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Daniel R. Rodero

Invectivas de un millenial desubicado (III)

"El escritor vocacional escribe para la crítica de su siglo. El talentoso define la de los siguientes".

"El escritor vocacional escribe para la crítica de su siglo. El talentoso define la de los siguientes".
Pixabay/CC/Andrys

Tercera entrega de invectivas (aquí, las dos precedentes). Ya van sobrando los proemios.

  1. Nunca es tarde si la cena es buena.
  2. En la Asamblea Constituyente de 1791, Robespierre se destacó combatiendo la pena de muerte. Danton, por su parte, afirmó preferir "ser guillotinados, antes que guillotinar". Entre 1793 y 1794 ambos fueron responsables de cuarenta mil ejecuciones. En la campaña electoral de 1792, Fouché prometió proteger el comercio, defender la propiedad y respetar las leyes. Un año después proclamaba: "Si el rico no hace uso del derecho de enviar sus dádivas al 'Comité filantrópico', mostrándose propicio al régimen de la Libertad, la República tiene el derecho de apoderarse de su fortuna". No hace falta decir que murió multimillonario. Desde entonces, la Revolución francesa se repite -a veces como farsa, siempre como tragedia- todos los días.
  3. Derecho a la diferencia sí, pero con deberes de deferencia.
  4. Hay vidas tan terribles que premiarlas con el mismo cielo que a las demás se revela escaso.
  5. El instinto de supervivencia sólo aconseja a hacer el bien a quienes carecen de talento para la venganza.
  6. Presenciando debates parlamentarios, uno teme que el político ignore, o que acaso sepa demasiado bien, que lo único que interesa a los votantes es el coito y la tarjeta de crédito.
  7. Frágil, como las victorias del espíritu.
  8. ¡Dichoso aquél que muere sin comprobar hasta cuánto era capaz de resistir...!
  9. Con frecuencia, la carne de cañón se parece bastante a la de chivo expiatorio.
  10. El escritor vocacional escribe para la crítica de su siglo. El talentoso define la de los siguientes.
  11. El adanismo cientificista nos ha hecho a pensar que, antes de inventarse la cama, nuestros antepasados dormían de pie.
  12. Aunque la inocencia debe presumirse siempre, no conviene afirmarla de quien no puede ser juzgado (por ejemplo, del rey).
  13. Las bibliotecas de jurisprudencia y legislación son las murallas que la injusticia erige para defenderse de los disparos del sentido común.
  14. Nos lo advirtieron los juristas romanos: summum ius, summa iniuria.
  15. Ser infelices es el destino con que el karma castiga a los buenos escritores por torturar con lecturas obligatorias y exámenes inútiles la adolescencia de los escolares.
  16. El monarca parlamentario está condenado a ejercer sin jactancia aquellas virtudes de que la clase política se jacta sin ejercerlas.
  17. Abusar de un refugio lo convierte en prisión. De ahí que publicitarlos sea una forma avanzada de cercenar libertades.
  18. El arte moderno parece una reivindicación exagerada del derecho de huelga.
  19. Señaladme un límite, y os someteré con nuevas utopías.
  20. Lección de la historia es precavernos contra la ligereza con que empleamos la palabra "crisis". Ferdinand Brunetière publicó entre los siglos XIX y XX un libelo titulado no ya la crisis, sino La bancarrota de la Ciencia. Y lo hizo en un momento en que el conocimiento científico estaba aún a las puertas de su actual esplendor, de descubrimientos como la penicilina, la mecánica cuántica o la revolución de las telecomunicaciones.
  21. Antifranquismo: matar a un difunto de muerte natural.
  22. El joven rara vez sabe lo que quiere. Lo único que sabe es que no quiere lo que tiene, mientras cree saber que los cambios son tanto más a mejor cuanto más a gritos se piden.
  23. Pocos transportes con mayor índice de siniestros que montar en cólera.
  24. El filósofo que dice consagrar sus horas a la búsqueda de la verdad sin relacionarse científicamente con lo verdadero se revela como un fetichista del significante. Ningún médico afirma trabajar para una salud genérica disociada del bienestar de sus pacientes.
  25. El tic-tac del segundero es la banda sonora del biopic de los solitarios.
  26. Me desdigo. Siempre es tarde si la cena es buena.

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