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Julio Iglesias y su dueto con Sabina: "Yo soy el pijo y él es el golfo"

Julio Iglesias, a punto de cumplir sus Bodas de Oro, asegura que "jamás cantaría para Trump en la Casa Blanca".

Julio Iglesias, a punto de cumplir sus Bodas de Oro, asegura que "jamás cantaría para Trump en la Casa Blanca".
Julio Iglesias | Cordon Press

Por vez primera en su ya larga carrera musical, cuando el próximo año cumplirá sus bodas de oro como cantante, el más internacional de nuestros intérpretes melódicos, Julio Iglesias, acaba de lanzar al mercado su primer disco con duetos. Viene a ser el ochenta y tantos de su discografía, número que él mismo no sabe precisar de memoria. Es de los artistas españoles que más grabaciones ha vendido en la historia, superando los trescientos millones de copias. Estos días está también exultante, porque "su" Real Madrid ha ganado el campeonato de Liga: "Sufro cuando juega mi equipo". Todavía a estas alturas de su vida reconoce: "Yo no iba para cantante, yo no pensé nunca en serlo, pues lo mío era terminar la carrera de Derecho, jugar al fútbol de portero, en los juveniles merengues, y tal vez soñara con hacerlo en el equipo titular…, pero ser un artista no entraba para nada en mis pensamientos". Y ahí lo tienen, inasequible al desaliento: "Porque yo no pienso retirarme todavía… Lo tendrá que decidir el público, aunque no quisiera que ese día llegara con un micrófono en la mano pero sentado en silla de ruedas". Le teme a su quebradiza salud, a su dolorida espalda, lo que ha tenido que ir superando a base de operaciones, tranquilizantes, sesiones de gimnasia y relajantes masajes. Un sacrificio que es constante desde aquel accidente de coche en la sierra madrileña, hace de esto medio siglo. Porque ante todo, él lo tiene claro: cantar lo ayuda, pensar en sus giras, proyectar otras grabaciones distintas para que no lo acusen de vivir del ayer: "La nostalgia es el pasado y yo no quiero que me llamen antiguo", sentencia.

A lo que le tiene pavor es a los aviones. No se ha acostumbrado aún pese a los miles y miles de kilómetros de vuelo que lleva encima: "Me paso horas enteras ante el ordenador, leyendo por encima las informaciones de los diez periódicos más influyentes del mundo, y me detengo en el tiempo que hace o se espera en las ciudades que he de visitar. Modo por el cual me prevengo de que en mis desplazamientos aéreos no me alarmen tormentas u otros fenómenos que me aterran".

Ahora, pendiente de sus próximas actuaciones por medio mundo donde ha de dar a conocer las canciones de su último disco, "México & Amigos", cuenta lo feliz que ha sido grabar algunas de esas canciones clásicas de toda la vida: "Las que cantaba por ejemplo mi madre, a quien encantaba Jorge Negrete y Pedro Infante… Rancheras, canciones de mariachis, boleros de los años 50 y 60, tan populares, que no han pasado de moda y yo llevo metidas en el cerebro mucho tiempo, tarareándolas en el cuarto de baño incluso mucho antes de que las haya registrado en este disco, donde está mi voz y la de muchos cantantes amigos". Esos temas, ya universales, son entre otros: "Júrame", "Ella", "Fallaste corazón", "Quién será", "Amanecí en tus brazos", "Échame a mí la culpa", "Juan Charrasqueado", "La media vuelta"… Compartidos a dúo con Juan Luis Guerra, Plácido Domingo, Thalía, Omara Portuondo, Eros Ramazzotti…

"Con Plácido Domingo he coincidido otras veces. Plácido quiere mucho a México, como yo, conoce esas canciones desde muy joven, así es que no hubo problemas para que cantáramos de nuevo juntos. Con Andrés Calamaro, en cambio, fue una sorpresa, después de tener unas cuantas conversaciones, porque nuestros estilos son diferentes. Conocer a Pablo Alborán ha sido estupendo, porque me recordaba a mí mismo cantando hace treinta o cuarenta años. No se puede cantar mejor que Pablo, es un chiquillo al que le espera una carrera muy grande, al que más me parezco". Novedad interesante es escuchar a Julio Iglesias junto a Joaquín Sabina en uno de los grandes éxitos de éste, "Y nos dieron las diez". La selección de los artistas que debían intervenir en este primer disco de duetos del cantante madrileño fue a sugerencia de las casas de discos de todos ellos, empezando como es natural por la del anfitrión de todos esos invitados. Y aunque este no lo diga, se supone que el visto bueno final ha sido suyo: "Con Joaquín Sabina mantuve media hora de conversación que era para haberla grabado por cuantas cosas nos intercambiamos, muchas confesiones; nos pusimos de acuerdo en seguida. Para al final convencerme de que yo soy el pijo y él un golfo".

Preciso era interesarnos por cuanto opina de la espectacular carrera musical del tercero de sus hijos, Enrique: "Es un campeón del mundo. Anteayer cantaba en Berlín, al otro en China,,, Me encanta cuanto hace, con su "swing", su alegría, los grandes autores que le escriben canciones… Nuestros estilos, claro, son distintos". ¿Y de su otro hijo, Rodrigo, que también quiere seguir la carrera de sus hermanos? A lo que Julio Iglesias responde: "¡Ojalá también tenga suerte como cantante! ¿A quién a su edad no le encantan las luces de la popularidad?"

Puesto que gran parte del año reside en los Estados Unidos, y la otra en la isla de Cancún, y sabiendo que en su día se hizo amigo de Ronald Reagan y Bill Clinton, actuando en la Casa Blanca, nos parecía interesante conocer sus propósitos en caso de que el actual mandatario norteamericano, Donald Trump, lo invitara a cantar. Y Julio Iglesias, que siempre ha sido muy diplomático y nunca le ha gustado cerrarse ninguna puerta, fue tajante: "No, nunca actuaría para Trump".

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