Podría ser cualquiera de ellas, porque todas son joyas del Indie pop, del folk americano. El músico inglés murió con 26 años, hace 40, de manera acústica, frágil, rasgando desde la soledad de una habitación un amanecer otoñal de 1974 (ese mismo año nacía uno de sus mayores admiradores, Nacho Vegas).
Compuso durante un lustro, y el poco tiempo que permaneció atrapado en este mundo, luchando contra la depresión y el insomnio, estuvo enchufado a esa vía exclusiva que conecta a los elegidos con la belleza pura, la esencia y la emoción. Drake fue agraciado incluso con un look de estrella romántica de folk inglés y americano. Sólo se le negó una cosa. La capacidad de disfrutar de la vida.
Nick ha dejado un legado incomparable de canciones preciosas y dolorosas. Naturalistas, donde acabó. Sus cenizas descansan en el jardín familiar, bajo un roble. Hombre del futuro, sus letras y armonías han sido un himno para las generaciones posteriores. Un filón para la publicidad.
Víctima de su estado de ánimo, concedió a regañadientes una sola entrevista en su vida, en la que no cruzó su mirada con la del periodista. Acabó viviendo con sus padres y dejando una carta para lo más parecido que tuvo a una novia.
Versionado por Los Planetas, Elton John, elogiado por Robert Smith, de The Cure, Paul Weller, Blur, Peter Buck, de R.E.M., Badly Drawn Boy o Belle & Sebastian. Precisamente este año su líder, Stuart Murdoch, le ha rendido homenaje en su debut cinematográfico.
¿Cuál es tu canción favorita de Nick Drake? Sólo publicó tres discos... y medio. O sea que no costará mucho ponerse al día con Drake. El último álbum publicado en vida, breve como él, Pink Moon. Once canciones, que no llegan a la media hora en total. Una canción, Pink Moon.