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Un Tío Blanco Hetero: "La burocratización del sexo a la hora de buscar síes explícitos es terrible"

Uno de los youtubers más crítico con el feminismo publica, junto a la antropóloga Leyre Khyal, Prohibir la manzana y encontrar la serpiente.

En la era Youtube, la red ha abrazado el debate social sobre el feminismo. En toda esa marabunta que se alza en contra y a favor, ha sabido asomar la cabeza con destreza Un Tío Blanco Hetero (UTBH), el azote de las conocidas como "feministas de cuarta generación". Junto a Leyre Khyal, antropóloga y sexóloga, publica Prohibir la manzana y encontrar la serpiente (Deusto), un libro que pretende poner algo de "cordura" al asunto y demostrar que la convivencia entre los dos sexos es más que posible. El famoso youtuber traspasa al papel el mensaje que lanza en sus vídeos y completa el discurso con la versión femenina de Khyal, más teórica y académica.

Ambos exponen sus discursos alternativamente en diez capítulos de tipo "De la causa de la igualdad al feminismo de la identidad", "Contra el patriarcado del detalle", "El #MeToo", "Mujer busca culpable" o "Cuando el feminismo perdió la perspectiva". Defienden que este debate esta burocratizando las prácticas sexuales, está provocando relaciones disfuncionales y alienta la misoginia.

Pregunta: ¿Qué pretendéis con este libro?

Un Tío Blanco Hetero. Queríamos dar esa doble visión entre hombres y mujeres, apuntar a una cierta conciliación cuando parece, o eso nos dicen, que deberíamos estar enfrentados. Es una forma de criticar a los que buscan esa guerra de sexos absurda.

Leyre Khyal. Mi intención es revisar cuál es el origen de la situación que vivimos y ver las distorsiones existentes en el discurso feminista.

Pregunta: ¿Es el feminismo una amenaza?

LK. No, para nada. Lo amenazante del feminismo es la deriva irracional en la que ha entrado. Se ha perdido la tradición de pensamiento, de debate interno y se ha institucionalizado, convertido en algo muy dogmático. El feminismo original, ese que busca pensar lo que significa ser mujer y en nuestra libertad, ese lo reivindico. Es amenazante instalar una idea dada sobre lo que es la libertad femenina y sobre lo que son las mujeres.

Pregunta: Defendéis que el debate público actual sobre estas cuestiones nos ha llevado a repensar las relaciones entre hombres y mujeres. En la práctica, ¿en qué se ha traducido?

UTBH. Da la sensación de que se están revisando todas las dinámicas y las relaciones entre hombres y mujeres desde una óptica en la que se entienden como enfermizas. La mujer aparece como un objeto pasivo y el hombre como un sujeto activo que ejerce ciertas presiones sobre ella. Me parece interesante reivindicar la libertad de las mujeres y la capacidad de ser más de lo que las quieren pintar, ser más que esa suerte de objeto sin voz ni voto en las decisiones que toma.

LK. Este debate tiene unas dimensiones positivas como el tema de la conciliación o la implicación de los hombres en el trabajo doméstico, pero tiene otras caras no tan positivas como esa vigilancia en las esferas más íntimas que nos lleva a vivir malentendidos, y digo malentendidos, como situaciones perjudiciales en sí mismas solo para la mujer.

Pregunta. En este libro se puede leer que "vamos a tener que tener sexo ante notario a partir de ahora". Con afirmaciones así, ¿no caéis justamente en el radicalismo que criticáis?

UTBH. Esa frase está escrita en un contexto humorístico, desde luego que no pienso que lleguemos a eso. Sí es cierto que la burocratización de las prácticas sexuales a la hora de buscar síes y noes explícitos, es algo terrible. El sexo no es algo fijo que todo el mundo practique de la misma forma, un sí puede ser un no y un no puede ser un sí, una mirada puede significar algo dependiendo de la empatía de las personas.

PREGUNTA. Da la sensación de que colocáis a Leticia Dolera como portavoz del feminismo y no creo que la mayoría de feministas la vean así.

UTBH. Leticia Dolera sí que me parece el paradigma de lo que se ha convertido el feminismo y de cómo lo entiende la mayoría. Prueba de ello es que su libro va por la 10ª edición, aunque luego el personaje ha caído. No es una crítica personal hacia ella, sino a lo que representa. Se convirtió en un referente, iba a todas las televisiones y nadie le cuestionaba nada. Decía lo que le daba la gana, veías a Risto Mejide o el presentador de La Sexta aprender mucho de ella. Es lo que bauticé como el feminismo pop: una cara bonita y bonitas palabras. Estaba introduciendo ideas bastante nocivas.

LK. Ella representa un momento determinado de feminismo y ha contribuido a que sea una moda. El feminismo es mucho más que Leticia Dolera.

PREGUNTA. Nombrabas a Risto Mejide, ¿qué responsabilidad tienen los medios de comunicación?

UTBH. Casi toda. También la clase política. Creo, sin embargo, que los medios generan el contenido que nosotros queremos escuchar o demandamos.

PREGUNTA. ¿Entonces la sociedad demandaba que el feminismo estuviese en la agenda del día?

LK. Los debates sobre la libertad de la mujer han estado desde hace mucho pero ahora estamos en una ola feminista. Es cierto que, esta vez, tiene que ver con propuestas que vienen de Estados Unidos, pero es algo que ha pasado más veces sin necesidad de traerlo de otro sitio.

UTBH. Hemos cogido diferentes teorías que estaban prosperando en EEUU y directamente las hemos puesto en el Google Translate: micromachismo, cultura de la violación…. Cada vez hay menos pensamiento propio.

Pregunta. En el libro entráis en debates sobre la naturaleza de hombres y mujeres. ¿Creéis que hay un intento de reescribir las leyes de la biología en pos del feminismo?

LK. Tratan de justificar que hay que tirar abajo el orden de género mirando a las dimensiones culturales del sexo. Aunque tú aceptes que, efectivamente, hay una dimensión cultural, la consecuencia lógica no es tirar el sistema de género sino todo lo contrario. No hay ningún hallazgo antropológico que haya encontrado una cultura sin sistema de género, es el esqueleto esencial de la sociedad.

UTBH. Lo que ellos proponen nunca se va a significar en la realidad. Desean que mujeres y hombres vayan con la misma cadencia a todo. Reclaman eso basándose en factores culturales y no lo van a conseguir a no ser que haya una injerencia del Estado brutal. Es una excusa constante para no parar con esta locura jamás.

Pregunta. Hay un capítulo que se titula "Mujer busca culpable". También aparece el concepto "mujer vengativa". ¿Es este el camino más acertado para tirar por tierra el feminismo?

LK. Se pueden hacer críticas contundentes sin caer en este tipo de relatos que, a lo mejor, suponen un porcentaje. Ese tipo de discursos fortalece el feminismo absurdo y le da sentido.

UTBH a Leyre Khyal: Pero, ¿no te parece que muchas de estas feministas vienen de tener relaciones patológicas con otros hombres? Como Barbijaputa o Beatriz Gimeno, de Podemos. Las relaciones que pueden haber tenido con personas del sexo contrario creo que sí que ha influido. Es mucho más fácil si tú has pasado por una situación como esa, entender el feminismo de la forma en la que ellas lo entienden.

LK. Pero entonces estarías dándoles la razón porque si mayoritariamente las mujeres son feministas y la causa de las feministas es una experiencia patológica con hombres, estaríamos aceptando que efectivamente los hombres son mayoritariamente agresivos, abusadores, etc. Yo no creo que la crítica al feminismo deba ir por ahí.

UTBH. Sí, pero creo que el hecho de que estén dando clases sobre cómo debe ser una relación personas que solo han tenido malas relaciones, me hace sospechar que es lo que puede haber detrás de ese discurso.

LK. Cuando tú revisas tu biografía en la clave de 'los hombres son mis adversarios' muchas situaciones que antes eran de desencuentros entre iguales se convierten en un abuso de un hombre sobre una mujer.

UTBH. Es muy fácil llegar a chicas jóvenes a través de mensajes del tipo 'si a ti te han mirado el culo o si te ha dicho tal cosa por la calle, es por esto'. Y le sueltan su ideología.

PREGUNTA. En el libro también aparece el concepto "ansiada utopía igualitaria". ¿Es realmente una utopía?

UTBH. Es imposible obtener los mismos resultados en grupos distintos. Si tu idea de sociedad ideal es una en la que no exista ninguna diferencia en los resultados, que es como marcan ellos la idea de igualdad, no se va a dar. Además, solo se reivindican los trabajos más cómodos, los trabajos forzosos como la minería o la obra, no. El hecho de que no se consiga esa paridad es una excusa para seguir introduciendo cada vez más medidas y más agresivas, hasta que se colapse el sistema y nos vayamos a tomar por culo.

PREGUNTA. Con el #MeToo surgieron hombres que se sentían la víctima. Se consideraban atacados y se quejaban de que no sabían cómo actuar.

LK. Se produce una disfunción social porque no sabemos cómo relacionarnos. Seguro que muchas mujeres no entienden ahora que les quieren decir algunos hombres. Cuando tú llevas el lenguaje de la seducción al lenguaje explícito, la seducción ha fracasado.

PREGUNTA. Hoy en día se analiza todo en clave feminista/machista: el deporte, las series, la música. ¿Hasta cuándo?

LK. El feminismo necesita el machismo para existir y viceversa. El feminismo honesto busca acabar con el machismo, no tiene otro interés en el feminismo que ese, pero el feminismo está un poco pervertido y desde que se ha institucionalizado hay otros muchos intereses alrededor. Esta lectura dicotómica de la realidad es muy nociva para la sociedad y nos convierte en disfuncionales.

PREGUNTA. Reserváis espacio en el libro para el "feminismo anticapitalista". ¿Esta tendencia no es un incongruencia?

LK. Precisamente es en el capitalismo cuando las mujeres se incorporan al mercado laboral, disponen de propiedad y de capital, se nos permite emanciparnos.

UTBH. Además, es curioso que sea en realidades capitalistas donde estos movimientos han prosperado.

PREGUNTA. ¿Os atacan más desde la derecha o desde la izquierda?

UTBH. Siempre hablamos de que la izquierda se tacha como machista, fascista, homófobo a todo lo que se separa de sus líneas dogmáticas de pensamiento, pero me estoy dando cuenta en los últimos meses de que hay cierto dogmatismo en sectores de la derecha en los que, en el momento en que te sales mínimamente, te empiezan a etiquetar como bolchevique, pagafantas o marxista.

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