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Las misiones de trabajadores cubanos en el exterior: "Pura esclavitud"

Más de 50.000 cubanos son explotados por el régimen fuera de la isla. Les retiene el pasaporte, se queda con el 85% del salario y les somete a abusos.

Más de 50.000 cubanos son explotados por el régimen fuera de la isla. Les retiene el pasaporte, se queda con el 85% del salario y les somete a abusos.
Concentración convocada por Prisioners Defenders contra la dictadura cubana, en Madrid. | Alejandro Martínez / Europa Press

Un contingente de entre 50.000 y 100.000 cubanos trabaja en el exterior de Cuba, por cuenta de empresas cubanas o del propio Gobierno, en el marco de las llamadas ‘Misiones de internacionalización’. Profesionales civiles (médicos, profesores, ingenieros, etc.) que son explotados por el régimen, que les retiene alrededor del 85% de su salario, lo que le reporta unos ingresos anuales de 8.500 millones de dólares. "Casi tres veces lo que gana por el turismo, que son unos 2.900 millones de dólares, y cuatro veces lo que gana por las remesas, de 2.000 a 3.000 millones", asegura el presidente de Prisoners Defenders, Javier Larrondo, para LD.

Lo más grave de este "negocio", explica, es que se produce en una "situación de esclavitud". "No son misiones, son intercambios comerciales de tipo civil en el exterior" y a los trabajadores les aplican una "legislación represiva". No hay otra forma de definir la conocida como "ley de los 8 años" con la que les amenazan constantemente, por ejemplo. "Si una persona abandona una misión o cuando termina decide no regresar a Cuba, por el artículo 135 del Código Penal, le cae una pena de 3 a 8 años de prisión". En consecuencia, en ese tiempo no pueden volver, ni siquiera a ver a sus hijos.

Pero es que, además, mientras trabajan en las "misiones" tienen que atenerse a reglamentos internos que coartan absolutamente su libertad. Así, el nuevo Reglamento 368 del Ministerio de Comercio Exterior (antiguo Reglamento 168) establece "cosas como que los trabajadores deben informar de sus relaciones sentimentales y amorosas a sus jefes de misión" o que "no pueden tener contacto con personas civiles, nacionales o extranjeros que sean contrarios a la revolución cubana o tengan un pensamiento distinto al modelo socialista".

Tampoco pueden "llevar a sus familiares con ellos a los países donde van a trabajar durante largos periodos de tiempo". Durante la duración de la misión, de 2 a 3 años, sólo pueden ver a sus seres queridos una vez al año. Trabajan en condiciones de auténtica esclavitud. "Del orden de 80 horas semanales. 70 y pico horas semanales de media, porque hay algunos que las superan", explica Larrondo. Y, para colmo, el salario que reciben, "ese 15% que el régimen cubano le deja al trabajador, suele estar por debajo del nivel de pobreza en el país de destino". El presidente de Prisoners Defenders pone como ejemplo lo que ocurre en Haití, donde es Noruega quien "financia todas las operaciones y paga un salario por cada médico". De los miles de euros de salario que el país nórdico paga, "se queda en 250 dólares al mes para el trabajador, el resto se lo queda el Gobierno cubano".

Falsa libertad

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Brigada de médicos cubanos enviados a Lombardía (Italia).

Los trabajadores de las "misiones" no gozan de libertad ni siquiera cuando salen de Cuba. "Son vigilados por agentes de la seguridad del Estado que les acompañan en todo momento y les retienen sus pasaportes. Es decir, cuando llegan al país de destino, el jefe de misión se coloca frente a la aduana, recoge todos los pasaportes y se los confisca".

El objetivo es que no se escapen. Por eso, les dejan indocumentados en el país de la "misión" y no les permiten sacar sus títulos académicos. Saben que, en caso de tenerlos en su poder, eso les permitiría "hacer una vida en el extranjero". Larrondo lo compara con "la trata de blancas". "Les impiden cualquier escapatoria".

Una situación que se suma a la angustia de no poder ver a su familia. En la mayoría de los casos, eligen a trabajadores que tienen hijos pequeños, les hace más manipulables. Saben que si cometen cualquier acto de "rebeldía", como faltar al trabajo o no regresar a Cuba tras la misión, no podrán verlos. No les permitirán entrar en su país en 8 años. "Este procedimiento esclavista que tiene el Gobierno cubano para extraer ingresos y usufructo del trabajo de los trabajadores en el extranjero es terrible", asevera Larrondo.

Esclavitud moderna

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Concentración en apoyo a las marchas contra el Gobierno cubano del 15N, en Madrid.

"Esto genera en todas las generaciones cubanas un trauma impresionante", explica el presidente de Prisoners Defenders. "Es esclavitud moderna". Y así lo entiende Naciones Unidas. "Lo ha dicho bien claro, están en situación de trabajo forzado".

Además, "hay un procedimiento en la Corte Penal Internacional, que ha pasado ya dos pequeñas fases previas a la Fiscalía y que sigue su curso" y "lo ha ratificado el Parlamento Europeo con dos resoluciones, la de 10 de junio de 2021 y la de 16 de septiembre de 2021".

De la misma manera lo han considerado Human Rights Watch y Human Rights Foundation. "Es decir, las organizaciones más relevantes ya han reconocido que lo que está pasando con las misiones de internacionalización de Cuba es pura esclavitud y que eso tiene que ser cesar".

Acoso sexual y abusos

El 40% de los trabajadores de las "misiones de internacionalización" de Cuba han sufrido acoso sexual o lo han presenciado. Así se desprende del estudio realizado por Prisoners Defenders tras recoger más de 1.100 testimonios de cubanos que han formado parte del contingente.

La situación es dramática para muchas de las mujeres que el régimen manda a trabajar fuera de la isla. "Los jefes de misión eligen a las mujeres que les parecen más bellas para poderlas acosar. Y si se resisten, las mandan a la selva", relata Larrondo. "Lo mismo hacen con parejas que van a una misión. Mandan al marido o al novio, y dejan a la mujer en la capital", para aprovecharse de ella.

El mundo lo permite

A finales de enero, Prisoners Defenders presentará "todo esto" ante el Parlamento Europeo, junto a una serie de organizaciones "con las que nos hemos unido" para presentar los más de 1.100 testimonios y todas las pruebas a su alcance, que -asegura Larrondo- "son muy contundentes y van a revolver las tripas de los diplomáticos europeos que lo escuchen".

No obstante, el ingeniero y empresario español sabe bien que "el puzzle de la diplomacia es muy complejo". Los efectos de este tipo de iniciativas no son inmediatos. No es fácil invertir las tendencias y más "cuando uno quiere cambiar una práctica que ha sido permitida por más de 100 países en el mundo, incluido España". En nuestro país, "llegan los músicos o los deportistas cubanos y se les retiene el 80% de su salario", destaca Larrondo. Y así ocurre "en Italia, en otros países europeos y en el mundo entero. Es una dinámica".

El presidente de Prisoners Defender se indigna con la posición de aquellos que piensan que al menos esos cubanos que trabajan fuera de la isla viven mejor sus compatriotas en Cuba. Parece increíble, pero "están en España con vigilancia, con retención de salario y viviendo por debajo del umbral de la pobreza".

"Lo que está pasando es tan escatológico, tan monumental en cuanto a número de personas afectadas y de las violaciones que se están produciendo, que poco a poco el mundo va a tener que echar para atrás", considera. "Han estado permitiendo la esclavitud de decenas de miles de trabajadores cubanos en su país".

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