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Rosa Díez: "Pedro Sánchez es lo más parecido a Trump que tenemos en España"

La cofundadora de UPYD publica La demolición, libro en el que aborda el último año del gobierno de Pedro Sánchez.

Sostiene Rosa Díez que "lo que hay que hacer en estos tiempos es seguir opinando". Y por eso, añade, se ha puesto a escribir. El libro resultante, La demolición (La Esfera de los libros), es su particular repaso de "todas las cosas que han venido ocurriendo en este último año en que vivimos peligrosamente", según explica, pero, "sobre todo, un análisis de sus consecuencias". Esa es la razón, tal vez, de que pueda leerse como una mera crítica surgida, como ella misma reconoce, de su "profunda preocupación por el actual estado de nuestra democracia"; aunque lo que pretenda ser en realidad, antes que nada, es un acicate para el debate constructivo. Así lo ha presentado esta mañana al menos, durante una rueda de prensa telemática.

Ha resumido su postura de forma escueta empezando por explicar que, en su opinión, "lo que estamos viviendo es el resultado de una estrategia perfectamente concebida" por el presidente Pedro Sánchez, "con la que pretende desarticular el sistema surgido a partir de 1978". "Nuestra democracia está mucho más debilitada ahora que hace un año", ha dicho, "y todo se debe, en gran parte, a la pandemia". Para Díez, la crisis del coronavirus ha facilitado el estado de alarma que Sánchez necesitaba para "ejercer todo el poder sin tener que responder ante el control parlamentario", lo que le habría permitido ir cargando contra los pilares del sistema sin demasiadas cortapisas.

"¿Qué define a una democracia?", se ha preguntado entonces. Y ha enumerado: "En primer lugar, la libertad de opinión, de cátedra y de expresión, que está siendo perseguida de forma cada vez más sistemática" —como ejemplo ha recordado "el anteproyecto de ley de telecomunicaciones, que la gente parece haber olvidado pero que sigue ahí"—; "en segundo lugar", ha continuado, "la separación de poderes, acorralada también por los ataques constantes del gobierno al poder Judicial; y en tercer lugar la jefatura del Estado, cuya legitimidad ha sido puesta en entredicho explícitamente por los propios socios del Ejecutivo". "Lo más aterrador de todo", ha concluido, "es que el golpe contra los valores básicos de la democracia española está siendo perpetrado desde la Moncloa".

Aunque su reparto de responsabilidades, en realidad, arranca bastante más atrás. "Una de las cosas más importantes que defiendo en el libro es que, de todas formas, Sánchez no habría podido hacer nada de lo que está haciendo si antes no hubiera estado Zapatero", ha comentado. "Zapatero rompió todos los pactos de estado e instauró una nueva forma de actuar según la cual cualquier socialista que defendiese algún tipo de actuación conjunta con el PP era tachado automáticamente de facha". Además, ha añadido que, "el proceso de sectarización que comenzó instaurando dentro del PSOE, utilizado como campo de pruebas, lo traspasó después a la sociedad española, enemistando a los ciudadanos y rompiendo la convivencia que había logrado el gran pacto del 78". De ahí, ha señalado, "se entiende que actualmente el Gobierno esté siendo guiado por un publicista que se mueve exclusivamente por los principios propagandísticos de Goebbels, que consisten básicamente en ir tapando cada escándalo que aparece con uno nuevo cada vez".

Preguntada acerca de la posibilidad de que los representantes de la "vía socialdemócrata del PSOE" puedan refundar esa alternativa, Díez se ha mostrado recelosa. "El PSOE es un partido muerto desde hace mucho tiempo, aunque su tratado de defunción lo haya terminado de firmar Pedro Sánchez en el momento en que ha derribado todos los controles internos del partido", ha dicho. "Ahora mismo no existe en España ningún partido que se comporte como un partido socialdemócrata". Y ha proseguido: "Sánchez es un populista extremo, no un socialdemócrata. Ha roto en 2 años lo mejor de la historia del PSOE junto con todo aquello que tanto costó cohesionar en nuestra sociedad. De hecho, es lo más parecido que tenemos aquí a Donald Trump, en el sentido de que el peor legado de ambos es la grave crisis de convivencia en la que han sumido a los ciudadanos de sus países". "Por eso precisamente", ha añadido, "me sorprende que exista gente que prefiera creer que Sánchez no es como Pablo Iglesias, cuando son lo mismo. El segundo es el histrión, eso es cierto, pero eso no quiere decir que el primero no haya tomado todas las decisiones y preferido gobernar con quien está gobernando; sacando los presupuestos con quien los ha sacado".

Continuando por esa línea les ha dedicado algunas palabras a "los representantes de ese otro PSOE", encabezados por Felipe González y Alfonso Guerra, calificando su etapa como "la mejor de la historia del partido", ya que fue fundamental a la hora de sacar adelante la Transición, pero añadiendo que "ellos mismos terminaron descuidándose cuando llegó Zapatero al poder". En ese momento, ha dicho, "consideraron que apoyar al secretario general era apoyar al partido, por lo que permitieron que este fuese derribando todos los pactos de estado que habían conseguido afianzar la reconciliación nacional". Pese a todo, "esto no quiere decir que la socialdemocracia no pueda regresar", ha concluido. "Me consta que existe bastante nostalgia de ella entre ciertos representantes del partido. Pero mi opinión es que sólo volverá en el momento en que este Gobierno regrese a la oposición".

Acerca de la responsabilidad del resto de partidos, en especial del PP y Ciudadanos, ha respondido que "lo peor es que nos ha tocado el peor Gobierno y la peor oposición en el peor momento": Sobre el PP ha reconocido que "cuando ha estado en el poder ha cedido ante nacionalistas y separatistas constantemente, algo que no es necesariamente malo, pero que en el caso concreto de España siempre ha consistido en satisfacer únicamente ciertos chantajes a cambio de gobernar con mayoría absoluta"; y de Ciudadanos ha excusado su actuación durante el último año y medio argumentando que, "de hecho, el que nunca ha querido gobernar con ellos ha sido el propio Pedro Sánchez". "A mí me parece que que la gente le eche en cara a Rivera el haber cumplido su promesa electoral de no pactar con Sánchez habla mucho de cómo somos los españoles. Para muestra de las verdaderas intenciones del presidente no hay más que ver cómo ha utilizado a Arrimadas para sacar adelante los estados de alarma pero la ha desechado en cuanto no la ha necesitado para los presupuestos. La cosa está clara: Sánchez está a gusto con quien está y no le atrae ninguna otra alternativa de Gobierno".

Por último, acerca del trato que el actual Gobierno dispensa a los políticos presos por el procés catalán, ha comentado que no cree que el posible cambio del Código Penal vaya encaminado a beneficiarles especialmente. "Yo lo que creo es que lo que Sánchez pretende realmente es salir indemne cuando le toque a él sentarse en el banquillo", ha dicho. "Su modelo es derribar el sistema del 78, y la cosa consiste en desarticularlo antes de que el sistema le desaloje a él". Ante un diagnóstico tan pesimista, su solución pasa por "elegir un Gobierno diferente en las siguiente elecciones", ya que "las instituciones no se defienden solas". Y preguntada acerca de esa posibilidad, ha respondido que "este Gobierno terminará cayendo como cayó el de Zapatero: no por lo peor que ha hecho, que ha sido derribar la convivencia ciudadana, sino cuando la gente no tenga para comer".

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