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'Transformer': el disco que convirtió a Lou Reed en una leyenda del rock

El neoyorquino se hizo grande tras abandonar la Velvet y tras un primer fracaso en solitario. Bowie y su guitarrista, imprescindibles en su grabación.

Cara B: "Transformer"

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El neoyorquino se hizo grande tras abandonar la Velvet y tras un primer fracaso en solitario. Bowie y su guitarrista, imprescindibles en su grabación.

No han sido pocos los usuarios de las redes sociales que han lamentado la muerte de Lou Reed, fallecido este domingo, recordando el estribillo de Walk on the wild side: "Hey babe, take a walk on the wild side; said hey babe, take a walk on the wild side" -y las chicas negras, que cantan el pegadizo "dooo, do doo, doo..."-. La canción es una de las más destacadas de Transformer, publicado el 8 de diciembre de 1972, el segundo trabajo en solitario del artista neoyorquino y, quizás, uno de los discos más importantes de la historia del rock.

Bowie y Ronson, imprescindibles

Reed venía de abandonar The Velvet Underground en 1970, una banda que mereció todos los elogios y alabanzas pero que no generó mucho dinero. Al compositor de música electrónica Brian Eno se le atribuye la siguiente frase, que bien podría resumir la trayectoria del grupo que Reed fundó junto al galés John Cale: "Pocos la escucharon, pero todos los que lo hicieron formaron una banda". Lulu -así apodaban a Reed- decidió entonces tomarse un año sabático musicalmente hablando, primero dedicándose a la pintura y, posteriormente, trabajando de mecanógrafo por 40 dólares semanales en el bufete de su padre, en Long Island. En este panorama mesetario, irrumpe con fuerza David Bowie.

El artista británico y Reed se conocieron en 1971. Mientras el estadounidense había optado por pasar al segundo plano, el Camaleón estaba en la cresta de la ola: ese año, Bowie grabó el maravilloso Hunky Dory -que contiene himnos como Life on Mars?, Changes o Queen bitch (esta última, muy cercana al sonido Velvet)- y se encontraba en cocina, ni más ni menos, que The rise and fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars, que vería la luz en junio del año siguiente. Bowie admiraba el trabajo de la Velvet y convenció a su manager, Tony de Fries, para que le consiguiera un contrato a su amigo. Así, Reed fichó por el sello de Bowie, RCA UK, y en diciembre de ese año machó a la capital inglesa para grabar su primer disco en solitario -titulado Lou Reed-. Resultado: un fracaso.

En mayo de 1972, Reed recurre de nuevo a Bowie para grabar unas maquetas de lo que posteriormente sería Transformer. La grabación del disco arrancó el 2 de agosto de ese año y concluyó tan solo nueve días después. Todas las canciones de Transformer fueron compuestas por Reed, pero quienes realmente se encargaron de pulir la piedra fueron Bowie y, especialmente, el guitarrista de Spiders from Mars, el maravilloso Mick Ronson, Ronno -quien también acompañara a Bob Dylan en la gira The Rolling Thunder Revue-. El ex Velvet presentó unas melodías anárquicas y ni siquiera se daba cuenta de cuándo tocaba con la guitarra desafinada. No fue una empresa fácil para Ronno hacer entrar en razón a Reed aunque, finalmente, entre los tres fabricaron una obra maestra, el primer gran disco de Lulu.

Amor, travestis, drogas

Transformer está compuesto por once temas muy variados, si bien priman por encima de todos los estilos el glam rock y el glitter rock. El disco arranca con Vicious, una canción contra una chica -obviamente- viciosa que quiere que le golpeen con un palo y a la que Reed pregunta "¿por qué no te tragas hojas de afeitar?". Le siguen Andy's Chest y uno de sus temas más reconocidos, Perfect day, que parece que narra una típica, tópica y rosa historia de amor pero que concluye con un avinagrado "cosecharás lo que has sembrado". Algunos críticos sostienen que, en este tema, el autor se refiere a la heroína. Ojo a la versión que interpretó junto al tenor Luciano Pavarotti:

Por Hangin' round circula un riff que se graba a fuego en la memoria junto a algunos personajes caracterizados con la crudeza y el humor negro de Reed, como Harry, "un hombre rico que se hizo sacerdote" o la "mocosa malcriada" Jeanny. La quinta canción es Walk on the wild side, quien se transformó en un éxito radiofónico por casualidad: el locutor de la BBC Johnny Walter la escogió al azar en representación de Transformer, que iba a ser presentado como disco de la semana. En el tema, Reed describe a algunos de los personajes -como el travesti Holly Woodlawn o el modelo y actor Joe Dallesandro- que frecuentaron The Factory, el estudio de arte que Andy Warhol fundó en Manhattan.

Continúa el disco con Make up, con la hermosa Satellite of love y con Wagon Wheel. New York telephone conversation es la canción más corta del disco y está grabada en vivo junto a Bowie, acompañados sólo de piano, batería y bajo. Finaliza Transformer con la animada I'm so free y con Goodnight ladies, canción como de cierre de bar, que recoge el siguiente verso: "Hemos estado juntos durante mucho tiempo, pero ahora es momento de drogarse".

Ya saben que las muertes de los grandes artistas suponen, para los profanos, ocasiones ideales para sumergirse en sus obras. Con Lou Reed no se limiten al más que sobado "Walk on the wide side" y, si lo desean, claro, empiecen con Transformer, en general, de principio a fin. Si les convence, continúen por Berlin (1973) o por New York (1989). Nunca es mal momento para acceder al rock potente, sosegado, poético, mágico, ácido, sucio y fotográfico del músico neoyorquino.

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