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Publicada en 1986

'It': Cuando Stephen King nos hizo odiar y temer (aún más) a los payasos

Una vez más, el autor consigue esa mezcla perfecta de provocar pavor en el lector y, a la vez, una necesidad urgente de pasar a la página siguiente.

Una vez más, el autor consigue esa mezcla perfecta de provocar pavor en el lector y, a la vez, una necesidad urgente de pasar a la página siguiente.
Fotograma de la versión cinematográfica de 'It'.

"George, soy el señor Bob Gray, también conocido como Pennywise el Payaso. Pennywise, te presento a George Denbrough. George, te presento a Pennywise. Ahora ya nos conocemos. Yo no soy un desconocido y tú tampoco. ¿Correcto?". Pues no. Porque Pennywise es también un pájaro gigante, una momia, un hombre lobo, un padre que maltrata o una estatua que cobra vida. Pennywise es una araña gigante, una criatura del macrocosmos, un fuego fatuo. Pennywise es eso, escrito en cursivas, un mal primitivo e indefinido nativo de otro mundo.

Publicada en 1986, en It (Eso), Stephen King desarrolló su propio Macondo con la ciudad ficticia de Derry, unida desde su fundación al mal sobrenatural, a algo que aterrizó en la Tierra en tiempos antediluvianos en un meteorito y que despertó cuando un grupo de colonos se asentó en el terreno sobre el que se erigió. La historia de la ciudad está vertebrada por una serie de episodios terribles que suceden, aproximadamente, cada 30 años. El lector recorre con facilidad sus calles, sus cloacas, la fundición Kitchener, el río Kundeskeag o la biblioteca. Sus personajes son tipos elaborados, en los que el autor profundiza hasta el máximo detalle, especialmente en sus miedos. El lector se apiada de ellos, se asusta con ellos, teme a sus villanos. Formalmente, King escribió una gran novela.

La supervivencia de Eso -la criatura, digo-, su alimentación, se basa en los traumas profundos, los terrores viscerales y la falta de imaginación. En los 50, Pennywise/la momia/las sanguijuelas mutantes/una anciana nauseabunda ya fue vencido por "Los Perdedores", un grupo de siete niños con pocos tópicos de héroes: Bill -El tartaja-, Mike Hanlon -un niño negro que sufrió agresiones racistas-, Ben Hanscom -el gordo-, Beverly Marsh -quien recibía palizas de su padre-, Richie Tozier -el gracioso-, Eddie Kaspbrak -sobreprotegido por su madre-, y Stan Uris -el judío. Estos crecieron, olvidaron de manera radical, se mudaron a otras ciudades, conocieron el éxito. Todos menos Hanlon, quien permaneció en Derry. En los 80, cuando transcurre el 'presente' de la novela, vuelven las atrocidades. Hanlon investiga, encuentra evidencias, se convence de que el mal ha regresado, y avisa al resto de la panda para que vuelvan a combatir. Acuden todos menos uno, que se suicida.

"Los Perdedores" son más vulnerables en su segundo asalto porque han crecido, han perdido imaginación y agallas, se han hecho más pragmáticos. En la infancia se prometieron que si Eso regresaba volverían para cargárselo de una vez por todas. Y, a grandes rasgos, de eso va la novela, vaya.

¿Es It (Eso) la mejor novela de Stephen King? Es una de las más completas, tanto cualitativa -por el universo que crea, sus personajes, la trama- como cuantitativamente -1.503 páginas. Es muy interesante la secuencia de saltos temporales que plantea King. Ayuda muchísimo a perfilar a los personajes, sus contradicciones, cómo fueron en su infancia, cómo son ya de adultos, cómo se reencuentran con sus pesadillas. Quizás flojea en su resolución: el rito indio para matar a Eso, el acceso al macrocosmos, La Tortuga -criatura que representa la antítesis del monstruo-... son ingredientes que cumplen, pero que -quizá- están un peldaño por debajo de la intensidad y del suspense que emana el resto de la publicación. ¿Desluce esto el resultado final? Desde luego que no.

Así, aconsejamos su lectura: una vez más, Stephen King consigue esa mezcla perfecta de provocar pavor en el lector y, a la vez, una necesidad urgente de pasar a la página siguiente, y a la siguiente, etcétera. Quédense con la novela y no con ese híbrido asimétrico de serie/película que protagonizó -y de manera genial- Tim Curry -Juanma González ya habló de ella.

Ah, y por cierto: el George Denbrough del que hablábamos al principio del artículo es un niño de seis años al que Eso acaba matando, arrancándole de cuajo un brazo desde una alcantarilla. Suelto el spoiler porque este asesinato tiene lugar al comienzo de la novela. Imagínense cómo continúa.

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