían un decreto firmado horas antes por el ministro de Hacienda, el socialista Juan Negrín. Los españoles perdieron así sus reservas de oro, las cuartas del mundo, que el Gobierno envió a la URSS a cambio de armamento.
En la celebración del 12 de Octubre, fiesta republicana, Miguel de Unamuno se enfrenta en un discurso con el general José Millán-Astray. El pensador vasco sufre represalias civiles.
Matanza de Paracuellos
El 7 de noviembre, mientras las tropas nacionales se acercan a Madrid, bajo la dirección de Santiago Carrillo empiezan las sacas de presos que son asesinados y enterrados en las afueras, en Paracuellos del Jarama, donde se encuentra la mayor fosa común de la guerra, y Aravaca. Cesaron el 4 de diciembre.
El 27 de diciembre de 1936, la Gaceta de la República publica un decreto, firmado por Azaña y el presidente del Gobierno, Francisco Largo Caballero (PSOE), que instauraba los "campos de trabajo" para los condenados por delitos de rebelión, sedición, desafección (sic) y muchos más. Los presos se dedicarán a la construcción de obras públicas forzados.
Uno de los primeros campos fue el de Albatera, cerca de Alicante. Tras su victoria, las autoridades franquistas lo usaron para sus prisioneros. En la actualidad, hay estelas a los presos de la CNT, pero ninguna mención a los internos llevados allí por el Frente Popular.
Matanza de presos en las cárceles de Bilbao
El 4 de enero de 1937, después de un ataque aéreo. Los milicianos asaltaron las cuatro cárceles que había en la ciudad, ante la indiferencia del Gobierno vasco (PNV), y asesinaron a al menos 224 presos. Entre agosto y octubre de 1936, las izquierdas habían matado a 125 personas en los barcos prisión anclados en la ría.
Los nacionales y los italianos tomaron Málaga a principios de febrero. Aparte de la represión en la ciudad, donde se habían perpetrado en los meses anteriores otras matanzas y robos (en Ronda se habían despeñado a derechistas y robado la mano de Santa Teresa de Jesús), la aviación y la flota franquistas bombardearon a quienes trataban de huir por la carretera de la costa: militares, milicianos y civiles.
El 7 de marzo, la Gaceta de la República publica un decreto firmado por Largo Caballero que establece las cartillas de racionamiento. Durarán hasta 1952.
Bombardeo de Durango y Guernica
La ofensiva de los nacionales sobre la zona norte comenzó el 31 de marzo de 1937 con un bombardeo sobre Durango realizado por la aviación italiana. Hubo entre 250 y más de 300 muertos. En septiembre de 1936, un pelotón de milicianos socialistas había asesinado a 22 carlistas encarcelados.
La Legión Cóndor ataca el pueblo vasco. El bombardeo y el incendio posterior asolan el caserío. El número de muertos se calcula en más de 120.
Jornadas de mayo en Barcelona
Entre el 3 y 8 de mayo en Barcelona, fuerzas del Gobierno republicano y la Generalidad atacan y aplastan a unidades de la CNT y el POUM, para forzarles a someterse a la disciplina de guerra propuesta, sobre todo, por el PCE y los asesores soviéticos. Los muertos ascienden a no menos de 500. Esta batalla convierte a Negrín, el hombre de Moscú, en presidente del Gobierno. Al mes siguiente, el POUM será ilegalizado y su jefe en la zona roja, Andreu Nin, detenido y torturado hasta la muerte por los agentes de la NKVD. En cambio, el otro jefe del POUM, Joaquín Maurín, apresado por los franquistas, salvará su vida.
En agosto se cumplirá uno de mis aniversarios favoritos de la guerra: la traición de Santoña, en la que el PNV, que llevaba negociando con el Gobierno fascista italiano su defección del bando republicano desde meses antes, abandona a sus aliados de izquierdas. La noche del 22 al 23, sus tropas se retiran de sus posiciones, indican a los italianos por dónde atacar y se concentran en Santoña y Laredo. Los nacionales entran el 26 en Santander sin resistencia, gracias al PNV, pero no reconocen el pacto hecho a sus espaldas, por lo que luego encarcelan a muchos abertzales en El Dueso; otros miles se incorporan a las tropas de Franco.
¿Para cuándo un programa organizado por Ferreras o por Évole sobre las elecciones de 1936, que robó el Frente Popular mediante la mentira y la violencia?