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"El cómico de la gracia seria"

Así era Pedro Peña, el abuelo Manolo de 'Médico de Familia'

Peña formó una buena pareja artística con Luis Cuenca en sus tiempos de revista teatral, aunque la compañía acabó disolviéndose.

Peña formó una buena pareja artística con Luis Cuenca en sus tiempos de revista teatral, aunque la compañía acabó disolviéndose.
Pedro Peña interpretando a Manolo en 'Médico de familia'

El recientemente desaparecido Pedro Peña consiguió una extraordinaria popularidad en toda España merced a su destacada intervención en la serie televisiva Médico de familia, que comenzó a emitirse en 1995 en la cadena Tele 5 manteniéndose en antena durante 9 temporadas, en las que se emitieron, exactamente, ciento diecinueve episodios. En ellos incorporaba un tierno personaje, "el abuelo Manolo", padre del protagonista, Nacho, que encarnó el productor de la serie, Emilio Aragón.

Contaba Pedro Peña que no se conocían personalmente pero Emilio, a la hora de ir eligiendo los actores de Médico de familia, lo eligió a él para el papel del abuelo tras verlo una noche en uno de los episodios de Farmacia de guardia: "¡Ése es el actor que quiero para que haga de padre mío…!". Y lo llamaron. Con la condición de que debía presentarse determinado día, a primera hora, para someterse a un "cásting". Eso de hacer unas pruebas, cuando ya llevaba medio siglo de carrera, le sentó a cuerno quemado. Siendo un hombre sencillo, alejado de todo divismo, no lo creía necesario y hasta se sintió en cierto modo ofendido. Pero su representante logró convencerlo y salió airoso del trance.

Lo que son las cosas: a sus setenta años de vida logró el mayor éxito profesional; al menos, el que tuvo más repercusión. Porque, aun siendo un veterano en los teatros de revista musical, la televisión fue su verdadero trampolín para que lo conocieran en la calle. Nunca firmó más autógrafos que en esa segunda mitad de los años 90. Caminaba cerca de algún colegio y muchos niños lo llamaban a gritos: "¡Abuelo, abuelo Manolo…!".

Nacido en un pueblo vallisoletano, Tordehumos, el 14 de diciembre de 1925, hubiera cumplido ahora los ochenta y nueve años. Era de familia acomodada de labradores y el gusanillo del teatro se le inoculó desde temprana edad. Veinteañero, se incorporó a una compañía juvenil, que representaba zarzuelas populares. Pedrito Peña, como entonces era anunciado, cantaba y bailaba convincentemente. Luego pasó a ser galán cómico de revistas musicales, finalizando la década de los 40, con títulos tan destacados como La blanca doble. Fue la época en la que coincidió con los posteriormente celebrados cómicos Zorí, Santos y Codeso. Pasó a la compañía de revistas que encabezaba la escultural y muy llamativa "vedette" cubana María de los Ángeles Santana, con quien estrenó Tentación.

Pedro Peña

En el cuerpo de coristas estaba una menuda y guapa bailarina, María Vázquez, de la que Pedro se enamoró, hasta contraer matrimonio. Ella se retiró, dándole con los años tres hijos. Pedro Peña se especializó en el género de la revista musical, que cultivó durante casi cuatro decenios, destacando por su gran vis humorística, aunque impuso su estilo sin caer en excesiva gestualidad, ni en sonoras carcajadas, de ahí que lo anunciaran como "El cómico de la gracia seria". De su anecdotario en ese mundillo contaba el día que un escrupuloso censor lo multó ¡con ocho mil pesetas!. Cantidad que mediados los años 50 era elevada y representaba la mitad de su salario mensual. Todo porque salió precipitadamente a escena sin abrocharse un pico de su camisa que sobresalía… de la bragueta. "¡Es una grosería!", le increpó el censor.

Estuvo varios años contratado por Manuel Paso hasta que lo descubrió Matías Colsada, a quien se le recuerda como el padre de la revista musical española; empresario que tenía a veces hasta diez compañías actuando por toda España. Pedro Peña trabajó para él durante un cuarto de siglo, formando pareja con Luis Cuenca. Hacían un buen dúo pues mientras el primero queda dicho se comportaba en el escenario apenas sin sonreir, el otro era todo lo contrario, un verdadero zascandil, pleno de muecas, jerigonzas y toda suerte de movimientos. Se complementaban. Hasta que, según refería Pedro, a Luis le entraron unos celos tremendos. Parece que hasta le envidiaba que fuera un marido y un padre feliz, en tanto Cuenca vivía su vida, separado de su esposa. Colsada decidió, a instancias de este último, deshacer la pareja y cada cual se fue con diferente compañía. Todos salieron perdiendo. En los veintitrés años que trabajaron juntos llegaron a estrenar más de treinta revistas. Con "supervedettes" sensacionales, desde Gracia Imperio a Tania Doris, pasando por Carmen de Lirio, Rosita Tomás, Amelia Aparicio (madre del luego conocido cantante Manolo Otero)…

El feudo principal era el teatro Apolo, sito en el Paralelo barcelonés, aunque la compañía terminara después recorriendo media España. Los libretos solía firmarlos el trío Jiménez-Allén-García. El primer apellido correspondía al segundo de Matías Yáñez, que no era otro que Colsada, el empresario. El segundo correspondía a Pedro Peña, y el tercero a Luis Cuenca. Pero Colsada no escribía ni una coma: "Apenas sabía leer y escribir, pero se aprovechaba de nosotros dos, de Luis y de mí –revelaba Pedro Peña- cobrando más de la mitad de los derechos de autor". O sea, les robaba impunemente. Y ellos, tragaban. No tenían otro remedio. Hasta que, como ya contábamos, la unión de Pedro y Luis se deshizo.

Y poco más tarde, Pedro Peña dejó Barcelona, donde pasaba gran parte del año y se instaló en Madrid. Sólo volvió con Luis Cuenca a ruegos de Matías Colsada para una última temporada en 1993 para representar una antología de la revista: ¡Táxi, al Apolo!. Entre medias, en los años 80, Pedro Peña estuvo contratado por Lina Morgan, con quien estrenó los espectáculos ¡Vaya par de gemelas!, ¡Sí, al amor! y El último tranvía. Quedó un tanto desilusionado de ella: "A Lina no le gustaba tener enemigos graciosos en su compañía. Se repetía mucho, creyéndose la mejor artista y no se dejaba aconsejar". Tras su paso ya comentado al principio por la serie Médico de familia Pedro Peña volvió a intervenir en representaciones de zarzuela y también en algunas comedias de Miguel Mihura, Juan José Alonso Millán… Lo emparejaron con José Luis López Vázquez en una deliciosa pieza teatral de Neil Simon, Un par de chiflados. En el cine, apenas le dieron oportunidades, salvo aislados trabajos. Fue sin duda un buen actor teatral, a quien la pequeña pantalla brindó el inolvidable personaje del "abuelo Manolo", tan recordado.

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