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Esquerra Republicana y la ciencia

Lluís Companys persiguió a los científicos que no pensasen como él. A manos de auténticos rufianes algunos fueron depurados y otros asesinados.

Lluís Companys persiguió a los científicos que no pensasen como él. A manos de auténticos rufianes algunos fueron depurados y otros asesinados.
Companys en 1934 proclamando el Estado catalán | Cordon Press

Está de moda alardear de promotor de la ciencia, algo que le pasa mucho a los autodenominados progres. Todos deseamos el progreso, pero no a cualquier precio ni de cualquier manera, y hemos dejado que se adueñen del término quienes tienen un pasado y quizás un presente muy pero que muy poco aceptable en relación con la ciencia, teórica motora del progreso bien entendido.

Y esto, hay que reconocerlo, tiene relación directa con quienes ahora flirtean con nuestros dirigentes en funciones, otros que tal bailan. Sí porque cuando en la Comunidad Autónoma Catalana (CAC) estaba al frente Lluís Companys se desató una clara persecución contra científicos que no pensasen como él. A manos de auténticos rufianes algunos fueron depurados y otros asesinados. La historia indica además que Pere Bosch Gimpera, prehistoriador y conseller de Justicia del 29 de junio de 1937 a abril de 1939, tuvo mucho que ver.

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Pere Bosch Gimpera

Entre los depurados estuvieron personajes como Tomás Carreras Artau (1879-1954) que fundó en 1923 la Sociedad Catalana de Filosofía y fue diputado autonómico por la Lliga Regionalista en 1932 e impulsó decididamente la descentralización de la investigación española fundando la Delegación Catalana del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que conmemora ahora su 80 aniversario. Artau llegó a ser catedrático de ética en la Universidad de Barcelona desde 1912 hasta 1949. Creó el Archivo de Etnografía y Folklore de la CAC. Además, fue miembro de la Real Academia de las Buenas Letras de Barcelona. Junto con Jaume Serra i Húnter y Ramon Turró i Darder, fundó en el año 1923 la Sociedad Catalana de Filosofía, filial del Instituto de Estudios Catalanes. Junto con su hermano Joaquín Carreras Artau, obtuvo el premio de la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias, por la publicación entre 1939 y 1943 de la Historia de la Filosofía Española. Filosofía cristiana de los siglos XIII al XV. En 1946 se convirtió en el primer presidente del Instituto de Estudios Gerundenses y redactor de los Anales del Instituto de Estudios Gerundenses. Pero Artau no fue el único en ser depurado.

Otro ejemplo de depuración llevada a cabo por los autodenominados progres fue el físico Esteban Terradas (1883-1950). Huérfano de padre a temprana edad fue ayudado por una de esas personas que los ateos, laicistas y materialistas de Esquerra Republicana consideran execrables: su tío José, sacerdote, que le envió a estudiar a Alemania, a Charlottenburg (Berlín). Gracias a la intervención de ese "enemigo de la ciencia", Esteban volvió a España con trece años y cursó en dos todas las asignaturas del bachillerato, tras lo cual ingresó en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Barcelona, ciudad en la que había nacido. Con 20 añitos acabó la licenciatura en Ciencias Físico-Matemáticas y se puso a estudiar la carrera de Ingeniero Industrial. Al acabar se trasladó a Madrid para realizar dos doctorados, uno en Físicas y otro en Ciencias Exactas, sacándolos el mismo día de 1905. Acabó en 1909 sus estudios de ingeniero en Madrid. Las "malas influencias" de su tío cura le llevaron además a dominar el alemán, inglés, francés, italiano e incluso ruso. En 1909 fue elegido miembro de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, donde leyó su trabajo "Emisión de radiaciones por cuerpos fijos o en movimiento". En 1910 fue elegido presidente de la Sociedad Astronómica de Barcelona y en 1911 fundó la sección de ciencias del Instituto de Estudios Catalanes.

En plena monarquía parlamentaria de Alfonso XIII, obtuvo la cátedra de Mecánica Racional en la Universidad de Zaragoza y la de Acústica y Óptica en la Universidad de Barcelona, la única cátedra de Física superior que había en esa Universidad. Terradas se presentó a ambas y ambas consiguió. Aún no había cumplido los 23 años. Fue director fundador del Instituto de Electricidad y Mecánica Aplicada desde 1917 hasta 1924. Puso en marcha la Red de Ferrocarriles Secundarios de Cataluña (1918-1924). En 1924 se incorporó a la compañía norteamericana ITT, que consiguió el monopolio telefónico en España y creó la Compañía Telefónica Nacional de España, de la que Terradas fue director fundador de la misma en el periodo 1929-1930.

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Esteban Terradas i Illa

En 1923, fue uno de los anfitriones, en Barcelona, de la visita que realizó a España Albert Einstein. El físico alemán le definió como "uno de los cinco hombres más inteligentes que conozco y uno de los pocos que puede comprender hoy en día la Teoría de la relatividad". Fue uno de los principales valedores en España de la mecánica cuántica. Terradas se ocupó de ella y de divulgarla mediante comunicaciones a congresos, la edición de libros, impartiendo clases, dando conferencias, organizando encuentros científicos, etc. Siendo miembro de la Universidad de Barcelona se trasladó a Argentina donde pasó la Guerra Civil, tras ser purgado por Companys y Bosch Gimpera. En 1940 el físico Julio Palacios hizo una visita cultural a Suramérica con el fin de conseguir que el matemático Rey Pastor y Esteban Terradas pasaran a formar parte del claustro de la Universidad de Madrid. Al barcelonés se le concedió la cátedra de Física-Matemática de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid. Terradas tuvo mucho que ver en los primeros pasos institucionales y profesionales de la aeronáutica española a través de la Escuela Superior Aerotécnica y del Instituto Nacional de Tecnología Aeronáutica (INTA). Dio clases en la Escuela Superior de Aerotecnia fundada por el científico católico republicano –que no partidario del Frente Popular– Emilio Herrera. Terradas fomentó las visitas de prestigiosas personalidades internacionales al INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeronáutica, palabra que se cambió por Aeroespacial en 1963) creado en 1942 y del que él fue patronato presidente.

En 1944 fue elegido académico de la Real Academia Española. A lo largo de su vida obtuvo el doctorado Honoris Causa de las Universidades de Buenos Aires, Santiago de Chile y de Toulouse. El Asteroide 2399 (1971 MA), que forma parte del cinturón de asteroides que hay entre las órbitas de Marte y Júpiter, fue descubierto en 1971 por C. U. Cesco y nombrado Terradas en memoria de este científico español. De él se dijo que era "uno de los 6 primeros cerebros mundiales de su tiempo". Sería también presidente del Instituto Nacional de Electrónica (dependiente del CSIC), Presidente del Consejo de Administración de la Central Térmica de Ponferrada (que pertenecía a la Empresa Nacional de Electricidad) y de la Junta de Energía Nuclear (aunque casi no pudo ejercer este último cargo por su fallecimiento en 1950). Guillermo Rovirosa fue discípulo destacado en el equipo de investigación de Esteban Terradas, fundador de las HOAC (Hermandades Obreras de Acción Católica).

Pero también hubo científicos asesinados cuando los destinos de la Comunidad Autónoma Catalana eran regidos por Esquerra Republicana. Uno de ellos fue Ramon Casamada Mauri (Terrassa, 1874 - Barcelona, 1936). Era decano de la Facultad de Farmacia y catedrático de Técnica Física y Análisis Químico, además de Miembro de la Real Academia de la Ciencia, las Artes y la Medicina. Fue vicepresidente del Ateneo Barcelonés de 1926 al 1928. Destituido de su cargo por el comisario-rector de la Universidad de Barcelona, el tristemente famoso Pere Bosch-Gimpera, desapareció en octubre de 1936 a manos de milicianos y fue asesinado. La misma suerte corrieron Salvador Tayá y Filella (Barcelona 1882- 1936), catedrático y secretario en la Facultad de Farmacia de Barcelona; Antoni Guardia y Uberna (Barcelona 1896), médico especialista en patología médica, presidente de "Laboratorios Fher" o Francesc Xavier Palomas i Bons, doctor en Farmacia, profesor auxiliar interino en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona y autor de numerosas obras sobre farmacia.

Menéndez Pelayo se cansó de pedir un solo nombre de científico ajusticiado por la Inquisición Española, sin que hasta ahora tal pregunta haya llegado a ser contestada. Asesinar a cuatro científicos supone por tanto cuadruplicar en un período de tiempo inferior a cuatro años lo que aquella no hizo en casi cuatro siglos de existencia.

ERC y las ideologías que confluyeron en el Frente Popular fueron las mismas que levantaron el Muro de Berlín o que desencadenaron millones de muertos de hambre en Holodomor, a consecuencia de las políticas de Stalin (cuyo retrato fue colgado por el PSUC de la fachada del Hotel Colon de Barcelona). Ambas efemérides se conmemoraron este noviembre de 2019. Vaya desde aquí nuestro homenaje a todos ellos.

Lo narrado en el presente artículo no tiene por qué ser coincidente con la opinión oficial del CSIC

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