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'Vive la vida', el elegante regreso de Luis Alberto de Cuenca a la viñeta

Laura Pérez Vernetti publica su segunda adaptación de los poemas de Luis Alberto de Cuenca al formato del cómic.

Hace muchos años, Luis Alberto de Cuenca escribió un cuento titulado Héroes de papel. En él imaginó a un niño capaz de entrar y salir de los cómics a su antojo, como si pudiera controlar a voluntad el mecanismo que separa los sueños de la realidad. Con el paso del tiempo, también, fue dejando otros sueños convertidos en poemas. Quién le iba a decir que de la conjunción de esas dos grandes pasiones —los cómics y la poesía— iba ver cumplido el sueño más recurrente de todos: verse convertido él mismo en personaje de tebeo.

El proceso que le llevó a verse como un particularísimo héroe de papel se inició como suelen iniciarse los acontecimientos más importantes de la vida: de casualidad. Mientras él seguía rindiéndole homenajes a sus cómics tan amados, colocándolos a la altura que algunos de los grandes libros de la historia de la literatura, Laura Pérez Vernetti (Barcelona, 1958) iba haciendo algo parecido pero a la inversa, convirtiendo los poemas más emblemáticos de los poetas más grandes en tebeos.

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Parecía inevitable que ambos artistas cruzaran sus caminos tarde o temprano, como terminó pasando. Así que, tras un proceso de varias colaboraciones fructuosas, sucedió lo que tenía que suceder. Luis Alberto de Cuenca apareció convertido en personaje de tebeo por primera vez en Viñetas de plata (Reino de Cordelia), un cómic recopilación de algunas de sus poesías más conocidas, que llegó a las librerías a mediados de 2017. En él aparecía el propio Luis Alberto, como narrador necesario o como personaje particular, siempre acompañando al lector con esa voz tan suya que transforma gestas milenarias en paseos hacia el cine, o en viñetas, o en el simple roce de dos cuerpos que desean, como todos, convertir su unión en una hazaña intemporal.

"Luis Alberto es el poeta español contemporáneo que más ha defendido el cómic", explica Pérez Vernetti a este periódico. "Pero es que también es el que más se ha visto influenciado por él". Por eso ha querido regresarle a la viñeta, publicando un segundo álbum de sus aventuras métricas. Vive la vida (Reino de Cordelia), que así se llama, acaba de salir publicado, con notables diferencias con respecto a su antecesor. "Cada vez voy tendiendo más a la línea clara", explica una Pérez Vernetti que considera que su primera aproximación a los poemas de De Cuenca fue más oscura, por los temas escogidos y por el dibujo underground. "Este último me ha salido más elegante, quizás, pero porque he incidido en otros elementos que también valoro de la obra de Luis Alberto, como el amor o el humor".

Viñetas de plata era más terrorífico, desde luego. "Es lógico, teniendo en cuenta que uno de sus temas era el horror", explica ella. Vive la vida apunta hacia otro lado, empezando por el poema que le da título, y que incita precisamente a disfrutar la existencia, da igual que uno se encuentre "en esos barrios pobres hechos para la droga o el desahucio", o "en los grises palacios de los ricos". De todas sus adaptaciones, la dibujante se queda con tres. "De Vive la vida me gusta mucho El hombre menguante, por el humor", dice. "Luis Alberto es uno de los poetas que trata con mayor elegancia el humor. Y yo creo que hay que defender el humor en las artes". También se siente muy satisfecha de La enfermedad, una serie de dibujos que ilustran un poema sobre un amor dramático y no correspondido que, para más inri, es también el favorito de Luis Alberto de Cuenca. De Viñetas de Plata, por su parte, se queda con La mujer sin cabeza, "porque es muy cinematográfico. Un guión de cómic, tal cual". Un poema elegante y truculento a partes iguales, que a ella le sirve para definir la esencia del poeta que mejor se adapta al género. "Luis Alberto es el poeta español más tebeístico. No sólo porque reivindique los tebeos, sino porque su poesía, tan clara y tan narrativa, está muy influenciada por ellos".

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Laura Pérez Vernetti lleva cuatro décadas dibujando cómics. Pero es también una pionera en eso de convertir poemas en tebeos. "La poesía gráfica pertenece únicamente a este siglo XXI. Antes no existía", explica. Por eso, considera que ningún poeta merecía más el verse reflejado en sus viñetas que el que más ha hecho por equiparar en calidad y trascendencia dos lenguajes tan dispares. "Al final, es muy difícil dibujar poemas, por muchas razones", dice ella. "Son idiomas distintos. Muchas veces, un poema puede decir cuatro cosas diferentes en una estrofa larga, pero el cómic no puede funcionar así. El cómic necesita una acción por cada viñeta. Además, también es importante que sea claro. En la poesía contemporánea existen grandes autores que son demasiado oscuros, demasiado conceptuales. Por eso Luis Alberto funciona tan bien en el cómic". Él ha adaptado, a su manera, el estilo de línea clara que tanto admiró en los dibujos de Hergé. Y así ha podido verse, como un Tintín de carne y hueso, entrando y saliendo de sus propios versos de la misma forma que aquel niño que imaginó hace tanto tiempo, en ese cuento titulado Héroes de papel.

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