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E.T. vuela hacia casa desde el Teatro de la Zarzuela de Madrid

El 29 y el 30 de diciembre tendrá lugar el Concierto 35 aniversario de E.T., con una orquesta de 75 músicos tocando sobre la proyección HD del filme.

El 29 y el 30 de diciembre tendrá lugar el Concierto 35 aniversario de E.T., con una orquesta de 75 músicos tocando sobre la proyección HD del filme.
E.T. | Cordon Press

"El que no vio E.T. él mismo de pequeño lo asocia a llevar a sus hijos. Es una película que ocupa un lugar especial en el corazón y la memoria de todas las generaciones vivas, nos toca a todos". Álvaro Cañil, productor del Concierto 35 aniversario de E.T., el Extraterrestre, define así el evento que tendrá lugar en el Teatro de la Zarzuela de Madrid el jueves 29 y viernes 30 de diciembre, un concierto de la banda sonora de John Williams realizado en vivo sobre la proyección, en HD sobre pantalla gigante (en V.O. con subtítulos), y ante 1.200 personas, de la joya de Steven Spielberg.

El evento no es ningún capricho, al menos que no provenga de la mente del mismísimo Spielberg. Inserto en una gira mundial licenciada por Universal Pictures, Amblin Entertainment y Film Concerts Live (empresa del propio Williams) y realizado por la orquesta Barbieri de 75 músicos conducida por Bruno Axel (@brunoaxelviolin), el concierto plantea diversos retos técnicos que Cañil desgrana en exclusiva. "Plantea desafíos desde el punto de vista técnico, ya que se necesita del propio equipo de Spielberg y Williams, y luego por parte del director, que además tiene que saber dirigir una orquesta", explica Cañil.

La razón, amoldar la música original de 1982, pero también música adicional compuesta por el propio Williams para la ocasión, al devenir de la película proyectada en directo. "Hay que controlar la orquesta de acuerdo al corsé que te manda la película mediante una serie de marcas previas, un sistema llamado punches and streamers que le va marcando cada los compases con una barra horizontal y un círculo grande como guía", explica Cañil sobre la tarea que tendrá Bruno Axel en apenas unos días. Una hazaña de sincronización en vivo que se juega en un puñado de puntos clave, momentos "que si no cuadran, la gente se va a dar cuenta. El director debe poner su arte al servicio del tempo del compositor".

El director de orquesta y violinista explica a Libertad Digital que se trata del "sistema americano que se usa para las bandas sonoras en Hollywood, con un temporizador de la imagen para hacer coincidir la partitura con el efecto de la imagen". Solo que esta vez en riguroso directo y "con la musicalidad exacta que hizo Williams, mi obligación como director es recrear lo más fielmente posible su música".

Un doble enfoque que es mucho, mucho más que el punto culminante de la película, ese tema de las bicicletas que todavía hoy invade la cultura popular. "Cuando la gente piensa en una BSO piensa en el Flying Theme, pero claro, la banda sonora es muchísimo más, y ese tema aparece presentado en distintas versiones con inversiones de notas, tono mayor o tono menor. Igual que la Traviata llega más allá del "Libiamo" o el Rigoletto de "La donna e mobile"", según Cañil. Además de las composiciones adicionales que han recibido los títulos de crédito, también es importante cuándo no debe sonar la orquesta: "El silencio es tan importante como la propia música". En total, añade Axel al respecto, más de "80 minutos de música, tres cuartas partes de la película" y unos 30 cues o entradas musicales.

A Cañil, productor del concierto como también del homenaje a John Williams que el año pasado condujo el reputado Lucas Vidal, le cuesta quedarse con un momento de la banda sonora. "Como productor, sinceramente, va a ser el último acorde porque va a significar que me puedo relajar", explica a Libertad Digital. El objetivo es conseguir que el público se deje llevar, "en el buen sentido", por esos manipuladores de emociones que son Spielberg y Williams.

Para Axel tampoco hay duda, pero concreta escenas particulares: "Hay momentos que no son los más conocidos como cuando se emborracha, esa escena de las ranas y otros fragmentos pequeños en medio, como el de Halloween, que me parecen de los más bonitos y musicalmente más interesantes". En conjunto, el violinista tiene claro que se enfrenta a la música de un "genio" todavía vivo: "Williams es una mezcla de muchas cosas, es un compositor que tiene influencias claras de maestros como Strauss, Schomberg, Wagner y todos los clásicos. Pero lo considero un compositor total que se ha dedicado al cine pero podía haber sido sinfonista".

Para conseguir el concierto High C Music, productora de conciertos también especializada en llevar géneros españoles a EEUU, ha tenido que batirse el cobre con la competencia, negociando en España una gira que a nivel mundial engloba más de 80 conciertos en todo el año, incluyendo la Filarmónica de Nueva York en mayo. "Tienen estandarizado el nivel y las cosas donde quieren incidir. Williams hace hincapié en el arpa y que el artista sea muy bueno. La anécdota es que ha trabajado con Anne Hobson Pilot de la Filarmonica de Boston durante 40 años, e incluso ha hecho un arreglo especial de las partes de la partitura específicamente para ella". De modo que solo permite que Hobson Pilot interprete esas partes.

La colaboración Spielberg-Williams es una dupla que se estudia en el presente y se hará en el futuro, tan sincronizada o más con la obra como ahora debe estarlo el concierto de la Zarzuela. "Es algo incomparable en el mundo del cine –apunta Axel–. Probablemente la unión más prolífica entre director y compositor, de una forma que otros no han logrado, dándole una importancia a la música en cuanto a la historia. Williams aporta ritmo, sentimientos, adelanta emociones que van a suceder después. Es un trabajo realizado con Spielberg", subraya.

Pero además del reto técnico, el concierto esconde otro doble desafío: "Es el vehículo perfecto para presentar la música sinfónica y clásica a un nuevo público, distinto, de una forma fácil. Puedes disfrutarlo sin hacer un ejercicio intelectual que, por otro lado, también puedes hacer", dice Cañil. El director de orquesta Bruno Axel añade un recado para el público, que también "debería entender que todo eso viene de Mozart, Beethoven, Wagner....". Pero matiza que, al fin y al cabo, fue la tecnología y el cine lo que hizo dar el siguiente paso a la música clásica: "Cuando el cine fue evolucionando y se consiguió el sonido empezó a crearse y profesionalizarse la composición para cine, con compositores como Steiner y otros de los 50 y 60". La música en el cine viene de la música clásica, y todo ha sido una evolución natural aunque de la mano de la tecnología.

El futuro, por otra parte, se presenta lleno de música para Cañil, con otros conciertos de perfil similar al de E.T., el extraterrestre. "Esto es una colaboración a varias partes, por una parte Film Concerts Live, la productora de John Williams en conjunción con los estudios que han hecho las películas donde ha participado, que en este caso son Amblin y Universal. Pero también está disponible Indiana Jones, con LucasFilm, o Tiburón. También hay otras como The Artist, y Casablanca también se puede hacer. Podría ser un clásico como West Side Story, del cual se cumple el año que viene el centenario de Leonard Bernstein, el compositor, y sería una buena ocasión para hacerlo. Tenemos las manos llenas". El de Axel se plantea igual de ocupado, con un disco y espectáculo propio "como compositor y violinista que estrenaremos en Madrid en abril, en algún teatro principal de Madrid que estamos cerrando, además de la composición de varias bandas sonoras".

Funciones el 29 y 30 de diciembre en el Teatro de la Zarzuela. Entradas ya a la venta.

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