El filósofo Antonio Escohotado nos ha recibido en su casa-biblioteca, en el rincón de pensar, esa esquina amueblada de libros donde pasa unas 14 horas al día. Tiene la espalda bien custodiada por el legado intelectual de los hombres más brillantes de de la historia.
Como él lo ve, ha dedicado su vida a analizar y comprobar los dos temas tabú de nuestra sociedad. "Lo peor es que la gente no quiere saber", nos dice. Son los efectos de las drogas, su historia con mayúsculas, y los del comunismo.
Este adelanto al reportaje completo de su biblioteca es el alto que hicimos en la actualidad española. En el resurgir del estatismo. "Los podemitas dicen que el mundo va fatal. El mundo irá fatal siempre que a ustedes les voten y manden en algo", comenta. Escohotado les recomienda que "sean humildes y se pongan a estudiar". Sin ir más lejos, no estaría mal que empezaran por la magistral trilogía del autor, Los enemigos del comercio, cuya tercera parte saldrá a final de año.
Sobre los nuevos votantes del rancio populismo cree que un 30% son "los hijos de los que en 2008 iban de millonarios", antes de que explotara la burbuja inmobiliaria. Es decir, aquellos que vivían por encima de sus posibilidades.
Escohotado critica la renta básica universal y a aquellos que "por existir pretenden que les paguen un dinero". Así resume la idea de Pablo Iglesias o de Nicolás Maduro, "para que personas como tú o como yo sean gravados para que ellos puedan seguir sin trabajar. Y añade, que es "para los que no saben trabajar con alegría", que "es el nacimiento de la muerte" o que "daría lugar un país de indolentes e incapaces".
"Los que ponen en la puerta de su casa: odio todo"
Rebatiendo a los resucitadores del populismo afirma que "el mundo va a mejor"; pero si "hace cien años los españoles eran un pueblo esmirriado, que medía diez centímetros menos". Y concluye, "pero hay unos juzgadores que ponen en la puerta de su casa odio a todos salvo a los que también odian todo, que estos son mis amigos".
"Nadie gana nada con la igualdad"
El pensador, de corazón socialdemócrata, cree que "en un momento como el actual el liberal tiene que demostrar apertura. El liberalismo no puede ser conservador. Muchos de los que ahora se llaman liberales tienen terror al cambio".
Según Escohotado "el liberal tiene que manifestar sensibilidad a la unidad indisociable de la justicia y de la libertad. Y añade "tenemos libertad porque amamos la justicia y tenemos justicia porque amamos la libertad. La única igualdad que podemos sostener es la igualdad ante la ley. Hemos aprobado unos preceptos y los tiene que obedecer desde el más manda al que menos manda".
En el otro lado, pero acercándose peligrosamente, "una serie de insensatos que bien por misantropía, por odiar al hombre o a sí mismos, por otro tipo de resentimientos o por ignorancia quieren igualdad. Nadie gana nada en esos términos".