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Javier Moro: "En la lucha contra Maduro estamos todos porque quieren muertos a todos los demócratas"

El escritor novela la historia de Leopoldo López en Nos quieren muertos, "una epopeya contemporánea sobre la lucha por la libertad".

El escritor novela la historia de Leopoldo López en Nos quieren muertos, "una epopeya contemporánea sobre la lucha por la libertad".
Javier Moro, autor de 'Nos quieren muertos' | EFE

Leopoldo López encarnó la lucha por la democracia y la libertad en una Venezuela secuestrada por Maduro. En 2014 impulsó, junto a otros opositores, una campaña para encontrar una salida "pacífica, democrática y constitucional" al gobierno de Nicolás Maduro que acabó por llamarse, precisamente, "La salida".

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El escritor Javier Moro ha novelado su lucha, su estancia en la cárcel y su liberación en Nos quieren muertos (Espasa), un libro en el que se abre paso, casi como protagonista involuntaria, su mujer Lilian Tintori, que pasó de ama de casa a ser la cara de la oposición venezolana a nivel internacional. En estas páginas, se desenmascara al régimen dejando ver su verdadera naturaleza. La narración está salpicada de eventuales personajes, muchos de ellos españoles.

Descrito como un hombre que rebosaba voluntad y vocación política en un país "que se deshacía", Moro detalla los hechos de forma cronológica y le inyecta tensión narrativa a una historia conocida. Vemos a Lilian superada por las circunstancias, abrumada por la responsabilidad, en una Venezuela que pierde libertades sistemáticamente, en la que te podías dar de bruces con encapuchados del Gobierno y salías de casa sin saber si volverías a ver a tu familia.

Nos quieren muertos se suma a una extensa carrera literaria donde destacan títulos como Pasión india (2005), El sari rojo (2008), El imperio eres tú (Premio Planeta, 2011), A flor de piel (2015), Mi pecado (Premio Primavera, 2017), y A prueba de fuego (2020).

PREGUNTA. ¿Qué fue lo que le hizo contar esta historia?
RESPUESTA. Es una novela de no ficción basada en entrevistas, apenas he hecho trabajo de archivo. He querido contar la verdad de ellos, la verdad de las víctimas de ese régimen que ha conseguido expulsar a más de una tercera parte de su población. Los chavistas son expertos en desinformar, en lanzar bulos, en fake news... He querido ordenar su historia y mostrarla tal y como fue para que la sepamos todos. Como escritor, es una historia que tiene unos tintes dramáticos formidables. Si me invento lo que le ha pasado a este hombre, no se lo cree nadie.

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Leopoldo López, en esRadio.

P. ¿Admira a Leopoldo López?
R. El 18 de febrero de 2014, cuando Leopoldo López decidió entregarse a una justicia que sabía que era corrupta y que sabía que le iba a meter en la cárcel, me dije: "este tío está loco. O es un loco o es un héroe". Resultó ser un héroe. Un héroe es ese que va hasta el final, que da los últimos pasos que nadie más quiere dar. Un héroe es Alexéi Navalni que estaba en Alemania y volvió a Rusia sabiendo lo que le iba a pasar. O monseñor Álvarez, en Nicaragua, que no quiso subirse al avión que le puso el dictador Ortega. Y un héroe fue Leopoldo López, que podría haber aceptado el avión de Diosdado Cabello y dijo: "no, me quedo, me enfrento". Esos son los que representan la conciencia de su país, el último refugio de decencia en un régimen que lo corrompe todo, que compra las voluntades y lo compra todo. Por eso son tan importantes.

P. Tiene una conexión sentimental con Venezuela. ¿Hace más dolorosa su deriva?
R. Yo conocí el país en los años 70. Mi padre trabajaba en la compañía aérea venezolana e íbamos mucho. Parecía que el dinero corría, era el país del futuro, todo se veía fácil. Había unos autopistas enormes, coches grandes, cosas que no había en España, una riqueza y una prosperidad increíble. Me gustaba su naturaleza, la aventura e hice grandes viajes. La última vez que fui fue en 2012 y ya estaba muy deteriorado, y eso que no era ni la décima parte de lo que lo está hoy. Se han cargado el país por completo. Parece increíble que todavía haya gente que los defienda y que achaquen la pobreza a la sanciones. Es tomarnos por idiotas.

P. ¿Han cortado las alas a todo un país?
R. Es un país secuestrado por una banda de forajidos.

P. ¿Cuántas veces creyó Leopoldo López que iba a ser asesinado?
R. Ha sido objeto de al menos tres atentados en su vida. La primera vez viajaba junto a su jefe de seguridad, su escolta y amigo, al que se parecía físicamente. Se fue a comprar unas arepas en un restaurante y oyó un tiro. Cuando regresó se encontró muerto al escolta. El atentado era contra él porque ya estaba de alcalde de Chacao, un barrio pudiente de Caracas y amenazaba la preponderancia chavista. Lo querían muerto.

P. Su respuesta siempre fue pacífica y fue capaz de movilizar a una ciudadanía presa del miedo. ¿Le hacía aún más molesto para el régimen?
R. Le han intentado mancillar de todas las maneras posibles, con desinformación y fake news, con la ayuda de los rusos por cierto. Le pintan como un fanático de extrema derecha y jamás lo ha sido. De hecho, su partido Voluntad Popular es de centro izquierda y está afiliado a la Internacional Socialista. Primero, les quieren muertos cívicamente, después políticamente y físicamente si se puede también. Se quieren quitar a todos los que no sean siervos de la dictadura. La dictadura no admite algo que no sea servidumbre pura y dura.

P. ¿De dónde le nace a López esa vocación política?
R. La tiene en los genes y le viene de familia. Él se crio con ese caldo de cultivo de que hay que luchar contra los caudillos. La historia de Venezuela está repleta de caudillos que han tomado el poder por las armas y Chávez es uno más. Llegó al poder no tanto por las armas, sino por haber conseguido la connivencia de parte de la élite venezolana.

P. ¿Ha resultado ser inquebrantable?
R. Leopoldo López es el único que no ha querido negociar con ellos nunca nada y no han conseguido doblegarle en absoluto. Lo han metido en la cárcel, lo han torturado, lo han tenido en aislamiento... Hay estudios que dicen que más de quince días de aislamiento provoca problemas psíquicos. Él estuvo 500 días de aislamiento y no han conseguido quebrarle.

P. Hay quien le acusa de "vivir la vida padre" en España.
R. No le quedaba otra salida que el exilio. Era eso o volver a la cárcel o estar muerto. No le han dejado otra. Nadie se va al exilio por elección propia, es muy jodido.

P. Creo que, en realidad, la protagonista de este libro es Lilian, se convierte en su voz a nivel internacional de la noche a la mañana. ¿Cómo la describiría?
R. La transformación de ella es buenísima. Era una ama de casa a la que le gustaba el deporte de alto rendimiento, pero no era nada política. Ella me dijo que no sabía lo que eran los Derechos Humanos y que tuvo que pasar por un aprendizaje y una transformación que la llevó a ser la abanderada de la oposición. Congregó a muchedumbres que la escuchaban. Es de lo mejor del libro. Por amor y por salvar a la familia, se mete en una lucha que le sobrepasa por completo. Efectúa 168 viajes en tres años y consigue que la reciba hasta Trump cuando era presidente. También Biden o Macron. Consigue ser la piedra en el zapato de Nicolás Maduro.

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Lilian Tintori.


P. ¿El régimen subestimó a Lilian?
R. Totalmente. La ataca y la siguen atacando, bueno, a ella y a todos. Hace tres meses Antonieta, la madre de Leopoldo López, fue objeto de un ataque por parte de Jorge Rodríguez, este ser maquiavélico y vicepresidente de Venezuela. Solo demuestra que les tienen miedo.

P. "No sabían a quien se enfrentaban si a policías o bandidos" (pág. 79). Y todavía hay quien defiende a Maduro.
R. ¿Te imaginas el miedo de Lilian en esos 168 viajes? Pensaba que podían secuestrar a sus hijos, o atentar contra ellos, podían meterles un balazo. O que no la dejasen volver. Cada vez que ella se iba de viaje, se iba con ese miedo pegado al cuerpo. En un acto de campaña, iba a dar un discurso al lado de un concejal de otro partido de la oposición y lo mataron. Era padre de cuatro hijos y tenía 40 años. Lo dejaron seco. Lilian siempre pensó que ese balazo iba para ella.

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La familia de Leopoldo López.

P. Lilian y Leopoldo decidieron tener un hijo en la cárcel como símbolo de libertad. ¿Qué opinión le merece?
R. Sí, como medida de rebeldía. En la cárcel llevaba una rutina muy estricta. Le inspiró lo que había leído de Mandela y de Martin Luther King. Era una rutina de oración, pues tiene la suerte de ser creyente, una rutina física de deporte y otra de lectura. Eso le mantuvo fuerte durante todo ese encierro. La rebeldía constante le ayudó a aguantar. Decidió que Maduro no iba a influir en la felicidad de su familia y que iban a seguir creciendo. Consiguieron que naciera Federica, concebida en un vis a vis de esa cárcel tremenda. Era un acto de rebeldía ante el poder y un acto de afirmación de la vida.

P. ¿Puede servir de ejemplo sus vidas?
R. Es una historia ejemplar de gente que está en primera línea de lucha por nuestra libertad. La libertad de ellos es nuestra libertad. Maduro es solo un eslabón en una cadena que se sujeta porque está Putin con bases en Venezuela, porque están los chinos financiando el régimen, porque están los turcos, los iraníes y los cubanos. Siempre se pensaba que Maduro estaba aislado, pero para nada. Quien de verdad estaba aislado era la oposición que recibía muchos aplausos de los demócratas del mundo, pero no ayuda realmente como la que recibía Maduro de sus aliados. En esa lucha estamos todos porque quieren muertos a todos los demócratas, a todos los que creemos en la libertad. Leopoldo acaba de publicar un ensayo en el que se explica que el número de gente que vive bajo autocracias ha aumentado un 5 por ciento en los últimos cinco años. Somos minoría las personas que vivimos en sistemas democráticos, nos quieren muertos. Venezuela es un eslabón en esta cadena. Por eso, lo que pasa allí nos concierne a todos. Hay que defender la libertad y la democracia porque un día desaparece y no te enteras ni cómo ha desaparecido. Solo hay que mirar a Cuba o Venezuela.

P. ¿Cuál ha sido el papel de la comunidad internacional?
R. No es un ente heterogéneo. Hay una tendencia a blanquear estas dictaduras, como han hecho con la cubana. De repente Castro era invitado por todos los países del mundo y recibido con honores, obviando la situación desastrosa de derechos humanos y de la vida en la isla. Ese esfuerzo de blanqueamiento se está intentando con el régimen de Maduro. Se dicen "vamos a olvidar el tema de derechos humanos y vamos a por el petróleo".

P. ¿Y España?
R. Está contado en el libro. Mariano Rajoy hizo lo que quiso, a pesar del consejo negativo de sus asesores que le dijeron que no recibiera a la esposa de Leopoldo López porque había muchos intereses en Venezuela. Hay una comunidad de más de 100.000 españoles en Venezuela, Telefónica, Repsol, Indra... decían que había que tener mucho cuidado. Él se pasó el consejo de los asesores por el forro y la recibió como presidente de manera oficial. Abrió la puerta a que otros la recibieran.

P. El Gobierno español ha dado refugio, entre otros, a la fiscal general que atribuyó a López la responsabilidad de las muertes por las que acabó en la cárcel.
R. Hubo un cambio en la política española con la coalicción de extrema izquierda, obviamente. Empezó el blanqueo.

P. "Hasta las viejas glorias de la izquierda levantaban su voz contra Maduro" (pág. 338) ¿No fue suficiente?
R. Es el mérito que hay que darle a Felipe González. Independientemente de su ideología, se da cuenta de la realidad de las cosas. Fue a Venezuela, vio la deriva autocrática del régimen y fue el primero en denunciarlo. Su denuncia fue muy importante porque venía de la izquierda, ya no era la derecha, era la propia izquierda la que alertaba. Luego siguió Luis Almagro, presidente de la OEA, ministro del Gobierno de Mujica en Uruguay.

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Lilian Tintori, recibida por Trump.

P. Delcy Rodríguez y Zapatero, ¿qué grado de responsabilidad tienen en la salida de la cárcel de Leopoldo?
R. Lo cuento en el libro. Según dice Leopoldo, Zapatero nunca fue imparcial. Ha ayudado a liberar presos políticos pero ha ayudado a liberar a Miguel Rodríguez Torres, que fue ministro de Maduro, uno de los perseguidores de Leopoldo y el creador de la "tumba", la cárcel de altísima protección diseñada con principios cubanos, con celdas bajo tierra, terrible, donde hacen privación sensorial y torturas que no dejan marca. Tuvo un problema con los chavistas y lo liberó Zapatero. Se pasea por Madrid y un día se va a encontrar con Leopoldo por la calle.

P. ¿Una de las decepciones más grandes para Lilian fue el papa Francisco?
R. El papa Francisco intentaba ser equidistante y no es posible la equidistancia en Venezuela. Hay un grupo de forajidos que han secuestrado el poder, han secuestrado el país entero. El resto, son víctimas. Al igual que no se puede ser equidistante en la guerra de Ucrania y Rusia, no hay equidistancia posible en Venezuela. El Papa no lo veía así. Luego la Iglesia ha cambiado un poco

P. ¿Qué le depara el futuro a Venezuela?
R. No lo sé, pero si nos guiamos por Cuba no es muy halagüeño. Mientras que haya gente como Leopoldo López hay esperanza. El pueblo venezolano, a diferencia del cubano, todavía sale a protestar. Han estado a punto de acabar varias veces con Maduro, con Guaidó, pero no. Mientras esté esa dictadura apoyada por China, Rusia, Irán y Turquía es muy difícil quitarle. La victoria de Ucrania también es importante para la libertad de Venezuela porque se rompería el tablero geoestratégico.

P. ¿Se reconoce Leopoldo López en su libro?
R. No me he inventado nada. Leopoldo está encantado con el libro porque dice que pase lo que pase ya está escrita su historia. Esto no se lo puede quitar Maduro, este es el valor del libro.

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