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Javier Sierra busca los mensajes ocultos de las obras de arte: "Son puertas"

El escritor turolense publica El plan maestro, la resolución de su exitosa novela El maestro del Prado.

Javier Sierra, escritor. | Javier Ocaña

"La visión racional no es la correcta, es solo una visión más". Es el punto de partida de Javier Sierra (Teruel, 1971) para la narrativa y para la vida, y es la actitud - prácticamente imprescindible - que necesita el lector para entrar en su nueva novela El plan maestro (Planeta), la resolución de su exitosa El maestro del Prado.

El autor turolense, que ha vendido más de 7 millones de ejemplares y ha sido publicado en 44 países, toma a su familia como protagonista en un género híbrido al que no le falta misterio, teorías sugestivas e historia del arte. "El arte no vale nada si no está acompañada de un relato y eso es lo que hago en mi novela", sostiene Sierra. "Este libro ha sido un desafío para la editorial porque es una novela, pero, a la vez, era necesario que tuviera todo el componente visual que requería, toda la potencia de las imágenes que aparecen. Quiero contagiar la idea de que cada cuadro es un libro mudo que precisa ser interpretado, que cuenta una historia", aseguró el autor durante la presentación de El plan maestro en el Museo del Prado.

Sierra confiesa que el arte ha sido su refugio desde la infancia. Cuando apenas superaba la mayoría de edad, se encontró con un hombre frente a La perla, de Rafael. El desconocido le introdujo en el Renacimiento y le instruyó en las claves para saber leer ese óleo. Debía "estar atento a las miradas de los personajes para comprender la intención del artista". No le dijo su nombre, se desvaneció sin darse él cuenta, y aunque lo buscó un día tras otro, no lo volvió a ver. "¿Era un fantasma? ¿Era un maestro sobrevenido?", se preguntó. Sierra decidió bautizarlo como Luis Fovel, lo convirtió en el protagonista de El maestro del Prado y ahora retoma la atmósfera de aquella historia para atar los cabos pendientes. "Aquella novela termina con un enigma, unos versos en un libro que debo traducir para volver a encontrarlo, y en esta novela esos versos se convierten en la trama", explica el autor.

Javier Sierra, escritor. | Javier Ocaña

Sierra aboga por mirar el "arte subyacente" al que se "accede desde una percepción distinta, la de la mirada de un niño que todos hemos tenido pero que vamos perdiendo" y que "aplicada al arte da unos resultados sorprendentes". Con esa "mirada" el espectador podrá ver unos pulmones con alveolos en La primavera de Botticelli "que evidencia que el artista asistió a una autopsia, totalmente prohibido por la ley de la época".

Una membrana a otra realidad

La tesis principal de esta novela es que el arte es "una puerta o membrana al más allá, a otras dimensiones de la realidad", una "llave mágica que interconecta mundos", un pensamiento que, sostiene el autor, ya lo tenían los artistas rupestres. Es por ello que acompaña al lector a cuevas prehistóricas tan emblemáticas como la francesa de Lascaux o las de Cantabria, además de a otros lugares imprescindibles para hablar de arte como el Museo Louvre o los Uffizzi.

Museo del Prado

El escritor, Premio Planeta con El fuego invisible, concibe este libro "como una llave que da al lector" para que atraviese esa membrana. De hecho, juega con un cuadro de Vicente López, discípulo de Goya, un retrato de Luis Veldrof, aposentador mayor y conserje del Real Palacio, que aparece con una llave en la mano y que "se convertirá en un personaje importante en la resolución de la novela".

El Bosco y Dalí

Esta vez todo arranca en la sala de El Bosco, una de las estancias en las que más se detienen los visitantes en el Museo del Prado. "El jardín de las delicias es una puerta mágica y una puerta literal, porque es un tríptico que se cierra. Aparecen más personas desnudas que en cualquier otra obra del mundo clásico, toda una provocación en su tiempo. Hay que desarrollar una capacidad llamada segunda visión que consiste en ver la obra en su obviedad e interpretarlo en su geometría. Así se puede ver como el Bosco puso un gran ojo, el del creador que todo lo vigila. El Bosco jugaba con esas geometrías. Dalí se quedó deslumbrado con esta obra. Creía que había un retrato suyo".

Museo del Prado


Javier Sierra se siente cómodo en este terreno tan sugestivo como literario, en el que, por si fuera poco, aliña con astrología y la posibilidad - tantas veces vista en la ficción- de la existencia de civilizaciones avanzadas que alientan la evolución de la humanidad. "Estamos tan acostumbrados a pasear delante de los cuadros que no nos enteramos de nada. Mi libro es un alegato para pulsar el botón de pausa delante de las grandes pinturas y aguardar a que nos hablen", dice. "Esa es mi propuesta literaria, un alegato a mirar el arte con la mente, con las emociones y, sobre todo, con los antiquísimos ojos del instinto humano", insiste.

Javier Sierra. El plan maestro. Editorial Planeta, 2025. ISBN 978-84-08-29696-6. Páginas 496. Precio: 22,90 euros.

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