En la tradición del Mediterráneo oriental el siete es un número mágico. Nace de la unión del número del espíritu (el tres) con el de la materia (el cuatro). Yahvé creó el mundo en seis días y al séptimo descansó. El Levítico ordena que cada séptimo año sea de reposo para la tierra y después del cuadragésimo noveno (el jubileo, siete multiplicado por siete) la propiedad de la tierra retorne a su estado originario. Siete son los planetas clásicos de la astrología a partir de la concepción babilónica; es lo que se conoce como el septenario: el Sol y la Luna, y Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno.
Jesús de Nazaret nos ordenó perdonar setenta veces siete; siete son las maravillas del mundo, así como los pecados capitales; pero también la suma de las virtudes: tres teologales y cuatro cardinales. Las artes medievales se dividían en el trivio y el cuadrivio; la lira de Apolo constaba de siete cuerdas, siete son las notas de la escala musical y siete los colores del arco iris. Por otra parte, El Siete es el tendido que todavía exige integridad a toros, toreros y picadores en la Monumental de Las Ventas. Va por ellos.
- Desaconsejable, como el pescado de los lunes o el trato con surfistas.
- Hay ciertos dogmáticos del capitalismo que cuando proponen la supresión del Estado en beneficio de la sociedad, parece que sólo se refieren a la sociedad anónima.
- Decirse pacifista a secas es como decirse partidario de la nutrición, algo en lo que coinciden el voraz y el sobrio, el pez grande y el chico. Cada guerra obedece a un propósito extremista de cambiar de paz.
- ¿Dos no riñen si uno no quiere? Al contrario; a la guerra le basta con que un solo bando la declare.
- La libertad es tanto más fecunda cuando más encuentra su disciplina en el ejercicio del entendimiento.
- Imbécil, como un salmón que se creyera revolucionario por nadar a contracorriente.
- Cuando el primero se excede en la ventaja, termina caminando solo. Está en Lenin: siempre un paso por delante, pero sólo uno.
- Sorprende que los filósofos que afirman que "el lenguaje moldea la realidad" recurran casi siempre a un estilo desagradable para exponer sus planteamientos.
- El enemigo astuto no difama, elogia desmesuradamente. De este modo, inocula en los aliados naturales del elogiado el virus de la envidia.
- La conducta a nuestro favor que en el otro damos por supuesta termina pareciéndonos obligación de su parte.
- Escribe Manuel Rivas: "En el mundo hay cuatro tipos de derecha: la derecha liberal, la conservadora, la extrema derecha y la española". Si quiere decir que esta última es la más radical, ignora nuestra historia reciente. En España, desde 1980 ningún grupo de extrema derecha políticamente organizada ha matado a un solo individuo. Ni siquiera ha roto una luna ni ha incendiado una calle. Los muertos del GRAPO, ETA, Terra Lliure, los GAL y la Operación Mengele, que se los disputen los civilizados de la otra facción. Nota: Esta invectiva en absoluto cuestiona la maestría de las novelas, relatos y artículos del escritor gallego.
- Pocos argumentos más convincentes en favor del discurso reaccionario que advertir que en cuatrocientos años nuestra idea de arte ha pasado de El rapto de Proserpina, de Bernini, a las terneras en formol de Damien Hirst.
- Dudo que quienes reducen el amor a reacciones químicas se atrevan a explicar a Beethoven mediante longitudes de onda.
- Contra el caos y la desorientación, la belleza.
- La politización de la filosofía ha traído consigo la evanescencia de la filosofía política. Mientras la segunda desengaña; la primera seduce. La una trata de sentar las bases de la medicina; la otra, perpetuar el curanderismo.
- La venganza del hambriento contra el bien nutrido nos parecería más grave si no fuera más frecuente la del bien nutrido contra el hambriento.
- Cada éxito propio deja un regusto a venganza cumplida.
- El progresismo es una enfermedad de los ojos.
- El ricote no revela tanto su soberbia por hacer gratuita ostentación de sus bienes, cuanto por tratar la pobreza del prójimo como merecido fracaso personal.
- Cuanto más legítima se reputa una guerra por sus fines, menos termina siéndolo por sus medios. Ninguna masa beligerante acepta que una guerra que le vendieron como justa pueda terminar por rendición honrosa del contrario en vez de con su extermino. Guerra unánimemente justa degenera en guerra injustamente total.
- ¡Cuidado con el integrismo como estrategia política! Quien para avanzar se apoya excesivamente en una vara de medir termina desgastándola por el uso.
- El necio piensa que un sistema es injusto por el simple hecho de que no prohíbe que el sensato se valga de su inteligencia con la misma libertad con que él usa de su estupidez.
- La metáfora ha de aspirar a calambre que sacuda el tedio de la página.
- Donde más abundan los valores, más se persiguen las ideas.
- Diálogo entre nacionalistas: "Tenemos tantas fosas en común..."