El primer episodio de El Rey, la miniserie de Telecinco sobre la figura de Don Juan Carlos, discurrió por los caminos esperados. Es decir, muy poca cosa. Dicen que el biopic era del monarca que abdicó este año, pero bien podría haberlo sido de Albert Einstein o Bob Marley, si tuviera un pelo distinto.
La serie no llegó al nivel de excelencia de Felipe y Letizia, esa comedia involuntaria ideal para reconciliarte con tus amigos republicanos, pero sí fue algo solemne, superficial, aburrido y enfático. Así que casi peor, dado el evidente talento y las ganas de algunos implicados, tanto delante como detrás de las cámaras.
Veremos qué nos deparan los dos episodios restantes, pero yo, a lo mejor, abdico y pido cita para una lobotomía supraorbital. Porque eso es lo que le han hecho tanto al Rey Juan Carlos, despojado aquí de toda personalidad humana, como también al espectador. Más en el vídeo de arriba.