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El Teatro Real acogió a 007 con 'Casino Royale' y la Orquesta Clásica Santa Cecilia

El evento fue el martes 29 de enero en el Teatro Real, un evento organizado por la Fundación Excelentia al que asistieron 1.500 personas.

El evento fue el martes 29 de enero en el Teatro Real, un evento organizado por la Fundación Excelentia al que asistieron 1.500 personas.
Eva Green en Casino Royale (2006) | Sony

¿Han visto Casino Royale? Seguro que sí. Hay una escena no particularmente culmen que representa las bondades de la película que lanzó a Daniel Craig como 007. Vesper Lynd, la primera chica Bond de la historia que cometerá suicidio (por amor, por desamor, por heroísmo) entra en el Casino donde el nuevo agente, recién ganado el número, trata de salvar la misión. Una suave melodía, la que describe al personaje de Vesper, acompaña a la fascinante Eva Green mientras va girando las cabezas del casino. El momento enardecería la escena feminista actual, entre otras cosas porque no entenderían la película (James Bond, plenamente construido, solo aparece al final, una vez ella muere: 007, el defensor de los intereses del Imperio, nace por lo tanto de una derrota) pero esconde una serie de claves que la música melancólica, sensual de David Arnold se encarga de desarrollar: se trata de una maniobra ensayada por ambos personajes, una máscara, para que la función pueda continuar.

Casino Royale en concierto tuvo lugar en el Teatro Real de Madrid el pasado martes, y no hubo máscara alguna para la labor de la orquesta. El público pudo disfrutar de la película de Martin Campbell, que en 2006 se encargó de presentar un Bond para nuevos tiempos (los tiempos oscuros post 11-S) pero sobre todo de la interpretación de la banda sonora de David Arnold de la mano de la Orquesta Clásica Santa Cecilia, la "más atractiva de todas las orquestas españolas", bromeó Arnold. La construcción de la banda sonora de Casino Royale, conducida para la ocasión por Gavin Greenaway, director de orquesta habitual de Hans Zimmer, es totalmente clásica, basada en temas y leitmotiv la mayoría vinculados a personajes, y por tanto se van desarrollando lentamente según se sucede la acción y el guión desvela sus cartas. Desnudan, por tanto, a los caracteres de una película en la que todos se engañan y en donde 007 tiene que tomar una decisión fundamental, la de elegir si prevalece su propio ego o el bien común. El tema de Vesper es por eso la verdadera canción de la película, tanto como el tema que canta Chris Cornell y sirve de proto-tema del mítico de Bond de Monty Norman: el de Vesper comienza con un emotivo piano y solo rompe cuando Bond consuela al personaje en la ducha (ambos vestidos) tras presenciar ella una escena terrible.

Casino Royale es una película ideal para ser contemplada con orquesta. Sus tres grandes secuencias de acción (África, Miami y Venecia) son casi cine mudo, de modo que la música de Arnold brilla especialmente en ellas. Además, el Bond de Craig está concebido como un bulldozer humano, sometido a unos instintos animales que camuflan todo tipo de carencias afectivas y hay suficientes ocasiones en los que la partitura puede adquirir esa textura, tanto como la clásica inflitración "a lo 007" que destaca en temas como "Unauthorized Access", donde Bond se cuela en la casa de la mismísima M. El filme proporciona los suficientes momentos introspectivos y románticos para que la mesurada, sostenida y elegante música de Arnold guiñe el ojo al mítico John Barry, el compositor "oficial" de la serie del agente británico. El prólogo, de manera casi inaudita en la serie, es más bien una secuencia expresionista en blanco y negro que una gran secuencia de acción (que sucederá después de los memorables títulos, adornada por el mastodóntico tema "African Rundown"). En efecto, vamos a subrayar lo épico: la orquesta Santa Cecilia brilló con luz propia con el corte "Miami International Airport", unos quince minutos de crescendo que van desde el suspense a la acción hasta la pura cuenta atrás, y que resultaron absolutamente épicos.

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Casino Royale es uno de los mejores filmes de James Bond. Si Skyfall de Sam Mendes apostó por deconstruir a 007 como mito, la de Martin Campbell apuesta por hacer lo propio con su retrato humano, como Hombre con mayúsculas: cuando el malvado Le Chiffre tortura a James Bond, lo hace comenzando literalmente por sus cojones. Es por eso que gusta más, además de por la habitual planificación clásica y directa de Campbell (y su retrato de un mundo más antipático de lo que cabría suponer) y su apuesta por la música de Arnold, aquí absolutamente inspirado (desgraciadamente Mendes introduciría en la saga a su músico habitual, Thomas Newman, con inferiores y más relamidos resultados).

Construida en torno a temas y con una canción en los títulos cantada por el fallecido Chris Cornell, denostada por sus aires rockeros por muchos fans clásicos (pero no por ello menos magistral) Casino Royale trata de responder a una única pregunta vital: ¿se involucra emocionalmente Bond (y todo lo que Bond representa) en sus casos, sus relaciones esporádicas con mujeres que a menudo acaban muertas? La respuesta nace de ese interludio donde la orquesta recupera, de nuevo, el tema de Vesper a tope con la orquesta (el tema "City of Lovers"), una suerte de sueño húmedo masculino donde Bond se deja engañar y que acaba en tragedia, para permitir nacer al mito. A mitad de camino entre el continuismo y la vivisección, la música tocada el martes en el Teatro Real aportó absolutamente todo lo que las imágenes del filme necesitaban, y aún más. Pura emoción.

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