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La noche mágica de los Pekenikes en su 60 aniversario

El mítico grupo celebró una gala en la que compartieron escenario con los Brincos, dos de Los Relámpagos, y Teddy Bautista.

El mítico grupo celebró una gala en la que compartieron escenario con los Brincos, dos de Los Relámpagos, y Teddy Bautista.
Los Pekenikes | Disco

El pasado martes 18 de junio acudimos al cine-teatro Rialto, de la Gran Vía madrileña. Actuaban Los Pekenikes, grupo mítico, el primero que instrumentalmente inició el pop español, con aquellas primeras guitarras eléctricas, cuya calidad estaba superada por el entusiasmo de quiénes pulsaban sus cuerdas. El conjunto madrileño celebraba, con esta gala especial, su sesenta aniversario artístico. Se adhirieron muchos otros artistas de su generación y el público estuvo entusiasta y entregado desde el primer momento. Por si fuera poco, a Los Pekenikes se unieron en el escenario los actuales Brincos, dos de Los Relámpagos, grupo rival en su día, y Teddy Bautista, el líder de Los Canarios.

De quienes fundaron Los Pekenikes sólo queda Ignacio Martín Sequeros, guitarra baja. Es el que ha mantenido la llama, la existencia de Los Pekeneikes en estas últimas décadas. Y otro veterano, el batería Félix Arribas, que se incorporó a la banda en 1967, es decir ocho años después de su debut. El resto de los componentes, de los ocho que ahora tocan en Los Pekenikes, pertenecen a otras épocas. En un principio, Los Pekenikes contaron con un vocalista: sucesivamente fueron Eddy Guzmán, Junior, Pepe Barranco, Juan Pardo… Pero en esos comienzos discográficos la firma Hispavox les urgió un día a grabar un "sencillo"; es decir, disco de sólo un par de temas. Fue entonces cuando no tuvieron otra solución, por la premura del tiempo, que ofrecer dos canciones sin letras, coincidiendo además con que Pardo luego se integraría en otra formación musical. Así es que, en adelante, ya Los Pekenikes se convertirían en conjunto instrumental, sin cantante.

Los curiosos orígenes de su nombre

Una anécdota simpática ocurrió respecto a su nombre. En Radio Intercontinental, un locutor muy conocido a finales de la década de los 50, el argentino Alberto Domper, los bautizó, al ser unos recién llegados a la música jugando con el término "pequeños". De ahí surgió el apelativo Los Pequeniques, pero con q. Lo de la k fue por lo siguiente: a la hora de incluir el nombre en dos bombos del conjunto, resultaba muy largo. Y optaron por cambiarlo, utilizando la k. Fonéticamenyte, sonaría igual.

En esta noche de su reaparición, festejando sus 60 años de vida musical Los Pekenikes interpretaron éxitos del pasado, algunos propios, compuestos por quien era su líder fundador, Alfonso Sáinz, otros de algunos músicos del grupo también, además de versiones diversas. De estas últimas reseñamos "Eleanor Rigby", de Los Beatles, recordando que fueron teloneros en la Plaza de Las Ventas de Madrid, en el verano de 1965, cuando los de Liverpool dieron dos conciertos en España (el otro fue al día siguiente en Barcelona). Sonó asimismo "Juegos prohibidos", aquella creación universal del concertista Narciso Yepes; "Jinetes en el cielo", "Embustero y bailarín", que es una pieza tradicional argentina, y "Charango". Por supuesto no faltaron los números 1 que Los Pekenikes llevaron a las listas en aquella inolvidable década de los 60, como "Hilo de seda", "Frente a Palacio", "Cerca de las estrellas", "Lady Pepa", "Sombras y rejas"…

La velada tuvo otros momentos felices cuando aparecieron los nuevos Brincos, con Miguel Morales al frente (hermano de Junior), tocados con sombrero, para evocarnos "Lola" y "Mejor". Los espectadores les reclamaron "Borracho", pero tuvieron que dejar paso a otros invitados. Dos de Los Relámpagos, Soler y Sánchez-Campins, supervivientes de aquel otro legendario conjunto instrumental, ya nos habían electrizado, si así se nos permite, al interpretar el mayor de sus éxitos, "Nit de llampecs". Y Teddy Bautista, también con sombrero, a sus setenta y seis cumplidos en mayo, dejó evidentes motivos para pensar que conserva aún una voz poderosa, tanto como para evocar uno de las más conocidas creaciones de Ray Charles en clave de soul.

Flotaba en el ambiente el ayer de Los Pekenikes, con la ausencia de algunos de sus fundadores, como Alfonso Sáinz y Junior, desaparecidos con una semana de diferencia en 2014. Y Tony Luz, brillante guitarrista y compositor, que se nos fue para siempre, muy joven asimismo, en 2017.

La noche, entre vibrantes aplausos y un poso de nostalgia evidente, concluyó tras más de dos horas de actuación brillante, de metales, cuerdas, teclados y batería (genial Arribas, que estuvo cinco minutos en un irrepetible "solo"), con espectacular sonido y música en resumen llena de atractivo. Debían aprender de Los Pekenikes tanto conjuntos del presente… Como bis final, escuchamos entusiásticamente "Los cuatro muleros", el primer éxito discográfico que alcanzaron, allá por 1964, versión moderna, pop, con guitarras eléctricas de ese tema de raíces populares que armonizó Federico García Lorca hace ya noventa años.

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