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Gullo: "Si el progresismo no falsificara la Historia, no habría alcanzado el control de España"

El profesor argentino publica Nada por lo que pedir perdón en el que desmonta las mentiras negrolegendarias.

El profesor argentino publica Nada por lo que pedir perdón en el que desmonta las mentiras negrolegendarias.
Encuentro de Hernán Cortés y Montezuma | Archivo
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Marcelo Gullo, profesor argentino, es un tipo valiente empeñado en desmontar la leyenda negra contra España a base de certezas documentadas. Hace un par de años publicó Madre Patria, con más de 25.000 ejemplares vendidos, y ahora regresa con un libro con un título bastante potente e ilustrativo, Nada por lo que pedir perdón (Espasa). En él, narra los hechos tal y como fueron, sin tampoco edulcorarlos, y denuncia que quienes demandan esa asunción de culpa "no quieren la reconciliación de los pueblos, sino la destrucción misma de España, de Hispanoamérica y de Occidente".

Recuerda cómo era el "paraíso americano" antes de la llegada del conquistador español, donde había antropofagia, ritos sanguinarios y crueldad a los prisioneros, y desgrana las atrocidades cometidas por las naciones consideradas "estandartes de la tolerancia, la democracia y la libertad". "Holanda, Inglaterra y Estados Unidos —los tres ‘jueces’ principales del Tribunal de la Historia que condenó a España por ser una nación intolerante y reñida con la libertad— fueron los países donde la esclavitud conoció su mayor desarrollo", reitera.

Gullo aporta citas documentadas y reseñadas de historiadores y escritores fundamentalmente hispanoamericanos que, a lo largo de los siglos, combatieron la manipulación hacia España.

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Marcelo Gullo, historiador argentino. | Espasa

Marcelo Gullo Omodeo es doctor en Ciencia Política por la Universidad del Salvador (Buenos Aires), magíster en Relaciones Internacionales — especialización en Historia y Política Internacional— por el Institut Universitaire de Hautes Études Internationales de la Universidad de Ginebra, graduado en Estudios Internacionales por la Escuela Diplomática de Madrid, profesor de la Escuela Superior de Guerra y de la Universidad Nacional de Lanús (Buenos Aires) e investigador asociado del Instituto de Estudios Estratégicos (INEST) de la Universidad Federal Fluminense (Río de Janeiro).

PREGUNTA. De nuevo publica un libro para desmontar la leyenda falseada por los enemigos de España. ¿Esto le hace impopular en Argentina?

RESPUESTA. Es absolutamente impopular. El progresismo ha establecido una dictadura de lo políticamente correcto en toda Hispanoamérica y en España peor que la censura de los regímenes autoritarios, peor que la KGB soviética o que la Gestapo, que te dice lo que uno tiene que decir o escribir y también pensar. El núcleo de esa dictadura es la leyenda negra de la conquista de América. Decir objetivamente cómo fue la conquista, cómo fue la relación de España con los pueblos indígenas, es decir, contar la verdad, equivale a ser expulsado del mundo académico. Si uno hace política, también del mundo político. Se impone por una especie de autocensura porque todo el mundo sabe que si uno no dice lo que tiene que decir, automáticamente será excluido.

P. ¿A usted esto no le acobarda?

R. Moriré de pie. Hay un deber fundamental, primero porque solo es libre el hombre que no tiene miedo; y segundo, porque esta dictadura de lo políticamente correcto ha enfermado a la sociedad española creando en España un odio hacia sí misma y creando a los hispanoamericanos un trauma. El origen de la mala política es la falsa historia. Los políticos hacen política para su beneficio falsificando la historia. Ahora se expresa incluso en leyes y por eso no quieren que la gente estudie Historia antes de 1812. Hay un fraude. Si el progresismo no falsificara la historia, no hubiese alcanzado nunca el control de España.

P. Dice que los que exigen que España pida perdón, esos a los que llama los "jueces del Tribunal de la Historia", no les importa el pasado sino el futuro. ¿Qué está en juego?

R. Está en juego la existencia de España y cómo será el mundo. España protagonizó la primera globalización, un antecedente de cómo construir una sociedad con cierto grado de justicia para la época. Esta experiencia histórica es un mal ejemplo porque demuestra que España existía y que esa comunidad hispanoparlante es real y podría tener peso en el concierto de las naciones.

P. Habla de una especie de "complejo de inferioridad" para explicar por qué nos creemos las mentiras negrolegendarias. ¿Eso es lo que le pasa a la izquierda que reniega incluso de la propia palabra "España"?

R. El complejo de inferioridad nace en toda la clase española, tanto de derechas como de izquierdas, producto de un mal análisis de la Historia de España. Eso la izquierda lo va a llevar a un nivel sublime de admiración al extranjero y de odio a todo lo español, incluso al propio nombre de España. La izquierda norteamericana habla de patria en Estados Unidos, pero aquí no se puede. Para ellos España es una aberración.

P. ¿Le sorprende como argentino que haya un colectivo de políticos, periodistas e intelectuales españoles empeñados en destruir el pasado de su propia nación?

R. Me sorprende, pero sé las razones. Muchos de estos falsos investigadores y falsos profesores son militantes políticos de una izquierda internacionalista que odia a España. Otros, saben la verdad pero callan por miedo.

P. ¿Hay solución para esto? ¿Se puede cambiar a corto plazo?

R. No, si no se rompe esa subordinación cultural a la leyenda negra con una reacción muy fuerte del pueblo español. Que digan a esos profesores: "ustedes no son profesores, son militantes políticos y están mintiendo". Se tienen que parar a pensar que Hernán Cortés, con 200 hombres, no pudo conquistar un imperio. Solo ahí comenzaremos a ver una luz de esperanza para España.

P. Pero son alumnos que estudian una Historia manipulada.

R. Sí, una asignatura que quieren manipular más aún. Por eso no quieren que se estudie nada anterior a 1812, porque es una Historia que demuestra que las virtudes y los valores pueden ser encarnados.

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Estatua de Isabel la Católica

P. Por un lado estamos buscando mujeres que hayan sido relevantes en la Historia, pero por otro lado no nos remontamos más allá de 1812 perdiendo así a Isabel la Católica. ¿Es una paradoja?

R. Isabel es la auténtica heroína de la Historia de España. Es la mujer más grandiosa que ha habido. Era muy superior a su marido en términos de pensamiento estratégico político. Se le critica que expulsase a los moros pero el imperio otomano estaba dispuesto a avanzar, era fundamental cerrar esa puerta de entrada a Europa que era Granada. Gracias a ella, España se comporta de forma distinta a Portugal y eso que ambos eran católicos. Los portugueses, que no tienen leyenda negra, hicieron barbaridades. Establecieron la esclavitud en Brasil. Pero España fue distinta. Isabel dijo que esos pueblos no serían esclavos, algo que el derecho autorizaba. No hay figura que podría reivindicar más el feminismo en España que Isabel la Católica. Fue incorruptible.

P. Seguramente haya quién opine que usted hace leyenda rosa. ¿Qué piensa?

R. Me hace gracia. Los norteamericanos, los franceses, los ingleses y los holandeses pintaron su historia de rosa, pero cuando decimos la verdad sobre España aparece un estúpido que dice que es rosa. "Escúchame, pedazo de imbécil, solo digo la verdad". La historia de los ingleses es una historia de humillación de los pueblos, una historia donde mataron con Churchill a tres millones de indios de hambre. Si nos remontamos a lo que hicieron en América del Norte, el mejor indio era el indio muerto. O en Australia, donde dijeron que no había seres humanos a pesar de que había 900.000 personas. Ninguno de estos sinvergüenzas que dicen que yo hago leyenda rosa denuncia la leyenda rosa de Inglaterra.

Si uno dice que España fundó 33 universidades en América te acusan de decir leyenda rosa, pero es la pura verdad. Fundaron hospitales, la sanidad pública en Perú era gratuita para indios, blancos y mestizos. La educación era de primera, de las universidades salían trilingües. Solo digo la verdad y está documentado.

P. Hay una frase que recuerda que le decían de niño cuando llovía: "¿Por qué no fue Colón a pedirle ayuda a los ingleses?" Se repite en Chile, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Perú Venezuela…Estos países ¿mantienen a día de hoy que les hubiera ido mejor con los ingleses?

R. La gente no sabe nada. Los ingleses en Australia no solo mataron a los aborígenes, sino que son tan racistas que despreciaron a sus propios primos y en la Primera Guerra Mundial mandaron a los australianos a la primera línea de los combates. Si así trataron a los australianos, pues piensa cómo nos hubieran tratado a nosotros.

P. Señala que Evo Morales o López Obrador, creyéndose antiimperialistas, son en realidad la obra de mano más barata del imperialista anglosajón. ¿Son grandes altavoces de la leyenda negra?

R. Contribuyen al principal objetivo que tuvo siempre el imperialismo anglosajón que es volver a fragmentar la América española. El fundamentalismo indigenista parte de la falacia de que América era un paraíso antes de la llegada de los españoles. Gracias al señor Evo Morales, Gabriel Boric en Chile o Gustavo Petro en Colombia, vamos camino de una nueva fragmentación de Hispanoamérica. Son unos inútiles absolutos. Nunca hubo políticos tan inútiles como éstos que no solo empobrecen a los pueblos sino que están conduciendo a una nueva fragmentación territorial. De la pobreza se puede salir, porque son países riquísimos y con 10 o 15 años de esfuerzo se sale, pero cuando partes un estado en 18 pedazos, no lo recompones más.

P. ¿Cómo define a Bartolomé de las Casas?

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R. Es el genio político histórico más grande que ha habido en toda la Iglesia. Logró convertir el infierno que había en América en un paraíso. No ha habido un mentiroso mayor. Mentía hasta cuando no era necesario. Vivió siempre en la riqueza más extraordinaria, nunca aprendió ninguna lengua indígena, nunca vio a los indios. Vivió siempre como un rico. Algún día habrá que hacer un estudio muy profundo para averiguar para quién trabajaba. Yo creo que era un mercenario. Fray Toribio, en una carta al emperador, dice que ese hombre era un mercenario disfrazado de sacerdote. ¿Era un mercenario pagado por el extranjero? Habrá que estudiarlo.

P. Hay un capítulo dedicado a la Iglesia. ¿Qué le parece la postura del papa Francisco en este asunto?

R. El libro termina con un epílogo que es un discurso de Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires y habría que preguntarle por qué ha cambiado de posición. Como católico, si el Papa habla de cuestiones de fe, yo escucho; pero si habla de Historia, para mí no tiene ninguna autoridad.

P. Afirma que la televisión fomenta la gringomanía cuyo reverso es la hispanofobia. ¿Cree que la publicación de este tipo de libros hará que la televisión o el cine asuman la verdad?

R. Los libros tienen un grandísimo impacto porque permiten la reflexión, sirven para que algunos miembros de la cultura se inspiren para hacer series, cine o teatro, que es lo que llega a las masas populares. Por eso no se quiere que la gente lea libros.

Marcelo Gullo | Nada por lo que pedir perdón | Editorial Espasa | ISBN: 78-84-670-6665-4 | 448 páginas | 21,90 €

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