Julia Escobar compone una novela brillante, costumbrista, al estilo de aquella Emilia Pardo Bazán. Un relato que "ergotiza" con ironía sobre los principales dilemas morales de una sociedad decadente en sus valores. Dice la novela "la democracia es, en realidad, una cacocracia. Ni siquiera las asociaciones de víctimas se escapan a esta norma".
