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Muere Vladimir Bukovski, el disidente que desafió a la URSS

Fue apresado a comienzos de los setenta por filtrar un documento en el que denunciaba abusos cometidos en centros psiquiátricos contra disidentes.

Fue apresado a comienzos de los setenta por filtrar un documento en el que denunciaba abusos cometidos en centros psiquiátricos contra disidentes.
Vladimir Bukovski | Bukovski Center

Vladimir Bukovski, disidente soviético que denunció la utilización de las clínicas psiquiátricas como instrumentos políticos en la antigua URSS, falleció ayer a los 76 años en Cambridge, Inglaterra, a causa de un paro cardíaco, según ha informado el Bukovski Center.

Bukovski fue un crítico incansable del régimen opresivo que se vivió en la Unión Soviética. Durante la década de los sesenta fue apresado en repetidas ocasiones por, entre otras cosas, tratar de imprimir copias de libros no aceptados o por manifestarse a favor de escritores reprimidos. En 1971 logró hacer pasar por la frontera un extenso documento en el que denunciaba los abusos que se cometían en las instituciones psiquiátricas contra los disidentes políticos. Por ello, fue arrestado nuevamente y condenado a siete años de prisión y a cinco de exilio. En el campo de prisioneros de Perm escribió junto a algunos compañeros un "Manual de psiquiatría para disidentes", con el que trató de ayudar a otros a combatir los abusos de las autoridades.

En 1976 fue intercambiado por Luis Corvalán, secretario general del Partido Comunista de Chile que había sido apresado durante el mandato de Augusto Pinochet. De hecho, fue el propio dictador chileno quien propuso la operación. Desde entonces Bukovski ha vivido en Cambridge, escribiendo contra el gobierno soviético en un principio, y contra la actitud ingenua del liberalismo occidental, a la que consideraba permisiva con los abusos de Moscú. Tras la caída de la URSS, colaboró durante un tiempo con el gobierno ruso, pero después reanudó sus ataques al Kremlin, criticando las políticas autoritarias de Putin, entre otras cosas. En 2008 no pudo presentarse a la presidencia rusa por no haber residido allí en los diez años anteriores.

A lo largo de toda su vida fue un destacado defensor de los derechos humanos, condenando el uso de la tortura en Guantánamo, Abu Ghraib y diversas cárceles secretas de la CIA.

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