
El pasado lunes tuvo lugar en Madrid una de esas presentaciones literarias cuya escasa repercusión mediática no se corresponde con la importancia de lo escrito. El tema queda resumido perfectamente en el título de la obra, ETA: 50 años de terrorismo nacionalista; y la relevancia del mensaje en las firmas que han desarrollado el proyecto. A los principales representantes de la Fundación Villacisneros, motor fundamental de la iniciativa, se les suman nombres destacados como Fernando Savater, Maite Pagazaurtundúa, Fernando García de Cortázar o Jesús Laínz. Personajes relevantes, grandes conocedores del nacionalismo vasco, cuyo máximo objetivo es "dejar un testimonio, aunque sea", para que el relato de aquellos años no se pierda entre eufemismos políticos y "tergiversaciones interesadas".
En esos términos se ha expresado en una conversación con este medio María San Gil, vicepresidenta de la fundación y otra de las firmantes, junto con Jaime Mayor Oreja, de varios de los artículos recopilados en el libro. "La idea surgió en uno de los desayunos que solemos compartir Íñigo Gómez-Pineda —presidente de la fundación— y yo", explica. "Estábamos bastante frustrados con toda la situación que se está viviendo desde hace tiempo, con el trato que le está dispensando este nuevo PSOE de Sánchez a Bildu y el abandono en que se tiene a las víctimas del terrorismo", añade. "Al final, la cosa consiste en la famosa batalla por el relato, esa palabra que yo tanto detesto". "No podemos permitir que las versiones nacionalistas se conviertan en hegemónicas. Que la gente olvide lo que realmente ha pasado aquí, todo el dolor que han provocado sólo unos, para que terminemos convirtiendo a Otegi en un hombre de paz y a Ortega Lara en un fascista". Pero el reto principal, como se suele decir, consistía en pasar de las musas al teatro. "Nos dimos cuenta de que no podíamos seguir quejándonos pero después no hacer nada. Así que comenzamos a pensar iniciativas y se nos ocurrió confeccionar un libro con los testimonios directos de personas con autoridad, que puedan dejarles un testimonio claro sobre la realidad de ETA a las generaciones futuras".
La obra consta de tres partes, además del prólogo de Gómez-Pineda. "Una primera centrada en cómo lo que ha cambiado no ha sido ETA, sino la política; una segunda que analiza la impunidad que goza el movimiento terrorista a día de hoy; y una tercera que trata de destacar la dignidad que se merecen las víctimas", comenta San Gil. La conclusión que cierra el libro lleva la firma de Fernando Savater; y en un cambio de guion imprevisto, el último apartado, destinado a acercar el vocabulario etarra a un público no iniciado en la materia, ha terminado por convertirse en un opúsculo aparte confeccionado por Carlos Urquijo. "Al final creemos que es mejor así. Dos libros por el precio de uno".
El libro ha sido editado en colaboración con CEU Ediciones, de la Universidad CEU San Pablo, institución que ha llegado a un acuerdo con la Fundación Villacisneros para desarrollar toda una colección conjunta. "De momento, ya tenemos pensado elaborar otro ejemplar centrado en la ideología de género y uno último sobre las mentiras del nacionalismo", concluye San Gil, antes de subrayar el mensaje que considera más importante: "No podemos permitir que esto se olvide".