La última recomendación literaria de Andrés Amorós a los oyentes de Es la mañana de Federico le llegó a través de un reclamo publicitario. "Montalbano hecho mujer", había leído él, y se dispuso a comprarlo. Arena negra (Duomo), que así se llama la novela, es un éxito editorial italiano, escrito por Cristina Cassar. Se trata del primer número de una saga más larga, y llega a España justo cuando se está rodando la serie de televisión basada en su trama.
Advierte Amorós que la propia autora se considera más deudora de Simenon que de Camilleri. "Le interesa más la psicología", explica. Y recuerda aquella frase famosa del escritor belga: "El crimen no cuenta. Cuenta lo que ocurre o ha ocurrido en la mente del criminal". La historia de Arena negra transcurre en Catania, Sicilia, en un momento en el que el Etna ha vuelto a soltar su polvo oscuro sobre la ciudad —"símbolo de la corrupción que impera en el lugar"—. Allí, en una villa antigua, encuentran el cadáver de una mujer momificada, que había sido asesinada hacía cincuenta años. A partir de ahí, la investigadora del caso, una mujer de armas tomar, descubrirá el asesinato del dueño de la propiedad por las mismas fechas y relacionará los crímenes, viéndose obligada a investigar el pasado de una región cuya vida popular poco tiene que ver con la actual.
"La novela se parece a Montalbano en los escenarios", dice Amorós. En los paisajes y en ciertos pasajes escritos con sentido del humor. "Pero se parece más a Maigret" en la fuerza de las pasiones, los rencores, las peleas, los entresijos familiares, los odios y los celos. Pese a todo, "no está al nivel de ninguno de los dos". "Es una aceptable novela policíaca", perfecta para distraerse y pasar un buen rato. "La diferencia es que Simenon era un genio absoluto y Camilleri un muy buen escritor". El trabajo literario de la autora, sin embargo, no llega a las mismas cotas de "inteligencia y humor", como para poder ser comparada con ambos.