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'La sustancia del mal', el libro del verano

El autor italiano Luca D'Andrea firma este thriller ambientado en un pueblo tirolés que esconde un pasado atroz del que nadie quiere hablar.

Si les ocurre como a muchos, que no pueden pasar cerca de una librería sin echar un ojo a su escaparate para descubrir cuáles son los títulos que destacan, habrán visto un libro con una portada casi infantil de una montaña nevada y una pequeña casa en su portada. Es La sustancia del mal (Alfaguara), el último trabajo del escritor italiano Luca D'Andrea. Se trata de un thriller que ha entrado por la puerta grande en más de 30 países y cuyos derechos se adquirieron antes, incluso, de ponerse a la venta. Será adaptado como serie de televisión internacional.

En sus primeros capítulos, La sustancia del mal puede despistar. Se acerca a un libro para aventureros y desafiadores del mal de altura que puede resultar algo desconcertante –o aburrido– al principio. Pero no. Es la historia de una obsesión que te devora, que te impide pensar y que toma las riendas de tu vida sin permitirte discernir lo realmente importante. Es un thriller que, con matices que recuerdan a Stieg Larsson, Stephen King o Jo Nesbø, te atrapa por la sencilla razón de que necesitas saber quién es el asesino. Las sospechas van saltando de persona en persona como en una carrera de relevos.

La historia es narrada en primera persona por Jeremiah Salinger, un estadounidense que filma documentales para la televisión. Decide pasar una temporada junto a su familia en el pueblo tirolés del que procede su esposa. Allí se topa de frente con una brutal historia ocurrida treinta años atrás.

Me había manchado con el peor de los pecados.
Había sobrevivido
Merecía un castigo.

En 1985, durante una terrible tormenta, tres jóvenes son brutalmente asesinados y mutilados en el Bletterbach, un enorme cañón tirolés reconocido como Patrimonio Mundial de Unesco. Es un idílico paraje ensombrecido por este espantoso crimen que, parece, nadie quiso resolver. Salinger busca respuesta en los muertos, pero los "muertos son sordos". A medida que el protagonista va conociendo a los lugareños, más crece su obsesión. Todos parecen saber y callar, todos parecen esconder oscuros secretos.

Rasca por debajo de la superficie de un pueblecito de setecientas almas y encontrarás un nido de víboras.

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El Bletterbach, cañón tirolés | Wikipedia

Salinger gana enemigos con una facilidad pasmosa en su calidad de "huésped bienvenido". Los extranjeros no gustan, son unos entrometidos. Él es tan foráneo como el lector y juntos irán conociendo las leyendas, misterios y secretos de esta comunidad. Será nuestros ojos y nuestros oídos. La estructura elegida por el autor consigue que la locura del protagonista por resolver ese crimen cale también en el lector.

Luca D'Andrea es un gran traductor de emociones. Trasmite muy bien la lucha del deber y el querer, los impulsos ocultos, los traumas, el estrés postraumático. Logra también una ambientación excepcional, muy visual, gracias a su propia experiencia. El escritor vive en Bolzano, a veinte kilómetros de la zona y conoce bien la esencia del Bletterbach. El lector siente el frío en sus pulmones o la agonía de la muerte que se avecina a una claustrofóbica brecha en la montaña. No faltan las "teorías demenciales" que ofrece el Bletterbach, pues este lugar cuenta la historia geológica de las Dolomitas y es un pozo sin fondo para albergar tesis pseudocientíficas.

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D'Andrea fue guionista de la serie documental Mountain Heroes sobre el equipo de rescate alpino, que inspiró La sustancia del mal. El mismo documental que rueda el protagonista.

Luca D'Andrea. La sustancia del mal. Alfaguara, 2017. ISBN: 9788420426457. 472 páginas. Precio: 10.99 €

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