En los últimos años, los lectores españoles hemos redescubierto a una serie de escritores centroeuropeos , que no conocíamos o que habían pasado de moda: Robert Musil, Sándor Marai, Stefan Zweig ... A su indudable calidad literaria añaden la complejidad de la inteligencia y la sutileza en el análisis psicológico. Dan testimonio, además, de una Europa refinada y culta, que brillaba en ciudades como Viena, Budapest o Praga.
¡Qué diferente de la actual marea de vulgaridad analfabeta! A la lista anterior debo añadir a un autor al que, hasta ahora -como tántas cosas- yo desconocía y que no desmerece, al lado de esos grandes nombres: Gregor von Rezzori (1914-1998). Su biografía tiene ya algo de novela: hijo de un funcionario del Imperio austro-húngaro, vivió en varios países de Centroeuropa, estudió Medicina, fue pintor, actor y escritor.
Acabó viviendo en la Toscana: no era tonto, ciertamente... En la madurez, conservaba la imagen de un galán de cine, como si fuera el padre de la familia Trapp, pero su inteligencia es mordaz, corrosiva.
Se publican ahora en España tres novelas cortas suyas, tan bien escritas como inquietantes. El cisne es una "novela de aprendizaje" a la madurez de dos jovencillos aristócratas, a los que los campesinos exigen matar a un cisne feroz. Todos los personajes son complejos, contradictorios, con "trasfondos oscuros", "tan seductoramente despreciables". Sentimos una "risa viciosa", una "malvada satisfacción", "el dulce efluvio de lo putrefacto".
Asistimos al final de un mundo, simbolizado en unas medallas de un ejército que ya no existe, en una mosca que vaga sin rumbo, en un ángel caído. En ese ambiente, apenas hay acción (lo contrario de una novela "negra") pero se desarrolla una feroz guerra secreta de los sexos, en el seno de familias que acumulan tensión, hasta que todo estalla... Los personajes se sienten desterrados de su país, de su mundo. El pesimismo sobre el género humano es tremendo: la peor tragedia, contemplar cómo "aquellos a los que ama han acabado pareciéndosele"... Una gran novela (nada alegre, desde luego).
En el segundo relato, el acantilado es símbolo del peligro atractivo: todos estamos, siempre, al borde de un "abismo". La historia de un tallador de imágenes populares de la Virgen está llena de símbolos eróticos, freudianos (la boca de la odiada madre, la calva-pene del protagonista, la carne sangrienta, los cuchillos del carnicero) dentro de una atmósfera de obsesiva sexualidad.
El tercer relato, publicado póstumo, nos sitúa en la Italia de fines de los sesenta, la de los atentados de las "brigadas rojas". Un joven de la alta burguesía, un "jovencillo" de cincuenta años, "hippy" viejo, inútil total, descubre lo que considera que es "la realidad" a través de un programa escandaloso de televisión y de su bella presentadora, "Afanjauer" (así pronuncia ella la duración del espacio: "half an hour"). El autor nos hace contemplar, de nuevo, la tentación del abismo, de la automutilación, del suicidio... Y todo eso se refiere a una individuo, a una clase, a toda una sociedad (¿nos suena algo de esto?). El mundo que presenta se resume en la ignorancia, la estupidez, el caos; las Brigadas Rojas heredan a los Balillas fascistas; la terrorista confesa se consagra como estrella de la televisión.
Con tono grotesco, de tragicomedia, asistimos a la llegada de los bárbaros. ¿Puede extrañarnos que este relato haya molestado a algunos críticos?
Un gran autor, Von Rezzori, dentro de la mejor tradición centroeuropea: inteligencia, complejidad, ironía trágica. Nos ofrece la sonrisa desengañada de "aquellos melancólicos que han acabado amando la opereta". Algo semejante a lo que sentimos al escuchar los valses de "El caballero de la rosa": el refinado fruto de una Europa que ya no existe.
Gregor von Rezzori: Sobre el acantilado y otros relatos, Madrid, ed. Sexto Piso, 2014, 181 págs, 17 euros. ISBN: 978-84-15601-68-5.