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Francisco Narla: "Pensé que lo más terrible en un vuelo sería que el piloto fuese un asesino y se cumplió"

El escritor gallego nos habla de Caja negra, la novela que anticipó la tragedia de los Alpes.

El escritor gallego nos habla de Caja negra, la novela que anticipó la tragedia de los Alpes.

Un piloto de aerolínea de bajo coste, asociable, cruel y frío, aprovecha su soledad en la cabina para bloquear la puerta y hacer descender el avión hasta estrellarlo. No nos referimos a Andreas Lubitz y a la tragedia de los Alpes, sino al argumento de la novela escrita hace cinco años por Francisco Narla.

"Fue muy desconcertante", asegura a Libertad Digital este escritor gallego, refiriéndose al momento en el que conoció el incidente de Germanwings. "Recuerdo que estaba en casa, viendo con interés la declaración del fiscal francés. Me sentí desasosegado. Me quedé impactado en ese mismo instante porque resultaba tan similar a la pesadilla que yo había pensado para asustar a los lectores".

A los pocos días, Caja negra se agotó en todas las librerías. La editorial Planeta propuso a Francisco Narla posponer el lanzamiento de su nueva novela, prevista para este mes, y relanzar esta historia escrita en 2010. "Me siento incómodo. Me alegro de que la novela se venda, pero tiene un trasfondo desagradable. Yo no soy quien para juzgar eso, pero moralmente es cuestionable", confiesa el escritor.

Caja negra es un thriller, que "roza la línea entre novela negra, de terror e intriga parapsicológica" enmarcada en el mundo de la aviación comercial, un escenario que su autor conoce bien puesto que es piloto. Thomas Rye es su protagonista, un asesino en serie, que vuela cada día con la oscura "necesidad de quitar vidas". Pero ¿cómo

construir un personaje capaz de algo tan atroz? "Cuando creé la novela, lo hice intentando imaginar el peor escenario posible. Imaginaba averías muy complicadas, un incendio en un motor, una bomba, un atentado... todo lo que pudiera asustar al pasajero. Pero pensé que no hacía falta, que lo más terrible para un pasajero sería pensar que su piloto era un asesino. Lo que jamás imaginé es que esa pesadilla abandonase su cárcel de papel".

No han faltado las voces críticas que lo tachan de oportunista. "No me gustaría que los lectores lo pensaran, pero no puedo hacer nada. La novela tiene cinco años. Podrán creerme o no, pero no he llamado a nadie. Siempre he sido una persona muy comedida. Como escritor no escribo temas políticos, ni adoctrino, no es mi función. Yo quiero entretener y una forma es con novelas de terror. No he hecho nada malo, escribí una novela hace cinco años, una terrible pesadilla que realmente asusta un montón y, por lo demás, si a alguien le disgusta, lo siento", aclara.

La novela ha salido al mercado justo la semana en la que se conocían los datos de la segunda caja negra del vuelo de Germanwings que el pasado 24 de marzo se estrelló en los Alpes franceses. Los investigadores confirmaron que el copiloto ensayó la maniobra durante el trayecto de ida de Dusseldorf a Barcelona, pero aseguraron que no podía haber sido detectado. En el siguiente trayecto, Lubitz bloqueó la cabina y llevó a cabo su plan. "Ese sistema se implantó para evitar interferencias ilícitas y parecía que funcionaba bien. Nunca se planteó la posibilidad de que el propio piloto fuera quien quisiera hacer daño. Ha evitado más problemas de los que ha podido causar. Esto es una excepción, pero hay que asumir que la seguridad total es imposible de adquirir", asegura Narla.

Una novela "más allá del accidente"

Caja negra incluye otras intrigas que lo distancian de la curiosidad inicial que puede suponer para el lector esta similitud con la tragedia de los Alpes. Comienza con dos historias sin nexo común, separadas en el tiempo por tres décadas, que confluyen en "un final que pretende ser muy sorprenderte". "La novela va mas allá del accidente. Tiene otros valores, como descubrir el Bangkok más oscuro, las peleas ilegales de peces luchadores, las leyendas gallegas o ese mundo de las psicofonías de los años 70".

El otro protagonista es Sinesio Amorós, un funcionario gris y apático que había llevado una vida rutinaria y aburrida, fascinado por las noticias publicadas en el diario Pueblo sobre los fenómenos paranormales de Bélmez y las psicofonías allí grabadas. "Me apasionaba el acervo cultural, las leyendas gallegas. Me sorprendió la seriedad de algunas cosas y me asustó la chabacanería de otras, pero busqué lo más serio que pude", cuenta el autor de Lugo. "Debía enfocarlo de una manera muy neutra, que respetase a todos los amantes de ese misterio, pero que fuera veraz. Me aproveché del movimiento parapsicológico y del miedo implícito que la gente tiene a lo desconocido. A ese cóctel le añadimos mitología celta y un par de casos reales y tenia un escenario aterrador pero realista", añade.

Realidad con un toque de ficción

"Es irónico, pero lo único que no estaba inspirado en la realidad, lo del piloto, se ha convertido en realidad, es perturbador". Tan perturbador como la tercera historia que se intercala, la de un estudiante japonés capaz de dejar sin aliento al lector. "Una señora me dijo 'el libro se me cayó de las manos'. Me pareció muy agradable pensar que se llevase ese susto".

Francisco Narla es un piloto que escribe bastante bien, como demostró en otras obras como Los lobos del centeno o Assur, aunque en Caja Negra, curiosamente su novela menos leída hasta el momento, abusa quizás de sus conocimientos del sector para perderse entre capítulos aeronáuticos. Sin embargo, avanzado el libro, termina enganchando al lector. Las similitudes con Andreas Lubitz, tal y como afirma Narla, llegan a ser desconcertantes.

Francisco Narla. Caja Negra. Editorial Planeta. ISBN: 978-84-08-14342-0. 352 páginas.

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