Aún es pronto para valorar la disolución de una de las bandas más importantes e influyentes de los últimos treinta años. Si bien es cierto que a todos nos ha cogido por sorpresa, no podemos atribuir a ningún ente que no sea su propia decisión, el comunicado de esta repentina separación. REM son el ejemplo perfecto para describir la extraña situación de pasar de ser una banda independiente, a una formación de éxito internacional. Lejos quedan los años en la Universidad de Georgia, los primeros singles o Ep´s, así como los circuitos de músicos independientes, pero sus canciones persisten inalterables, como himnos generacionales que descubre el hermano menor en la habitación del primogénito, murmullos del pasado que permanecen intactos.
La insalvable influencia de la Velvet Underground y los sonidos de Richard Hell o Patti Smith, dieron paso a la creación y distinción de un conjunto formado por cuatro entusiastas de la música que hicieron de lo personal, lo global, de la inquietud, una forma de arte, de los circuitos de café y posesía, estadios donde corear sus canciones. Tras quince discos de estudio y tres décadas de oficio, Michael Stipe, Peter Buck y Mike Mills deciden poner punto y final a su carrera con la humildad y profesionalidad que siempre les caracterizó. En su página web podréis encontrar sus mensajes de despedida y agradecimiento: “Para nuestros fans y amigos y para cualquiera que alguna vez se sintiera tocado por nuestra música, nuestro más profundo agradecimiento”. “Hemos hecho esto y ahora vamos a avanzar en otra dirección. Espero que nuestros fans se den cuenta de que esto no es una decisión fácil. Todo debe terminar y queríamos hacerlo bien, a nuestra manera”. “Durante nuestra última gira comenzamos a preguntarnos ‘¿Y ahora qué?. Siempre hemos sido una banda en el verdadero sentido de la palabra, hermanos que verdaderamente se quieren y se respetan unos a otros. No hay ninguna falta de armonía en nuestra decisión, no hay peleas con el estudio, ni abogados de por medio… Hemos tomado esta decisión en conjunto, de manera amistosa”. “Las canciones han significado tanto para los fans como para nosotros. Habéis sido un regalo increíble. Gracias. Somos grandes amigos y sé que nos volveremos a ver en el futuro”.
Gracias a ellos por habernos regalado parte de la banda sonora de nuestras vidas, además de un decálogo de cómo ha de comportarse un profesional, aunque trabaje en una banda de rock. Hasta siempre. “Creí escucharte reír, creí escucharte cantar, creo que creí verte intentar. Pero eso fue sólo un sueño, eso fue sólo un sueño”.