Rumanía es un país fascinante y rica historia y cultura no muy conocida, como ocurre con otros otros países de la Europa más occidental. Es posible que mucho más conocido a nivel mundial sea la célebre novela de Bram Stoker, un literato que jamás visitó en persona este país, pero en el que ambientó a su célebre personaje, Drácula, el vampiro más famoso de la historia cuyo nombre verdadero fue Vlad Tepes.
Tepes murió en 1476 y Stoker en 1912, pero el archiconocido Conde Drácula aún sigue vivo entre nosotros, gracias, en parte, a una extraordinaria producción cinematográfica y cultural que ha perdurado hasta nuestros días.
El príncipe de Valaquia, el auténtico Drácula, nació en 1431 y fue un personaje cruel y sediento de sangre, o así se ha ido forjando su leyenda a lo largo de los siglos. Fue un gobernante implacable y despiadado con sus víctimas, a los que gustaba practicar todo tipo de creativas torturas que él mismo ideaba, entre las que destacaba una en particular: empalar. Una práctica consistente en atravesar con una estaca el cuerpo, de arriba a abajo, castigo que aplicó a decenas de enemigos, regando con su sangre los caminos en los alrededores de su castillo. El Drácula literario era un vampiro chupasangre que a lo largo de los años, a través de diversas adaptaciones del personaje, ha ido evolucionando hasta convertirse casi una especie de anti héroe de dientes afilados.
Breve Historia de Vlad el empalador
Cuenta la leyenda que un príncipe de Valaquia entre 1456 y 1462, llamado Vlad Tepes, se propuso luchar con una ferocidad inusitada contra las hordas del imperio Otomano. Después de mucho batallar tuvo la sangrienta idea de plantar estacas en su territorio y en los alrededores de su castillo y en ellas atravesar los soldados otomanos caídos en batalla, de ahí su terrible apodo: Vlad el empalador, que años mas tarde inspiró al escritor Bran Stoker rebautizándolo como el Conde Drácula. Para los rumanos, Vlad Tepes es una figura histórica de referencia, comparable al Cid Campeador, en España.
El castillo de Bran. El falso castillo de Drácula
La relación que tuvo Tepes con el castillo de Bran fue bastante escasa. Al parecer estuvo pocos días en este castillo al ser supuestamente capturado y llevado a una de las mazmorras como prisionero.
Construido en 1226, aunque no se finalizó hasta 1388, originariamente se trató de una fortaleza elevada por los caballeros de la Orden Teutónica como posición defensiva en el año 1212. Desde entonces, militares, comunistas, familia real y particulares han controlado la zona.
A pesar de su aspecto macizo y fortificado, el castillo de Bran, situado a 30 kilómetros al sur de Brasov, justo donde comienza la región de Transilvania, recibió pocos asedios y su importancia militar fue menor. Solo fue habitado permanentemente durante las décadas de 1920 y 1930, cuando sirvió de residencia veraniega a la reina María de Rumanía.
Uno de los hechos históricos más destacados del castillo ocurrió terminada la Primera Guerra Mundial. En su interior se firmó el Tratado de Trianon, donde la región de Transilvania fue cedida al Reino de Rumania, y con esto, el castillo de Bran pasó a pertenecer a la administración rumana.
Como curiosidad, en 2007, Dominico de Habsburgo puso en venta el castillo por el precio de 50 millones de euros y la oferta fue aceptada por Román Abramóvich, un multimillonario ruso del petróleo, pero finalmente el trato no llegó a cerrarse y la propiedad sigue en manos de los Habsburgo.
El castillo no es demasiado grande podría decirse que con invertir menos de una hora es tiempo más que suficiente para recorrerlo. Su interior está lleno de varias y decepcionantes estancias amuebladas con todo tipo de detalles de los siglos XIX y XX
El castillo alberga unas 60 habitaciones a las que se llega a través de sinuosas y estrechas escaleras, y muchas de estas habitaciones están conectadas por pasajes subterráneos en los que hay colecciones de muebles, armas y armaduras de los siglos XIV a XIX.
El castillo de Poenari. El verdadero castillo de Drácula
El castillo de Poenari, erigido a comienzos del siglo XIII en la región de Valaquia, en la actualidad está casi en ruinas (principal razón por la que en su momento se eligiera como destino turístico el de Bran) aunque su localización es increíble, rodeado de bosques con decenas de ciervos y osos.
Construido entre 1377 y 1388, el castillo es un importante monumento nacional rumano estratégicamente situado para guardar la entrada desde Transilvania al valle del Arges.
Es de recibo mencionar algunos datos sobre la región de Valaquia (no confundir con Transilvania) verdadera cuna de Vlad Tepes. Esta extensión de tierra es una de las divisiones de Rumanía que está situada en la parte sur del país, situada al sur de las montañas de los Cárpatos y al norte del río Danubio. Su parte sur y este está constituida por la una llanura, muy plana, pero intercalada con ríos y formando, en algunos lugares, lagos naturales; la parte central y occidental es montañosa, mientras que su extremo norte está cerca de los Cárpatos.