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Eloy Moreno: "Los humanos somos seres capaces de acostumbrarnos a cualquier cosa"

El escritor castellonense presenta Tierra, su última novela, con la que promete cambiar la forma de ver el mundo de sus lectores.

El escritor castellonense presenta Tierra, su última novela, con la que promete cambiar la forma de ver el mundo de sus lectores.
Eloy Moreno | Ediciones B

Poco se puede saber de Tierra (Ediciones B), la última novela de Eloy Moreno (Castellón de la Plana, 1976), antes de adentrarse en su lectura. La contraportada del libro ofrece pocas pistas. Simplemente una única promesa ambiciosa del escritor: al finalizarla, nuestra forma de ver el mundo habrá cambiado. Ante esas incógnitas lo único posible es dejar que sea él mismo quien presente su nueva obra. Por eso, hablamos con él.

Pregunta: ¿Qué se puede saber y qué no se puede saber sobre Tierra antes de leerla?

Respuesta: Pues se puede saber poco, la verdad. De hecho en la contraportada no pone nada. Únicamente una pregunta. Diré simplemente que la novela desarrolla dos historias que se van entremezclando. Pero decir algo de alguna de las dos sería desvelar el libro. Para presentar la atmósfera, al menos, creo que puedo resumir la primera escena: un hombre que lleva a dos niños en su coche. Les ha prometido que van a jugar a un juego. Los está llevando a una cabaña y cada uno de los niños —un niño y una niña— lleva una llave colgada del cuello. Los deja allí encerrados y se va. Luego, a una distancia prudente, espera. Pero antes de que el juego pueda acabar se escucha el grito desgarrado de la niña. La escena acaba ahí y la novela se desarrolla 30 años después. Entonces, por una parte una historia se centra en ese juego que nunca se terminó; y la otra desarrolla una especie de reality en el que ocho personas se van a aislar del mundo para siempre. Lo que pretendo es ir desvelando por qué ocho personas exitosas y conocidas en las redes, con una vida aparentemente de color de rosa, al menos de cara al público, quieren escapar del mundo. En ese punto es en el que se juntan las dos tramas, pero desvelar mucho más sería destripar la novela. Por último, diré que todo está ambientado en Islandia, que es un país precioso que conozco bien, y que además es el lugar perfecto para aislarse. Ten en cuenta que es una isla con una superficie más o menos parecida a la de Portugal, pero con una población equiparable a la de Alicante. Así que, imagínate. Ahí no ves a nadie en todo el día. Era el escenario perfecto para la novela.

P: Uno de los temas de la novela es el temor a la verdad.

R: Sí. Realmente, todo el libro va sobre eso. De las cosas que pensamos que son reales y no lo son; del querer conocer la verdad pero que, después, cuando te la dicen, no te guste… De hecho, todo es muy dual. Hasta la portada del libro juega con esa idea. La foto, preciosa, muestra a una chica en un lago. Pero la foto es bonita hasta que te das cuenta de que no debería existir, porque ese lago no debería existir tampoco: debería ser hielo, no agua. Entonces, eso también sirve para que nos demos cuenta de que toda realidad tiene dos partes, ¿no? La que vemos, que es bonita, y la otra, verdadera, que muchas veces no nos gusta. Prácticamente todo el libro es así. Ir descubriendo verdades dolorosas, tanto para los personajes como para el lector. No ya sólo verdades íntimas o sentimentales, sino también sociales.

P: Pero más concretamente, la trama se sostiene sobre algunas premisas. ¿Crees realmente que el ser humano es un virus encargado de cargarse el planeta?

R: Bueno, se comporta como tal. No es un virus, pero se comporta como un virus. Somos como parásitos que estamos acabando con lo que nos da la vida.

P: También enlazas varias críticas distintas a toda una especie de "hipocresía social", dividida en distintos niveles. Una muy evidente es al mundo de las redes sociales.

R: Sí, tanto para los que maquillan su realidad como para los que les siguen en las redes. Todo lo que hay detrás, vamos, que parece hecho de cartón piedra.

P: Y otra, también evidente, va dirigida a la industria del entretenimiento.

R: Sí, yo es que conozco a mucha gente que trabaja en televisión, en realities, y al final, hablando con ellos, te cuentan que todo es absolutamente falso. Todo está guionizado. Pero mucha gente no lo ve. Son como esas verdades que no queremos saber pero que al final están ahí.

P: ¿La televisión es mentira?

R: Esa es otra de las críticas que se hacen en el libro, pero en el fondo son críticas que he sacado de la calle. Lo que la gente comenta. Al final siempre estamos todos diciendo que nos engañan, pero tenemos que darnos cuenta también de eso.

P: ¿Estamos dominados por lo que nos hacen creer unos pocos poderosos?

R: Tampoco creo que haya un plan predeterminado dirigido a dominarnos. O sea, somos idiotas de por sí. Realmente es muy fácil idiotizarnos a todos. Así que no, no creo que exista ningún plan. Simplemente el ser humano se acomoda. Y cuanto más cómoda es nuestra vida, es mucho más fácil que desarrollemos hábitos poco críticos, o que nos conformemos con lo que hay.

P: ¿No hay resquicios de verdad?

R: Claro que hay resquicios. La protagonista de la novela es una periodista que intenta ser independiente. Pero también, hoy en día ser periodista independiente es ser un héroe.

P: ¿Estamos a merced de la estupidez que mencionabas antes? ¿No somos capaces de controlar y de dirigir nuestro futuro?

R: Bueno, creo que una cosa que pasa es que el ser humano se acostumbra a todo lo que sea progresivo. Es decir, los programas que aparecen ahora no podían haber aparecido hace 30 años, porque habrían supuesto un shock. Pero hemos ido siguiendo un trayecto que nos ha traído hasta aquí. Ahora aguantamos cosas que antes no aguantaríamos. Todo lo que sea progresivo, se aguanta. De hecho, la novela se inicia con una cita de Dostoyevski que nos define de esa manera: seres capaces de acostumbrarnos a todo.

P: Sacando a colación otra premisa esgrimida por uno de los personajes: ¿hay personas que merecen vivir más que otras?

R: Bueno, sí, pienso yo. O sea, estamos hablando de una situación extrema, evidentemente. Y no es lo mismo un ladrón que un policía, ¿no? No es lo mismo una persona que hace daño que una persona que hace el bien. Ese personaje se refiere a eso. En la novela hay un momento en el que se encuentran ante la disyuntiva de tener que salvar a un determinado número de personas, no puedo desvelar mucho más. Y claro, la pregunta que surge entonces es: ¿a quién salvarías? Es una pregunta que, si nos la hiciesen, cada uno respondería una cosa distinta. Porque, evidentemente, la mayoría de nosotros querría salvar a todos, pienso yo. Pero cuando eso no es posible, ¿qué haces? Se trata de ese tipo de pregunta moral que hace pensar. Creo que lo bonito de mis libros es eso: que te hagan debatir.

P: Otro de los grandes temas de fondo es el medioambiente. Sin desvelar demasiado, ¿cuál es la tesis que querrías que se quedase el futuro lector antes de adentrarse en la novela?

R: Bueno, un poco lo que comentaba antes, de la portada. El ver que hay fotos que nos encantan, fotos muy bonitas, pero que son fotos que no deberían existir. Islandia, por ejemplo, fue el primer país que hizo un funeral de Estado por un glaciar. Yo he estado viajando allí desde hace mucho tiempo y he podido ver cómo cada vez hay menos hielo. Son realidades que te hacen darte cuenta de lo que sucede. Entonces, sí, el medioambiente es un tema que, aunque no es el principal, sí que está detrás en todo momento, como trasfondo.

P: Lo mencionaba porque otra pregunta que aparece en el libro, de forma más o menos velada, es si estamos a tiempo de solucionar el problema climático.

R: Claro. Una cosa que dicen los psicólogos es que el ser humano no es capaz de pensar a largo plazo. No somos capaces de ser plenamente conscientes de las consecuencias a largo plazo de nuestros actos. Y el tema del medioambiente es una de esas preocupaciones a largo plazo… Entonces, para mí la gran pregunta es: cuando el problema ya esté aquí, ¿qué? A lo mejor ya no hay marcha atrás.

P: ¿Qué hay de nuevo y qué hay de reconocible en Tierra con respecto a tus novelas anteriores?

R: Bueno, realmente todas mis novelas son muy distintas las unas de las otras. La anterior, Invisible, no tiene nada que ver. Y pasa lo mismo con El bolígrafo de gel verde o con Lo que encontré bajo el sofá. Pero luego, es verdad, todas comparten este gusto por los temas universales, que te hagan pensar. También le doy mucha importancia a las relaciones humanas. Los conflictos que surgen en ellas. En este caso eso se ve en la relación de dos hermanos que han perdido el contacto.

P: Hablando de eso, ¿cuál ha sido el mayor reto a la hora de escribir este libro?

R: Lo más complicado es conseguir que la trama sea fácil para el lector. Al final eso lo he conseguido, porque tengo lectores pequeños, de doce o trece años, que han leído el libro ya y no han tenido ningún problema. Y eso me ha relajado, porque aunque la trama era compleja en mi cabeza, he visto que he conseguido que se siga de una forma sencilla. Es algo que requiere mucho trabajo, en el fondo. Es un libro que ha requerido muchas revisiones, para que todo cuadrase.

P: ¿Cuáles han sido tus referentes literarios?

R: Pues, aunque no tengo un referente concreto que se repita siempre, para esta novela podría mencionar a Orwell, por ejemplo. Creo que esta novela sí que tiene cosas que pueden recordar a 1984 o a Rebelión en la granja. Y también mencionaría a Asimov. Esa manera de mezclar la realidad con la ficción, con los robots, y eso. Aunque aquí no hay robots. Pero sí las grandes preguntas morales que nos trae el desarrollo tecnológico y científico.

P: ¿Consideras que cumples tu promesa? ¿Los lectores van a ver de otra manera el mundo cuando acaben la novela?

R: Bueno, sólo con que miren algo de una forma distinta ya habré conseguido lo que me proponía. Realidades que no piensas que sean así, o cosas que aunque las tengas delante nunca las habías visto de esa manera. Si consigo hacer eso, creo que ya habré cambiado el mundo de esa persona. A eso es a lo que se refería mi promesa.

P: Para acabar, ¿cómo se la venderías al futuro lector?

R: Pues un poco con lo que acabamos de decir: creo que es una novela que te hará mirar al mundo de otra forma. Y luego, también, diría que es una novela dirigida a personas a las que les gusten las historias que dejan un poso detrás, y en las que lo fundamental son las relaciones humanas.

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