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'Ideas de los españoles del siglo XVII', una reflexión curiosa de lo que hemos sido

Andrés Amorós recomienda en Es la mañana de Federico la reedición de este libro clásico de Miguel Herrero García.

Los Libros: ‘Ideas de los españoles del siglo XVII’

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Andrés Amorós recomienda en Es la mañana de Federico la reedición de este libro clásico de Miguel Herrero García.
Detalle de la portada 'Ideas de los españoles del siglo XVII' | CEEH

El Centro de Estudios Europa Hispánica reedita Ideas de los españoles del siglo XVII, de Miguel Herrero García, el libro que aborda la opinión que los españoles tenían de sí mismos, de los pueblos que integraban la Monarquía Hispánica y de los extranjeros con los que trataban. A través de citas de dramaturgos, poetas, prosistas, historiadores, gacetilleros, teóricos y moralistas del siglo XVII, Miguel Herrero dedica la primera parte a presentar la imagen de castellanos, andaluces, gallegos, vascos o catalanes que se deriva de los textos. Por la segunda desfilan italianos, franceses, ingleses o turcos, mientras que judíos, moriscos y gitanos integran la tercera.

La obra se publicó por primera vez en 1927 y vio la luz, ampliada, en la Biblioteca Románica Hispánica de la editorial Gredos en 1966.

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Miguel Herrero García (1895-1961), catedrático de Instituto de lengua latina y colaborador del Centro de Estudios Históricos, fue un gran erudito y bibliófilo, especialista en sermones del Siglo de Oro. Este libro utiliza ejemplos tomados de la obra de Cervantes, de la novela picaresca, las comedias de Lope, Tirso de Molina o Calderón, los Avisos de Pellicer o Barrionuevo. Es casi una antología comentada. Para el estudioso, un arsenal de datos. Para el lector, da la ventaja de que se puede leer sin orden, por partes, según el interés de cada uno.

Es muy interesante porque aporta datos sobre la relación de España con Europa y de las diferentes regiones españolas entre sí. Entre sus idas básicas, encontramos que los españoles se creían un pueblo elegido por Dios para luchar contra el protestantismo y evangelizar América. Eso causa orgullo pero se paga con la decadencia material. Se creen sobrios, valientes, veraces, corteses, enamoradizos, hospitalarios; a la vez, arrogantes, coléricos, con aversión a los trabajos manuales...

Por regiones, los castellanos se creía que eran leales, altivos, generosos. "Toledo, el corazón de España" (Calderón), con discreción, ingenio y modelo de hablar bien. Los andaluces se veían arrogantes, ingeniosos, locuaces y enamorados. Por un lado, los sevillanos, sutiles y rumbosos; los cordobeses, nobles y muy ingeniosos.

Los extremeños se veían valientes, mientras que los gallegos enredadores, lacayos y criadas. Los asturianos "coritos", es decir, cortos de cuello, y aguadores; mientras que los vizcaínos nobles, sencillos, "cortos de razones", buenos marinos y secretarios (guardan secretos). Los aragoneses, testarudos, con cordura; los catalanes, celosos de sus libertades; y los valencianos: la sensualidad, el placer.

Fuera de nuestras fronteras, este libro recoge como los italianos se pensaban que eran listos, refinados, afeminados, artistas y codiciosos. "La culta Italia", que decía Gracián. Los franceses eran considerados buenos para oficios bajos, buhoneros y pordioseros. Los flamencos aparecen como muy blancos, mercaderes y bebedores: "Una cuba de cerveza, digo, un flamenco" (Matos Fragoso).

Los ingleses eran vistos como rubios, comerciantes y piratas, herejes, pérfidos; los alemanes luteranos, belicosos y bebedores; y los musulmanes "falsarios" (Quijote) y lascivos.

Tópicos que llegan a nuestros días

En conclusión, a todos los españoles les une sólo la religión y el orgullo de sus empresas en el mundo. En todo lo demás, unas regiones no ven de otras sino sus defectos. Juzgaban al resto de Europa inferiores a ellos en condiciones religiosas, morales, intelectuales y hasta físicas. Salvo ingenio italiano, reconocían muy pocas cualidades en ningún pueblo europeo. Eso conduce al aislamiento espiritual de España del resto del mundo.

Hay una frase que supone un buen resumen: "Los españoles del XVII ni se entendían entre sí ni se entendían con los demás".

Muchos de estos tópicos de han mantenido hasta hoy. Además, en el siglo XVII, España iba a la cabeza de Europa. Nos miraban con admiración-odio. Luego, al dejar de ser tan importantes, desapareció la admiración. Lo pagamos con la leyenda negra.

Miguel Herrero García: Ideas de los españoles del siglo XVII, nueva edición, Madrid, Centro de Estudios Europa Hispánica, 2020, 551 págs, 33’65 euros. ISBN: 978-84-15245-87-2

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