Si alguna vez has intentado razonar con alguien y habéis acabado a gritos o has salido de una reunión pensando que estás perdiendo el tiempo, no estás solo. Thomas Erikson, experto sueco en comportamiento, ha pensado en ti y ha elaborado un catálogo con herramientas que nos permiten adaptarnos a los estilos comunicativos que nos rodean. Rodeados de idiotas. Los cuatro tipos de personalidades (o cómo entender a quienes cuesta tanto entender) es un manual que ha revolucionado el mundo empresarial escandinavo del que se han vendido más de 10 millones de ejemplares en todo el mundo.
"No es un libro de gestión ni de liderazgo, pero está todo conectado. Si quieres ser un buen líder tienes que ser un excelente comunicador, así que si usas estas herramientas serás un buen líder", explica Erikson a Libertad Digital. "¿Me entiende cuando yo hablo? ¿Saben lo que les estoy diciendo? Hay muchos empresarios de grandes empresas, demasiados, que creen que están rodeados de idiotas. Todos hemos tenido la sensación alguna vez de estar rodeados de idiotas, pero a veces, la responsabilidad es nuestra. Un líder tiene que prestar atención a las personas que gestiona. El reto de los directivos es que el que llegue arriba de la pirámide sea bueno en su tarea pero también sepa de personas", añade.
Erikson clasifica a las personas por colores (sin relación política): los Rojos, dominantes y ambiciosos, como Steve Jobs, Franklin D. Roosevelt, Venus Williams; los Amarillos, espontáneos y optimistas, tales como Oprah Winfrey o Robin Williams; los Verdes, pacientes y amables, al estilo de Michelle Obama o Jimmy Carter; y los Azules, metódicos y precisos, como Bill Gates y Albert Einstein. Cada color exhibe tendencias comunicativas, cualidades, estrategias, tipos de lenguaje corporal e incluso métodos de comunicación escrita diferenciados que resultan "fáciles de reconocer empleando las herramientas adecuadas".
El experto en comunicación defiende que no hay color malo. De hecho, un equipo ideal debe tener personas que se correspondan con cada uno de ellos. "La diversidad es buena, tienes más perspectivas y más ideas, se desarrolla más el grupo, pero si el líder no puede lidiar con tantas personas porque no entiende cómo se comporta cada una, desperdiciará talento y competitividad. Lo he visto muchas veces".
A grandes rasgos, se trata de identificar los puntos fuertes y débiles de cada categoría. Se llama sistema DISC, acrónimo de dominio, influencia, estabilidad y cumplimiento, por las letras iniciales de esas palabras en inglés.
El autor sueco cree que aquello de "sacar el látigo" ya no funciona en una empresa. "Como líder, tienes que saber que algunas personas van a decirte siempre lo que quieres oír y otras te van a retar. Todas las semanas veo que los que prestan atención y se atreven a preguntar a su equipo, los que tienen esa confianza, son mejores. Un buen líder te pregunta cómo te sientes o qué puedes hacer por la empresa". Así mismo, Erikson tiene en cuenta que los empleados tienen "una forma natural de actuar, pero cuando llegan al puesto de trabajo se ponen una máscara y se adaptan".
En Estados Unidos, los altos directivos "suelen ser rojos y amarillos, les gusta ser simpáticos; en la parte más oriental de Europa son rojos y azules, no les importan demasiado las personas. En España son parecidos a los suecos".
Por cierto, para los padres que crean que pueden adaptar estas herramientas para comunicarse con sus hijos, malas noticias. "No se puede etiquetar a los hijos de forma firme porque se están formando, no están hechos del todo", alega.
Thomas Erikson. Rodeados de idiotas. Los cuatro tipos de personalidades (o cómo entender a quienes cuesta tanto entender). Planeta. 312 páginas. 18,50 euros.