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Darío Villanueva: "Para alimentar la industria cultural aparecen libros de usar y tirar, es la postliteratura"

En el día Internacional del libro, el director de la Real Academia Española hace un balance de los hábitos de lectura en nuestro país.

En el día Internacional del libro, el director de la Real Academia Española hace un balance de los hábitos de lectura en nuestro país.
Darío Villanueva, Director de la Real Academia Española | RAE

Darío Villanueva Prieto, catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Santiago de Compostela, fue elegido (silla D) el 5 de julio de 2007, con el discurso titulado El Quijote antes del cinema. En 2015 accedió al cargo de director de una institución fundada en 1713, la Real Academia Española, bajo el lema "Limpia, fija y da esplendor".

Con motivo de la conmemoración del Día del Libro, Darío Villanueva se muestra optimista respecto a la industria editorial, la cual goza de buena salud según consta en el informe "La lectura en España" (de la Federación de Gremios de Editores de España), como ha contado en el programa Es la mañana de fin de semana, en esRadio:

"Nuestra industria editorial está muy consolidada, es muy potente, parte de las empresas que forman parte de ella son multinacionales, el mercado de Hispanoamérica está cubierto -en parte- por el trabajo que nuestros sellos hacen in situ. Al fin y al cabo, detrás del libro está el idioma que rompe las barreras geográficas con ese ingente número de lectores que tenemos también en allí".

Este informe, sin embargo, vierte datos contradictorios: por un lado sostiene el 39% de los españoles no leyó ningún libro en 2015 y las librerías se redujeron hasta 3.650 en 2013 (casi 700 menos que el año anterior). Sin embargo, añade que en los últimos 15 años se registra un aumento de 11,2 puntos en la proporción de lectores frecuentes. La respuesta a este dilema está en la crisis económica que ha cambiado en modo de acceder a los libros:

"La crisis ha tenido una influencia considerable en la lectura, lo percibimos en las obras que la RAE edita y publica, por ejemplo, en el diccionario publicado en 2014 ha tenido un descenso notable en su circulación si lo comparamos con la edición anterior (publicado en 2011). Sin embargo, nos encontramos con buenos datos como que en este periodo la literatura infantil y juvenil ha resistido magníficamente bien, y es en esa etapa de las personas en la que el cerebro es más esponjoso y está más abierto. Es entonces donde se establecen pautas de conducta que marcaran la vida, por eso es interesante que se fijen esos hábitos de lector, que seguirán ya de adultos".

La evolución de las nuevas tecnologías tiene pros y contras: se publican muchos más libros (2016 se publicaron 81.391 libros en nuestro país), gracias a la autoedición, que hace más accesible que nunca que los escritores publiquen sus libros. Abaratar costes facilita que aparezcan libros que en otra época habrían sido tajantemente rechazados por un editor.

"Se produce un fenómeno que yo llamo 'postliteratura', aquella que nace con voluntad de ser efímera, a diferencia de lo que ocurre con la literatura de siempre, que pretendía todo lo contrario. Decía Antonio Machado que 'la poesía es la palabra esencial en el tiempo'. En cambio, hoy en día para alimentar una industria cultural con materia prima aparecen libros de usar y tirar. Algo que contradice la concepción de la literatura que muchos tenemos".


Novela histórica y serie negra

El gusto por la novela negra destaca en los intereses de los lectores contemporáneos, junto con la novela histórica. Lejos quedan géneros como el ensayo y la poesía.

"La historia proporciona cantidad ingente de personajes, y aporta cierto exotismo temporal y espacial que sirve para atrapar a los lectores que hacen que este género viva una segunda edad de oro, como pasó en el siglo XIX. La gran literatura es un fenómeno de minorías, y la propia industria está alimentando a grandes contingentes que demandan libros con productos que a veces son flojos, muy efímeros, pero en otras ocasiones son obras destinadas a perdurar".

Por último, pone de manifiesto la importancia de la Real Academia Española en la divulgación del idioma, pero también en otros dos grandes pilares de la sociedad:

"Yo siempre digo que nosotros aportamos las gramáticas, los diccionarios y las ortografías, pero más importante que la función de la Academia es la de la del sistema educativo y el de los medios de comunicación".

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