El 11 de agosto de 1851 se iniciaban las obras del canal que habría de abastecer de agua a la ciudad de Madrid, el Canal de Isabel II. Hasta la construcción del canal, Madrid se abastecía de las perforaciones subterráneas, sobre todo en zonas montañosas, que eran canalizadas mediante galerías que se conocían como «viajes de agua» y almacenadas en depósitos. Luego era el cuerpo de aguadores el que literalmente llevaba el agua en cubos a las viviendas. Al menos era así en las familias acomodadas, puesto que éste era un servicio de pago. En los barrios humildes solían ser las mujeres las que se desplazaban a las fuentes públicas provistas de cántaros. Madrid contaba entonces con unos 220.000 habitantes, por lo que las fuentes podían abastecer de unos 10 litros de agua diaria por persona. Menos en caso de sequía. Este sistema, con sus lógicas mejoras, pervivía desde la invasión musulmana. Fue Bravo Murillo quien en 1848 decidió que ya era hora de modernizarlo.

El entonces ministro de Instrucción, Comercio y Obras Públicas, encargó a una comisión el estudio de las posibles alternativas a este anquilosado sistema de avituallamiento. El resultado fue la Memoria sobre la conducción de aguas de Madrid, que proponía la construcción de una presa en el río Lozoya, en la zona conocida como Pontón de Oliva, y unir este embalse con un depósito que se levantaría en los Altos de Vallehermoso, en la llamada Explanada de los Guardias, a través de un canal.

El proyecto contaría con la implicación personal de la Reina, que financió una parte de las obras aportando cuatro millones de reales. Después de siete años, 1.700 obreros y no pocas dificultades, se inauguraba el canal el 24 de junio de 1858. Había sido un desafío técnico en toda regla, la primera gran obra de ingeniería urbana de la España contemporánea, y por ello quiso presentarse como el paradigma de la modernización liberal que traía el gobierno de Isabel II.

El canal no sólo terminaba con el problema de la escasez de agua, sino que permitía ensanchar la ciudad, terminando con el hacinamiento de su casco urbano. Además mejoraba la higiene doméstica y, gracias a las nuevas bombas de presión, permitía elevar la altura de los edificios. Todo un punto de inflexión en la historia reciente de Madrid.

Otras efemérides de este día que deberías conocer

0897: Fallece Wifredo el Velloso víctima de una incursión wallí en Lérida.

1137: Ramiro II renuncia al reino tras casar a su hija Petronila con Ramón Berenguer IV. Se irá a un monasterio.

1801: Fallece Félix María de Samaniego.

1950: El príncipe Balduino se hace cargo de la regencia en Bélgica.

1956: Fallece Jackson Pollock, pintor estadounidense.