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Recorremos un lugar de culto de dimensiones de vértigo. Subimos a la cúpula y constatamos el abandono con el que ha sido castigado el monumento durante años.

Libertad Digital te muestra en exclusiva el Valle de los Caídos antes de su probable cierre

Recorremos un lugar de culto de dimensiones de vértigo. Subimos a la cúpula y constatamos el abandono con el que ha sido castigado el monumento durante años.

Libertad Digital entra en el Valle de los Caídos en un momento crucial de su futuro. Ahora ni siquiera se llama así. Desde el pasado 22 de octubre, día que se publicó en el BOE la Ley de Memoria Democrática, ha pasado a denominarse Valle de Cuelgamuros. Se respira la incertidumbre y la tensión. ¿Será un Centro de Interpretación de la memoria? ¿Un cementerio civil? ¿El gobierno logrará cerrar la abadía de monjes benedictinos que desde 1958 se hacen cargo de la basílica?

Con Pablo Linares, presidente de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos, recorremos todas las estancias del lugar.

El Valle de los Caídos tiene dos Guinness World Records: a la mayor cruz de la cristiandad, de 150 metros de alto y la basílica más larga con 262 metros de longitud.

El reportaje arranca bajo la cúpula principal, de cuarenta y dos metros de altura, decorada "con mosaico de 5 millones y medio de pequeñas teselas". Estamos en el lugar donde reposaban los restos de Franco en 2019. Observamos varias baldosas negras de mármol nuevas, no sólo la del hueco de la lápida. Nos dice Linares: "Sí, el Ministerio de la Presidencia se afanaba en decir que era una maniobra muy sencilla desde el punto de vista técnico, pero parece que se complicó más de lo debido porque tuvieron que hacer un destrozo más que evidente".

¿Qué significado tiene el Valle de los Caídos? Linares insiste en varias ocasiones en que es un "ejemplo de paz, en el momento que hay enterradas juntas, 32.847 caídos de ambos bandos de la guerra, no de un bando, no del que ganó, no del que venció, no del que perdió, de ambos bandos. Aquí todas las espadas, y hay varias representadas, están siempre hacia abajo formando una cruz y no en una posición de ataque o de hacer daño al de enfrente". Rodean el altar mayor cuatro enormes arcángeles de bronce, de 7 metros, con estas armas.

Su abuelo, cuenta, fue "uno de los obreros libres que trabajó aquí. Republicano" y que "él siempre comentó que todo lo que se contaba de este lugar, era rigurosamente falso". Lleva 40 años investigando su construcción. Una historia que la mayoría de los españoles conoce por tradición oral y sobre la que pocos expertos, como el profesor Alberto Bárcena, se han preocupado de investigar.

El Valle de los Caídos es la tormenta perfecta de la Ley de Memoria, concentra todas las obsesiones de la izquierda: la Guerra Civil y los dos bandos, las tumbas de Franco (hasta hace tres años), la del líder de falange, José Antonio Primo de Rivera "en un lugar preeminente", dice, y la cruz, símbolo católico.

Una fijación para la izquierda y asunto embarazoso para el resto de partidos políticos que, por miedo a la polémica, ha dado la espalda a la conservación de un conjunto monumental impresionante. Humedades, falta de inversión desde hace décadas o ni siquiera disponer de una acceso para minusválidos.

En los laterales de la basílica (subterránea, excavada en la montaña), en los brazos del crucero, hay dos capillas, la del Santísimo y la del Santo Sepulcro. Aquí reposa la mayor parte de los más de 33.000 caídos en la guerra que se encuentran en Valle. Se accede por unas escaleras laterales. Algunos están en cajas, otros no, ubicadas en habitaciones, los osarios, excavados en las paredes y distribuidos en varios pisos.

Desde hace años se mantiene una batalla judicial entre los que quieren trasladar los restos de sus antepasados y los que no. El caso más conocido de los que piden la exhumación es el de una familia de Zaragoza, los hermanos Lapeña y "que, por supuesto, cuenta con todo nuestro respeto", dice Linares, representante de los que se niegan a la apertura de las cajas. Según afirma, en "el 85% de los casos no está acreditado bajo ningún punto de vista que se encuentren aquí". A la asociación de Linares pertenecen "258 familias que sí está perfectamente acreditado que los restos de los suyos se encuentran aquí pero que no quieren que se les toque ni que se les someta a prueba de identificación forense para buscar otros restos que, repito, no está acreditado que se encuentren en este lugar".

Libertad Digital ha tenido acceso a imágenes exclusivas de los osarios y se puede ver el estado lamentable de descomposición. Hace años se derrumbó el suelo de uno de ellos, incluso hay restos sueltos. Linares habla de "montoneras de huesos". Es uno de los grandes conflictos que afecta al Valle de los Caídos.

El Valle de los Caídos "ha sufrido tres atentados terroristas en toda su historia, el de unos anarquistas franceses, otro de ETA y el tercero de los Grapo".

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