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La leyenda del holandés errante y su nave fantasma

Atlas de infortunios en el mar recoge naufragios, descubrimientos, desapariciones y milagrosos rescates de los principales océanos.

Atlas de infortunios en el mar recoge naufragios, descubrimientos, desapariciones y milagrosos rescates de los principales océanos.
James Mason y Ava Gardner en 'Pandora y el holandés errante' | Youtube

En 1835, un capitán británico afirmó haber visto un navío que se le echaba encima y que desapareció misteriosamente. El 11 de julio de 1881, bordeando las costas australianas con rumbo a Sídney a bordo del buque escuela La Bacchante, el futuro rey de Inglaterra Jorge V es testigo directo de la extraña aparición de un gran velero que pasa en silencio y, de repente, se borra. En marzo de 1939, la tripulación de un submarino alemán, durante la batalla del Atlántico, ve un barco con todas las velas desplegadas a pesar de no haber viento ninguno y de súbito se desvanece.

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Las historias de barcos fantasma han sido una constante en los relatos de marinos, difundidas de puerto en puerto y durante generaciones. Una de las más famosas es la de la nave fantasma del holandés errante, uno de los capítulos de Atlas de infortunios en el mar (GeoPlaneta), de Cyril Hofstein, un libro ilustrado que recoge naufragios, grandes descubrimientos, desapariciones y milagrosos rescates, ocurridos desde las costas del Poniente hasta el océano Índico.

Este libro recoge la leyenda de un navío que, a su paso por el cabo de Buena Esperanza para entregar su mercancía, vivió un grave conflicto entre el capitán holandés y la tripulación. El temporal arreciaba, pero él capitán no quería escuchar a sus marinos exhaustos. Para demostrar su autoridad, mató a uno de sus hombres. "Voy a pasar ese cabo… ¡aunque deba navegar hasta el fin de los tiempos!", gritó. Acto seguido, se le habría aparecido un espíritu o espectro que lo habría condenado a una maldición eterna. Desde entonces, su barco vaga por el mar entre los cabos de Hornos y de Buena Esperanza.

El relato se hizo leyenda. En 1834, el poeta Heinrich Heine compuso una versión de este tema y le añadió la posibilidad que tenía el capitán de pasar un día en tierra cada siete años. Asimismo, podría ser liberado de su maldición si encuentra una mujer que esté dispuesta a amarlo y a acompañarlo en la muerte. Ciento diecisiete años después, Hollywood rueda una película basada en este relato con James Mason en el papel del holandés errante y con Ava Gardner como la amante.

Richard Wagner convirtió al holandés en un personaje de ópera romántico que busca la redención, y Victor Hugo le dedicó algunos de sus más hermosos versos en La leyenda de los siglos:

Es del holandés la embarcación
que el ardiente dedo ahora señaló;
es su esquife punido.
Es el velamen canalla
y es el siniestro pirata
del infinito.

Pero, ¿existió de verdad?

Según algunos historiadores de la marina, el relato podría inspirarse en Bernard Fokke, un capitán que servía en la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales a fines del siglo XVII. Este navegante extraordinario, famoso en su época, era conocido, en efecto, por haber ido de Ámsterdam a Java en tres meses y cuatro días, es decir, casi en dos meses menos de tiempo de lo habitual, toda una proeza.

Aprovechando la incredulidad de sus contemporáneos y la extrema fealdad del hombre, dos rivales envidiosos le habrían acusado de haber firmado un pacto con el diablo y de volar sobre los mares.

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