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Juan Tranche: "Las luchas de gladiadoras en Roma tenían un condicionante sexual"

Especialista en la Antigua Roma, publica ‘Gladiadoras’, una novela histórica "muy documentada" sobre las luchadoras de la Antigua Roma.

Especialista en la Antigua Roma, publica ‘Gladiadoras’, una novela histórica "muy documentada" sobre las luchadoras de la Antigua Roma.
Juan Tranche, autor de 'Gladiadoras' | Carlos Ruiz B.k.
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La industria del entretenimiento nos ha vendido la existencia de fornidos hombres luchando a muerte mientras el público les vitoreaba de forma exacerbada. El escritor Juan Tranche, especialista en la Antigua Roma, ha querido "hacer justicia" y ha rescatado el nombre de algunas mujeres que compartieron destino sobre la arena, "un tema apenas tratado por la literatura o el cine". El resultado es Gladiadoras (Planeta), ya en librerías.

El autor encontró la idea para esta novela escribiendo su anterior libro, Spiculos, protagonizado por dos gladiadores que se enfrentaban a muerte en la Roma de Nerón. "Me parecía muy curiosos que hasta hace relativamente poco, incluso hoy en día, muchas personas no conozcan la existencia de gladiadoras. Decidí que se merecían un libro", explica el autor a Libertad Digital.

"Nos ha llegado el nombre de poquitas gladiadoras, pero las hubo muy famosas como Achilia y Amazona". Existe un relieve de mármol de Halicarnaso, datado a mediados del siglo II y atesorado por el British Museum de Londres, que muestra el combate entre estas dos féminas. "Hay una cosa muy curiosa en ese relieve que me dio la idea de la novela. Se ve que se han quitado el casco y me pregunté por qué. La explicación más obvia es que se lo quitaron para que se viera que eran mujeres, pero ¿y si la razón fuera otra? Empecé a investigar y a darle vueltas e invito a los lectores a que conozcan mi teoría a través de esta novela".

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Relieve de Achilia y Amazona | British Museum

La presencia de mujeres en la arena se da sobre todo en época de Nerón, pero las fuentes documentales son muy escasas. "La primera referencia sobre gladiadoras es 200 años después de la primera sobre gladiadores. Es de Nicolás de Damasco y habla de las más bellas mujeres, no de las más valerosas. Luego, en el año 11, aparece la prohibición de combatir para las mujeres libres".

Atraían al público y estuvieron en los más famosos escenarios, como en el Coliseo durante su inauguración. "Marcial, un escritor hispano, refleja que lucharon un montón de gladiadores y gladiadoras", confirma Tranche. Los editores, algo así como un productor actual pero con intereses políticos, eran los que sufragaban estos espectáculos. "Prometían al pueblo las mejores luchas a cambio de votos. Los que querían hacer alarde de su riqueza y ofrecer algo más novedoso, ofrecían gladiadoras".

Componente sexual

Compraban a las esclavas más bellas para luchar en el anfiteatro. "Surgen en la época de Nerón como un espectáculo sexual. No me cabe la menor duda. Se han encontrado lucernas en las que salen hombres practicando sexo con mujeres vestidas de gladiadoras", dice Tranche. De hecho, hay teorías que sostienen que las gladiadoras se enfrentaban a pecho descubierto, aunque el autor tiene sus reservas: "Los romanos eran muy pragmáticos y cualquier cosa que molestase era cambiado. No creo que fuera cómodo luchar con el pecho descubierto y hay mosaicos de mujeres practicando deporte con un mamillare, una especie de sujetador. Yo creo que podrían llevar algo así".

Este condicionante sexual afectaba también a los hombres. "Creaban una fascinación sexual enorme. Cuando salían del anfiteatro, les esperaban prostitutos y prostitutas porque salían deseosos de sexo al haber tenido a la muerte tan cerca".

Un estigma

A los romanos "les escandalizaba" que una mujer noble quisiera convertirse en gladiadora. "Quizás eligiesen esta opción para evitar matrimonios no deseados", especula el autor. "Decidir dedicarse a la gladiatura era un estigma, manchaba el nombre familiar. Era algo que los romanos no podían aceptar. Si era así para un hombre, imagina para una mujer". La doble moral romana pasaba por "adorar dentro del anfiteatro a quienes fuera de él no consideraban ni personas". "Los tenían apartados de la sociedad, hasta sus cementerios estaban aparte", añade el autor.

La novela de Juan Tranche se sostiene, principalmente, con personajes femeninos. A través de dos patricias, dos mujeres de familia rica, refleja "la rebeldía de querer cambiar las cosas". "A partir de la época de Adriano, las mujeres tienen más derechos", apunta. Valeria, hija de un abogado de renombre, sueña con vencer al destino que le espera como esposa y madre. Junto a su hermana, retará a quien se interponga en su camino. Paralelamente, cuenta "las penurias" de ser de clase baja en la voz de una esclava y de una prostituta. "Ellas tenían más mérito que los hombres porque no solo luchaban por su vida, sino contra las rígidas costumbres de un imperio. Tenía que contarlo y siempre es un buen momento para hablar de ello".

El lector se encontrará con una Roma distinta a la imperial, "más oscura, que da miedo" y atravesará "las calles más peligrosas". La trama principal se complementa con una subtrama más cercana al thriller, centrada en el asesinato en serie de prostitutas salvajemente mutiladas. Por otro lado, existe una historia de amor, "una de las más bonitas y más tristes de la antigüedad", la de Adriano y el esclavo Antinoo, una relación "muy valiente" que destroza a la emperatriz Vibia Sabina.

Tranche reconoce que se enamoró de Roma gracias al libro de Juan Eslava Galán Julio César, el hombre que pudo reinar y sobre todo después de la película Gladiator. "Empecé a investigar y descubrí los grandes errores que tiene la cinta. Me fascina ese mundo".

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