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Podemismo y transformismo, dos 'Furias divinas'

"Un travesti se disfraza menos que un político", parece afirmar con frescura lo último de Eduardo Mendicutti.

"Un travesti se disfraza menos que un político", parece afirmar con frescura lo último de Eduardo Mendicutti.
Portada de 'Furias divinas' | Tusquets

La ultracorrección política que domina nuestros tiempos ha constreñido nuestra capacidad para reírnos de todo, de todos y de nosotros mismos, por ese eterno temor a la ofensa de ideas y pensamientos ajenos. Una sociedad aséptica es una sociedad aburrida: tal parece ser la tesis de la nueva obra de Eduardo Mendicutti (Sanlúcar de Barrameda, 1948). Y contra esta cultura biempensante se rebela esta novela.

Furias divinas presenta a un variopinto grupo de transformistas de La Algaida (Murcia) que abren un local, el Garbo, para hacer la competencia al club de alterne que hay enfrente, el Loren. Cuando llega el evento social del año, el Baile de las Diademas, una ostentación de lujo que en tiempos de crisis ellos consideran inaceptable, deciden colarse y sabotearlo sin miramientos, al grito de "¡Sí se puede!".

Este punto de partida permite lucir a Mendicutti dos de sus habilidades: la hilarante creación de personajes y situaciones, en un estilo cercano a P.G.Wodehouse, y la facilidad para recrear el habla coloquial, con un delicioso toque camp. Así pues, cada capítulo da voz, en primera persona, a uno de estos artistas. Los más destacados: la Furiosa, maquillador a domicilio ("Ya le habría gustado tener mis manos a la que maquilla a la Cate Mos esa"); la Tigresa, exchapero brasileño reciclado en mayordomo ("He competido con tortolitos de todos los países: venezolanos, búlgaros, rumanos... Y competir es una cosa que enriquece mucho"); la Canelita, maestro sin plaza y compositor aficionado ("'No te voy a dejar en una gasolinera', una canción total, un referente contra el abandono de mascotas"); la Marlón-Marlén, exlegionario e imitador de Edith Piaf, y Ernesto Méndez, trasunto del autor, expareja del alcalde de la pedanía, ambos rescatados de Otra vida para vivirla contigo.

Abundan entre las páginas de esta entretenida, a ratos tronchante y ocasionalmente conmovedora novela dardos de actualidad -los semáforos igualitarios-, cargados de ironía ("Dejé de votar de pronto a la izquierda verdadera y voté a la izquierda de garrafón"), con la política como diana principal ("¿Por qué no te haces de Ciudadanos? Seguirás siendo de derechas pero parecerás moderna"). UPyD queda reducido a chiste permanente, y Podemos es solo la opción de los desesperanzados que creen haber encontrado la solución a sus problemas.

La obra, en apariencia, es una sucesión poco ambiciosa de escenas cómicas en las que Mendicutti reivindica a los marginados del colectivo gay, a aquellos homosexuales cuyo estilo de vida parece haber pasado de moda, frente al personaje del alcalde, progre y de pluma contenida. Pero el autor desliza un asunto sobre el que reflexionar: ¿deben sacrificar las minorías sus señas de identidad a cambio de la integración? Quizá en estas 180 páginas el lector halle la respuesta.

Eduardo Mendicutti. Furias divinas, Barcelona, Tusquets, 2016. 182 páginas, 16 euros. ISBN: ISBN 978-84-9066-246-5

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