Hace 100 años, Howard Carter, que llegó a Egipto como un sencillo dibujante, halló en el Valle de los Reyes la tumba de Tutankamón, un hito absoluto para la arqueología. El descubrimiento no tardó en convertirse en noticia internacional y provocó en el mundo una especie de egiptomanía del que España no se libró. Carter celebró conferencias para presenar sus trabajos de excavación. Cuatro de ellas, en 1924 y 1928, se celebraron en Madrid gracias a la amistad que mantenía con Jacobo Fitz-James (1878-1953), XVII duque de Alba y abuelo del actual duque de Alba. De hecho, la relación era tan íntima que se alojó en su propia residencia.
"Carter no hizo muchas más visitas a otros países y cuando vino a España generó un interés mayúsculo, recogido ampliamente por la prensa y haciendo que se viviera un efecto Tutankamón", aseguró Martínez, uno de los comisarios de la muestra.
Jacobo fue presidente del Comité hispano-inglés y se relacionó con grandes intelectuales de la época. Conocía a Lord Carnarvon, el mecenas de Howard Carter, quien presumiblemente los puso en contacto en uno de los viajes del duque de Alba a Egipto, un país que le fascinó. De hecho, existe una íntima relación de la Casa de Alba con Egipto desde la época de la Emperatriz Eugenia hasta la actualidad.
Carter dedicó casi una década a inventariar los tesoros hallados en la tumba del faraón niño, pues, a diferencia de la mayoría, esta no había sido saqueada y se halló tal cual la dispusieron para Tutankamón. De estas tareas fue informando puntualmente al duque de Alba, como consta en varias cartas.
La exposición, hasta el próximo 30 de abril de 2023, reúne más de 100 piezas que incluyen documentos originales y objetos artísticos de la colección y archivo de Casa de Alba. El itinerario expositivo está dividido en seis bloques temáticos que van desde la figura de Tutankamón, Howard Carter, Lord Carnarvon y el descubrimiento de la tumba hasta la fascinación por Egipto.