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Debajo de la mesa

Como apaches, silenciosos, alertas, las armas listas (tirapiedras, arcos y flechas, tirachapas), cruzamos las urbanizaciones y nos adentramos en el bosque que circunda el hospital de los tuberculosos. El suelo oloroso y blando. Mima nos advertía siempre de que no tocáramos nada que encontráramos en las cercanías del hospital, para que no se nos pegara la tuberculosis.