La Comunidad de Madrid da la batalla contra la sectaria Ley de Memoria Democrática del gobierno de España, que no solo cambió el nombre del conjunto monumental del Valle de los Caídos, ahora de Cuelgamuros, si no que su intención es "desacralizar" la Basílica y expulsar a la congregación benedictina establecida en la abadía.
Según se ha anunciado hoy la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, dirigida por Mariano de Paco, "iniciará los trámites para declarar Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Patrimonio Inmaterial, estos coros que se han encargado de preservar la tradición oral a lo largo del tiempo y han tenido un papel fundamental en el desarrollo de sus comunidades religiosas". Son dos los coros afectados, la Escolanía de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos y la de los agustinos del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, fundada en 1567 por Felipe II.
A comienzos del mes de julio se conocía que el Ejecutivo de Sánchez había abierto negociaciones con el Vaticano para la salida de los benedictinos el año que viene. El Ministro de Memoria, Ángel Víctor Torres, decía en una entrevista en el diario El País que se haría la expulsión ""cuanto antes" y añadía: "Si fuera por nosotros"... "ya no estarían allí los monjes benedictinos… Ahora hemos puesto velocidad de crucero". Darles la máxima protección (BIC) podría suponer que los benedictinos, responsables del coro, no podrían ser expulsados.
Por su parte el Secretario de Estado, Fernando Martínez López, pidió "eliminar la Cruz del Valle" por ser "como si te vas a Auschwitz y eliminas un crematorio". En su día la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso le contestó que "nunca" dará permiso.
Un coro con prestigio internacional
El coro de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos está compuesto por 40 niños procedentes de toda España. Tienen entre 8 y 16 años y además de la formación académica que les corresponde (desde 1º de Primaria a 2º de Bachillerato) reciben educación musical completa especializada en canto gregoriano e hispano-mozárabe. Fue creado en 1958 por los padres benedictinos y está reconocido a nivel nacional e internacional.
Fuentes cercanas a la escolanía ven esto como "un primer paso".