En el interior de la Nao Victoria, el primer barco en dar la vuelta al mundo

La réplica exacta de la Nao Victoria, la legendaria embarcación que dio la primera vuelta al mundo, recorre los mares para mostrar su historia. Subir a bordo de esta embarcación, aunque sea una copia de la original, da una idea de la dureza de aquellos marineros que se formaron parte de la expedición.

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La nao Victoria, en el puerto de Sevilla

La réplica exacta de la Nao Victoria, la legendaria embarcación que dio la primera vuelta al mundo, recorre los mares para mostrar su historia.

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Para tamaño viaje en las bodegas de los navíos fue necesario cargar una enorme cantidad de provisiones para poder abastecer a casi 250 hombres durante dos años, que era la estimación inicial, porque luego resultaron ser tres años.

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Una vista de la cubierta de la Nao Victoria repleta de cabos.

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En la popa se ubicaba un castillo de amplio tamaño, teniendo en cuenta las dimensiones de la embarcación, donde el capitán tenía su camarote en el piso superior.

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Para tamaño viaje en las bodegas de los navíos fue necesario cargar una enorme cantidad de provisiones para poder abastecer a casi 250 hombres.

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Las naos eran pequeñas naves de unos 25 metros de largo (eslora) y 7 metros de ancho (manga).

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Las naos tenían tres mástiles con velas cuadradas y un palo mayor que medía unos 20 metros sobre la cubierta principal. La tripulación era de lo más variada: españoles, sobre todo andaluces, vascos, gallegos, portugueses, griegos, italianos, alemanes o franceses.

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Varios instrumentos y cartas de navegación de muestra que se pueden ver en el interior de la réplica.

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En el piso inferior del castillo de popa tenían su sitio el maestre, el piloto y el resto de la tripulación que compartían el escaso espacio.

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Otra vista del palo mayor con la cofa del vigía.

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Tan sólo la Nao Victoria, una de las cinco naves regresó a Sevilla casi tres años después con 18 hombres a bordo, la Victoria. Los que sobrevivieron tuvieron que pasar grandes penalidades.