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'Palosanto Tour 2014'

El rock revolucionario de Bunbury conquista Madrid

El artista aragonés, junto a su banda, derrochó profesionalidad, carisma y talento en un magnífico espectáculo que duró algo más de dos horas.

El artista aragonés, junto a su banda, derrochó profesionalidad, carisma y talento en un magnífico espectáculo que duró algo más de dos horas.
Enrique Bunbury | Efe

Un OVNI se dirige al planeta Tierra mientras suena un vals de Shostakovich. Su puerta se abre y, en el escenario, aún a oscuras pero cubierto por su banda, una luz que sale de la nave extraterrestre ilumina a Enrique Bunbury, ataviado con chupa de cuero y gafas de color. El Palacio de los Deportes de Madrid le brinda su primera ovación, y este responde con el arranque de "Despierta": "Despierta, todo ha cambiado. / Nada es cómo habíamos imaginado".

Este último verso puede aplicarse perfectamente a los conciertos del Palosanto Tour 2014, al menos, a los que el músico aragonés está ofreciendo en España y, por ende, al que disfrutaron miles de almas en el citado coliseo musical -entre muchos otros usos, claro, pero nos ceñimos al asunto- madrileño. El espectáculo de Bunbury es inimaginable, supera expectativas a punta pala por varias razones: primera, la profesionalidad, el carisma y el talento del propio Bunbury; segunda, los mismos parámetros, aplicados a su banda, Los Santos Inocentes, y tercero, por el espectáculo visual, impactante, crítico, misterioso y culto, según toque, empleado para la ocasión.

El concierto de Madrid era muy importante porque iba a ser -ha sido- rodado y porque volvía al escenario el guitarrista Jordi Mena, quien causó baja en las fechas de Barcelona, Zaragoza y Bilbao por culpa de una operación de retina -durante esos conciertos, su sustituto fue Dani Baraldés, discípulo del propio Mena, "ejecutor" del trabajo de su maestro y gran guitarrista. Tras el concierto, el músico recién incorporado me cuenta que se encontraba mucho mejor, aunque la duda permaneció hasta el último minuto. De hecho, a Baraldés se le había reclutado de nuevo la noche anterior, por si acaso tenía que cubrir, otra vez, la baja de su mentor.

"Despierta, todo ha cambiado. / Nada es cómo habíamos imaginado", decíamos que decía Bunbury. El discurso del concierto, como el de su último disco, es principalmente social, político -no partidista, cuidado-, revolucionario. Mientras suena "Despierta", aparecen en un conjunto de televisiones apiladas, entre otros, Mariano Rajoy, Cristina Fernández de Kirchner, Barack Obama y Rafael Correa. Al finalizar la canción, los televisores revientan. Continúa Bunbury con "El club de los imposibles", en el que resalta, positivo, el siguiente verso: "Y tenemos todos los semáforos en verde a la vez"; "Los inmortales", que "están bajo tierra", o "Contracorriente", tema perteneciente a su primer disco en solitario, Radical sonora. En "Destrucción masiva" invaden la pantalla hongos nucleares; en "Deshacer el mundo" -magnífica su revisión, con un maquillaje muy cercano a Tom Waits-, se alternan imágenes de ejércitos con cargas policiales; "El hombre delgado que no flaqueará jamás" está precedida por un inquietante vídeo con imágenes de "La naranja mecánica" de Kubrick.

Ojo: el guión no es monotemático, y también tienen cabida en el repertorio clásicos que apuntan al amor/desamor, como "Sácame de aquí", "Infinito" o "El rescate". Especialmente mágica suena "Salvavidas": cuando Bunbury canta su estribillo -dramático y personal: "Todo lo que necesito hoy, quítamelo"-, en un círculo de dólmenes aparecen los rostros de distintas personalidades de la cultura -diferentes según la ciudad-. En Madrid, entre otros, figura Francisco Umbral, Francisco de Quevedo o Lope de Vega. Cabe aplaudir su buen gusto literario.

En los bises aparecen los invitados: Iván Ferreiro canta en "El cambio y la celebración", mientras que Quique González hace lo propio en "Bujías para el dolor", del rockero Hellville de luxe. Finaliza el concierto con "El viento a favor", con dos cañonazos de confeti dorado y con un aplauso pasional, multitudinario y crudo del respetable madrileño. Lo del artista zaragozano en Madrid ha sido superlativo. El "coso, DVD o Blu-ray" -Bunbury dixit- que saque en los próximos meses va a merecer mucho la pena. Quienes lo disfruten en el sofá de su casa sin haber asistido al show sentirán muchísima envidia de las miles de almas que se rindieron ante un magnífico evento presidido por un artista sobresaliente.

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