Menú
Manuel Román

Los tiempos en los que Carmen Jara empezaba junto a Raphael

Se ilusionó con su paisano, el campeón mundial de boxeo Pedro Carrasco. Un tímido romance, un noviazgo discreto que no duró mucho por razones nunca explicadas por ellos.

Se ilusionó con su paisano, el campeón mundial de boxeo Pedro Carrasco. Un tímido romance, un noviazgo discreto que no duró mucho por razones nunca explicadas por ellos.
Carmen Jara en un primer plano de su interpretación de la mítica | LD

Le faltaban sólo dos semanas para cumplir ochenta y seis años. Había nacido en Huelva, donde le ha sorprendido la muerte tras unos meses soportando su grave dolencia. Se le iba difuminando esa sonrisa que nunca le abandonaba en vida. Porque Carmen Jara era la alegría permanente cuando sus amigos, los conocidos, entre los que me cuento, estábamos a su lado-

Su acento sureño lo mantenía, como cuando a finales de los años 50 y comienzos de los 60 interpretaba una suerte de palos flamencos, entre los que nunca faltaban los fandangos, en su diversas variedades: los que dan nombre a su capital de nacencia, los de Santa Eulalia, los de Alosno… Destacaba en cualquiera de esos cantes.

Sus comienzos no fueron fáciles, superados con su tesón. Quería ser una figura. Enrolada en algunas compañías modestas, llegó a compartir escenarios de pueblos, mayormente andaluces, con el entonces principiante Raphael, cuando se anunciaba con el pomposo sobrenombre de Marcel Vivancos. Vivían ambos en Madrid, en precarias condiciones. Coincidían en el bar sito frente al teatro Calderón, templo de la copla. Raphael recordaba a Carmen así:

"Fue en la academia del maestro Gordillo donde nos conocimos, en la madrileña cuesta de Santo Domingo. Carmen y yo fuímos muy amigos. Mía y de toda la familia. Hermana de ella, Soledad Jara, que luego se casó con quien fue mi "mánager" Paco Gordillo".

Aquellas giras por media España de Carmen Jara y Raphael en una compañía de aspirantes a la fama musical eran muy duras. Compartieron un sinfín de anécdotas. Las actuaciones "por provincias", se llamaban entonces bolos. Echaban mano de su memoria en ese bar citado de la plaza de Benavente, recordando por ejemplo un día gélido en León, donde tuvieron que hacer tres funciones, en tres cines diferentes. Y después, carretera y manta a otro pueblo. Les pagaban a cada uno seiscientas pesetas. Funciones de cines con programa doble y actuaciones de artistas entre proyección y proyección en la pantalla, en un escenario por lo común estrecho. Raphael interpretaba coplas de Juanita Reina y hasta alguna jota, boleros, tangos argentinos... Y Carmen Jara piezas aflamencadas. Y fandangos siempre, que eran marca de la casa.

Raphael se las compuso de tal forma que ya alejado de aquellas cutres compañías, se convertiría poco a poco en un ídolo de la canción melódica, a partir de 1965. Un año antes, Carmen Jara grababa sus primeros discos para la casa Belter. Canciones con ese sello aflamencado, en su voz poderosa: "Mambo trianero", "Romance de valentía", "Rumbo y tronío", "Mi velo de novia"… Pensaba Carmen que algún día también iba a llevarlo.

El amor de su vida, Pedro Carrasco

Se ilusionó con su paisano, el campeón mundial de boxeo Pedro Carrasco. Un tímido romance, un noviazgo discreto que no duró mucho por razones nunca explicadas por ellos. Carmen le cantó un pasodoble y un fandango que Pedro Carrasco escuchó de boca de Carmen mucho antes de que también pudiera brotar de la garganta de Rocío Jurado: "Hasta después de la muerte / te tendré que estar queriendo...".

Pedro Carrasco se casó con la artista chipionera, como es archiconocido. Y luego del divorcio, otra boda con la peluquera. Para morir repentinamente. Y Carmen Jara lloró aquella temprana desaparición del hombre que tanto quiso. Y no se casó nunca.

Se nos ha ído una gran artista, que acaso no tuvo la suerte que merecía, y se quedó a un peldaño para ser figura como soñaba. Y una muy trabajadora mujer ante los micrófonos de la cadena Cope y en esRadio desde que empezó sus emisiones en septiembre de 2009. Siempre cariñosa, la lloramos en estos tristes momentos de su adiós.

Temas

En Cultura

    0
    comentarios