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Florencia Etcheves: "Vivimos rodeados de personas con gran capacidad de hacer daño"

Tras el éxito de Cornelia, la famosa periodista argentina publica Errantes, un thriller sobre "el poder de los débiles".

Florencia Etcheves (Buenos Aires, 1971) es una de las caras más conocidas de la televisión argentina, con una extensa trayectoria asociada a los programas de crímenes y asesinatos. Tras 25 años en ese ambiente, ya no era feliz y redirigió sus fuerzas y sus ilusiones a la literatura. Errantes (Planeta) es su cuarta novela, un thriller que se vale del perverso engranaje de las sectas para explorar "el poder de los débiles".

La novela arranca con el suicidio de tres adolescentes sin problemas aparentes. Los tres ingirieron raticida para quitarse la vida y, además, los tres se escondieron para cometer el suicidio: el primero lo hizo debajo de su cama, la segunda en la caseta del perro y la tercera en el armario. Detectando la posible conexión entre estos sucesos, la periodista Carmen Hidalgo decide investigar esas muertes. Paralelamente, encuentra una foto en la que aparece su madre, que comienza a dar signos de demencia, junto a una niña que nadie conoce. En el reverso de la imagen, una frase: "Los fieles son arcángeles que poseen los rayos de siete colores, los hijos los heredan".

Con esta trama, Etcheves quiso poner por escrito varios de los asuntos que le daban "vueltas en el estómago" desde hacia un tiempo. "Quería probar una suerte de teoría, pensar qué pasa si muchos débiles se juntasen y conformasen un poder capaz de retorcerle el brazo a los poderosos, si muchos oprimidos pudieran enfrentarse al opresor", cuenta a Libertad Digital en un céntrico hotel de la capital. Para dibujar este "choque entre débiles y fuertes", se valió de las sectas: "Empecé a pensar qué mecánica criminal vulnerabilizaba a las personas para viciarles tanto la voluntad que les convertían en prácticamente en nada".

Así surge León, un guía espiritual que lleva décadas sometiendo a sus fieles. "Las debilidades son atemporales y universales. El ser humano, más allá de los avances tecnológicos, es igual de vulnerable. No hay nada que combata la soledad, el despecho o la tristeza y hay quién las detecta. Por eso León puede actuar impunemente, hace 40 años atrás y en la actualidad".

A pesar de que tipos de esta calaña, por suerte, son una excepción, la autora advierte de que "estos gurús están más cerca de lo que pensamos". "Se creen dioses o mesías, son inteligentes, tienen esa capacidad de detectar quién es vulnerable, son muy hábiles. Distinguen entre el bien y el mal, pero disfrutan con el mal. Estamos rodeados de personas con gran capacidad de hacer daño. Sin llegar a ese extremo, hay un montón de gurús que tienen relatos muy floridos y seductores y que, a veces, nos enganchan. Pueden ser políticos, famosos, periodistas... En el relato hay un arma de poder muy grande".

Esta trama le llevó a explorar la esencia del ser humano y el origen de la maldad. "Todos podemos ser malos, creo que sí. Existen frenos inhibitorios, pero hay personas que no los tienen. Todos hemos pasado alguna vez la frontera de lo correcto y nos arrepentimos porque sabemos que está mal, pero el ser perverso disfruta con eso".

La memoria como valor histórico

Otra de las reflexiones que afloran en esta novela tiene que ver con la memoria. "En un país en el que la memoria es un valor histórico, ella se atrevía a olvidar" (pág.80). Esta es una frase dedicada a Sonia, la madre de Carmen. "Uno de los sostenes de la democracia en Argentina es la memoria, el no querer volver a una dictadura militar que arrasó el país, con abuelas que hoy en día siguen buscando a sus nietos. El 24 de marzo, las marchas en las calles argentinas son enormes. Miles de jóvenes, hijos de la democracia, están allí porque han escuchado los relatos de sus padres y de sus abuelos y quieren gritar 'nunca más'. A mí me gustaba escribir un personaje que, en un país así, hace su propia revolución y decide olvidar".

En cuanto al tratamiento de los suicidios, reconoce que no se puso ninguna línea roja a pesar de la delicadeza del asunto. Quería abordar esta problemática tras la aparición del juego conocido como "La ballena azul", un vil reto a nivel global que buscaba que los menores se quitasen la vida.

En sus tres anteriores ficciones, Florencia Etcheves dio el protagonista al policía Francisco Juánez. Esta vez, en Errantes, apuesta por la periodista Carmen Hidalgo. "Es todo lo contrario a la periodista que yo fui. Mis personajes son libres de actuar y pensar. Cuánto más incorrectos, más atractivos. La incorrección en la ficción es sumamente atractiva", reconoce la escritora argentina.

Etcheves es coautora de dos ensayos periodísticos: No somos ángeles (2007) y Mía o de la tumba fría (2009). También es autora de novelas policiacas como La Virgen en tus ojos (2012), La hija del campeón (2014) y Cornelia (2016), un thriller sobre la trata de mujeres con fines sexuales que tendrá su continuación en octubre.

Florencia Etcheves. Errantes. Planeta, 2019. Número de páginas: 256. 17,90 €

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