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Félix de Azúa: "Estábamos al servicio de ideas comunistas que habían fracasado con enormes carnicerías"

El escritor ingresó este domingo en la RAE recordando los "años convulsos" de París y las huelgas universitarias de los 70 en España.

El escritor ingresó este domingo en la RAE recordando los "años convulsos" de París y las huelgas universitarias de los 70 en España.
El escritor Félix de Azúa al término de su discurso. | EFE

Como todo buen escritor, Félix de Azúa sabe contar historias y entretener con ellas, y lo ha demostrado al convertir su discurso de ingreso en la Real Academia Española en un ameno "cuento" con el que ha evocado sus comienzos literarios y su pasión por las novelas de aventuras caballerescas.

Ante más de quinientos invitados, el poeta, novelista y ensayista catalán leyó su discurso, titulado "Un neologismo y la Hache", al que luego respondería Mario Vargas Llosa.

Félix de Azúa recordó los "años convulsos" de revueltas estudiantiles en París y huelgas universitarias en España de la década de los 70, en la que la sociedad estaba "al servicio de ideas comunistas, consideradas esperanzadoras, pero que habían fracasado con enormes carnicerías comparables a las del Tercer Reich".

En su intervención, el escritor aludió a los "hechos de armas" de su generación, acompañados de "insensatas cruzadas y sus fracasos". "Los muertos, los desaparecidos, los prisioneros, los que habían arruinado su vida no solo por la revolución social, sino sobre todo por la ideología del momento, las drogas, las comunas... toda la insensatez que fue cobrándose vidas de jóvenes. En mi círculo de amigos hubo más bajas que en el de mi padre durante la Guerra Civil", resaltó.

En su respuesta, Mario Vargas Llosa destacó la "independencia" de Azúa y la "relativa soledad a la que le han llevado sus ideas y convicciones". A su entender, resulta "difícil ser independiente" en esta época en la que "ya casi no hay ilusiones", algo que Azúa ha logrado aunque por el camino se diera cuenta de que la cultura no iba a tener un papel primordial en la nueva sociedad. "Creo que uno de los primeros españoles en convencerse de que esto era una fantasía bastante irrealizable fue él", ha aseverado.

Homenaje a Martín de Riquer

Azúa ha pasado a ocupar el sillón que previamente ocupó el medievalista Martín de Riquer. El filósofo aseveró que conoció "un poco" al académico ya fallecido y fue quien le transmitió la pasión por el léxico medieval y renacentista, hasta el punto de verse fascinado por escribir una novela de aventuras caballerescas tras presenciar una conferencia suya en Barcelona.

Asimismo, defendió la labor de la RAE, aseverando que pertenecer a esta institución es "un asunto de interés popular". "La academia es popular, a la gente le interesa y le entretiene todo lo que se relaciona con ella. Evidentemente, las palabras son un elemento tan vital en nuestras vidas como el agua", añadió.

En este sentido, reiteró que una buena parte del trabajo académico corresponde a "recoger y clasificar las nuevas especies de palabras que se producen de modo espontáneo", si bien no deberá dejar de proponer otras palabras "que se hacen necesarias para cubrir un vacío de significado que ha quedado al descubierto".

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